"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

jueves, 28 de febrero de 2013

FORMA



Se iba quedando callada
hasta que la sombra espesa
se hizo cuerpo tuyo.

¡Ya te tengo! ¡Ya te tengo!
Aquí la sombra del cuarto,
piel fina, piel en mis dedos.

Siente, tiembla. Fina seda
que palpita humanamente
entre mis dedos de nieve.

Mis dedos de hielo rizan
tu delicada quietud,
totalidad de este cuarto,
corporal y muda, extensa
sobre la estancia dormida.

Para mis ojos azules
tu negra forma se entrega,
cuajada y pura, inocente,
oh soledad de mi cuarto.

Pero no quiero mirarte.
A oscuras, paredes justas,
cámara, entraña, me aprietas;
te siento exacta y te amo,
cerrazón de vida y muerte,
negra posesión del aire,
sombra que habito y que siento
contra mi piel semejante.

Blancas paredes fronteras,
densa presencia estrechada,
cuerpo que ciego adivino
en mis sentidos dorados.


Vicente Aleixandre

miércoles, 27 de febrero de 2013

A PHOCÁS, EL CAMPESINO



Phocás el campesino, hijo mío, que tienes
en apenas escasos meses de vida, tantos
dolores en tus ojos que esperan tantos llantos
por el fatal pensar que revelan tus sienes...

Tarda a venir a este dolor adonde vienes,
a este mundo terrible en duelos y en espantos;
duerme bajo los Ángeles, sueña bajo los Santos,
que ya tendrás la Vida para que te envenenes...

Sueña, hijo mío, todavía, y cuando crezcas,
perdóname el fatal don de darte la vida
que yo hubiera querido de azul y rosas frescas;
pues tú eres la crisálida de mi alma entristecida,
y te he de ver, en medio del triunfo que merezcas
renovando el fulgor de mi psique abolida.


Ruben Dario

martes, 26 de febrero de 2013

SEPULCROS VIVIENTES










Una noche fría cuando los cañones estaban quietos
Me recosté contra la trinchera
Haciendo hokku para mí
De la luna y flores y de la nieve.

Pero el escurrimiento fantasmal de enormes ratas
Hinchadas por alimentarse de carne de hombres
Me llenó de un temor que contrae.


Richard Aldington

lunes, 25 de febrero de 2013

CUBA DENTRO DE UN PIANO




Cuando mi madre llevaba un sorbete de fresa por sombrero
y el humo de los barcos aun era humo de habanero.

Mulata vuelta bajera.
Cádiz se adormecía entre fandangos y habaneras
y un lorito al piano quería hacer de tenor.

Dime dónde está la flor que el hombre tanto venera.
Mi tío Antonio volvía con su aire de insurrecto.

La Cabaña y el Príncipe sonaban por los patios del Puerto.
(Ya no brilla la Perla azul del mar de las Antillas.
Ya se apagó, se nos ha muerto).

Me encontré con la bella Trinidad.
Cuba se había perdido y ahora era verdad.
Era verdad, no era mentira.

Un cañonero huido llegó cantándolo en guajiras.
La Habana ya se perdió. Tuvo la culpa el
dinero...

Calló, cayó el cañonero.
Pero después, pero ¡ah! después...
fue cuando al SÍ lo hicieron YES.



Rafael Alberti

domingo, 24 de febrero de 2013

RAZÓN DE AMOR




Dame tu libertad.
No quiero tu fatiga,
no, ni tus hojas secas,
tu sueño, ojos cerrados. 

Ven a mí desde ti,
no desde tu cansancio
de ti. Quiero sentirla. 

Tu libertad me trae,
igual que un viento universal,
un olor de maderas
remotas de tus muebles,
una bandada de visiones
que tú veías
cuando en el colmo de tu libertad
cerrabas ya los ojos. 

¡Qué hermosa tú libre y en pie!
Si tú me das tu libertad me das tus años
blancos, limpios y agudos como dientes,
me das el tiempo en que tú la gozabas. 

Quiero sentirla como siente el agua
del puerto, pensativa,
en las quillas inmóviles
el alta mar. La turbulencia sacra. 

Sentirla,
vuelo parado,
igual que en sosegado soto
siente la rama
donde el ave se posa
el ardor de volar, la lucha terca
contra las dimensiones en azul. 

Descánsala hoy en mí: la gozaré
con un temblor de hoja en que se paran
gotas del cielo al suelo.
La quiero
para soltarla, solamente. 

No tengo cárcel para ti en mi ser.
Tu libertad te guarda para mí. 

La soltaré otra vez, y por el cielo,
por el mar, por el tiempo,
veré cómo se marcha hacia su sino.
Si su sino soy yo, te está esperando.

Pedro Salinas

sábado, 23 de febrero de 2013

MILAGRO DE LA LUZ


Milagro de la luz: la sombra nace,

choca en silencio contra las montañas,
se desploma sin peso sobre el suelo
desevelando a las hierbas delicadas.

Los eucaliptos dejan en la tierra
la temblorosa piel de su alargada
silueta, en la que vuelan fríos
pájaros que no cantan.

Una sombra más leve y más sencilla,
que nace de tus piernas, se adelanta
para anunciar el último, el más puro
milagro de la luz: tú co
ntra el alba.


Angel Gonzalez

viernes, 22 de febrero de 2013

BARRIO SIN LUZ



¿Se va la poesía de las cosas
o no la puede condensar mi vida?
Ayer mirando el último crepúsculo
yo era un manchón de musgo entre unas ruinas.

Las ciudades hollines y venganzas,
la cochinada gris de los suburbios,
la oficina que encorva las espaldas,
el jefe de ojos turbios.

Sangre de un arrebol sobre los cerros,
sangre sobre las calles y las plazas,
dolor de corazones rotos,
podre de hastíos y de lágrimas.

Un río abraza el arrabal
como una mano helada que tienta en las tinieblas:
sobre sus aguas se avergüenzan
de verse las estrellas.

Y las casas que esconden los deseos
detrás de las ventanas luminosas,
mientras afuera el viento
lleva un poco de barro a cada rosa.

Lejos... la bruma de las olvidanzas
humos espesos, tajamares rotos,
y el campo, ¡el campo verde!, en que jadean
los bueyes y los hombres sudorosos.

Y aquí estoy yo, brotado entre las ruinas,
mordiendo solo todas las tristezas,
como si el llanto fuera una semilla
y yo el único surco de la tierra.



Pablo Neruda

jueves, 21 de febrero de 2013

ALGUNA NOCHE


Alguna noche -las fogatas eran
de dolor o de júbilo-
la casa te veía desertar.

Te abrías a una vida
distinta, a un mundo
alegre como los ojos de un dios:
voces mayores, fuegos de artificio,
inacabable noche de San Juan
en tu estancia vacía...

El tiempo se agrandaba en los rincones,
se detenía en torno al corazón,
mientras el estruendo proseguía,
lejos, lejos, quién sabe si real.

Después, todo más claro:
los sonidos pequeños, el crujido de un mueble
la lluvia en el desván.

Nueva vida a las cosas, el alba aparecía,
y tú llegabas, amorosamente.


          Jose Agustín Goytisolo 

miércoles, 20 de febrero de 2013

DESPUES QUE ME MIRASTE; 22



Cuéntase de un zagal heroico antiguo
tal singular hazaña: consiguió
dominar preciadísimo caballo
asustadizo de su sombra

guiándolo hacia el sol; obtuvo, así,
loa y acatamiento de los hombres.
Pero mayor hazaña fue la tuya
después que me miraste
pues mi pasión e instinto condujiste
a la luz de la vida y hoy me miro
en el espejo de tus ojos puros
dócil corcel de amor.


 
Antonio Carvajal

martes, 19 de febrero de 2013

ESBOZO



Gruesos lazos de sombra
me amarran a la cama;
los ojos muy abiertos
ven huecos en la nada
mientras la brisa pasa
hurgando en la persiana
tiritando de grillos
y de leves fantasmas
disfrazados de lumbre
que las luciérnagas pálidas
le prestan en la noche
como estrellas aladas.

De pronto en las tinieblas
sobre el lienzo del tiempo
diseñado en recuerdos
mi retrato percibo;
mezclados los colores
con gruesas pinceladas
de trazos definidos.
Blanco puro, negro sombrío,
brillante rojo y suave verde nilo.

No hay paleta que alcance
para un retrato mío.

Maybell Lebron

lunes, 18 de febrero de 2013

CANTO QUIJOTESCO



Voy a defender las leyes
abolidas por las leyes de la ciencia.
Ilustro mis tímidos papeles
con retórica y cerebral sapiencia.
Vengo a descubrir mis manos,

a inclinar humilde la cabeza
y admirar olimpos, los más altos,
donde giran, de nombres, las siluetas,
donde insignes muy letrados
despuntan perfiles de veleta.
De pan oscuro, de vino y queso

traigo sólo zurrón de pobres letras.
No tengo más frutos que mis versos,
holgada telaraña en la despensa
y un canto delgado y quijotesco
a la frondosa sombra de la higuera.


Teresa Sanchez Martín

domingo, 17 de febrero de 2013

JUBILO



Cae el agua mojándolo todo,
ensoñada toda, al arrullo de la lluvia,
esa suave caricia cómplice,
me invade las musas, en sueños
cargadas de sentires, de placeres
que en mi piel sembraron tus manos,
tus labios, tu cuerpo todo.

Bellas imagenes que irradian
el jubilo de mis sentidos.

Dándole alas a mi imaginación,
húmeda de todo, caliente de sol
vibrando al placer de la brisa
y no estas aquí….

Sin duda, estas dentro de mi,
mis ojos cerrados esconden tu imagen,
como en mis valles escondiste cada beso,
las horas parpadean en la penumbra,
jubilosa y suave, mi piel con tu aroma,
es mi bandera de victoria.


Cristina Mallea

sábado, 16 de febrero de 2013

UN CHAGALL


Atrás 
solemne y quieta 
la única sombra
otra vez 
el rito del desbande
 
en un milagro de plumas
concierto de estrellas en el fondo
Atrás 
una colección de huellas
 
en un paisaje selectivo
Una migraña en progreso 
en un cuadro de Chagall
Un embrión arañando 
el corpus
 
el útero insomne, cavila
 
una estadística, un ensayo, un número
 
una cigüeña muda espera
Un edificio en escombros 
un misil erigido en monumento
 
¡un museo de siluetas!
La extraña siesta 
y el despunte del abismo
Una perspectiva 
en un ámbito de hojas
Potro, látigo, sudor 
el adalid cabalga perezoso
 
entre desiertos y desiertos
No hay lunas en este lienzo 
¡sólo silencios de acuarelas!

Ali al Haded

viernes, 15 de febrero de 2013

EL AVE Y EL NIDO



¿Por qué te asustas, ave sencilla?
¿Por qué tus ojos fijas en mí?
Yo no pretendo, pobre avecilla,
llevar tu nido lejos de aquí.

Aquí, en el hueco de piedra dura,
tranquila y sola te vi al pasar,
y traigo flores de la llanura
para que adornes tu libre hogar.

Pero me miras y te estremeces,
y el ala bates con inquietud,
y te adelantas, resuelta, a veces,
con amorosa solicitud.

Porque no sabes hasta qué grado
yo la inocencia sé respetar,
que es, para el alma tierna, sagrado
de tus amores el libre hogar.

¡Pobre avecilla! Vuelve a tu nido
mientras del prado me alejo yo;
en él mi mano lecho mullido
de hojas y flores te preparó.

Mas si tu tierna prole futura
en duro lecho miro al pasar,
con flores y hojas de la llanura
deja que adorne tu libre hogar.


Salome Ureña de Henriquez

jueves, 14 de febrero de 2013

LEÑADOR




Quedó sobre las hierbas
el leñador cansado,
dormido en el aroma
del pino de su hachazo. 

Tienen sus pies majadas
las hierbas que pisaron. 

Le canta el dorso de oro
y le sueñan las manos.
Veo su umbral de piedra,
su mujer y su campo. 

Las cosas de su amor
caminan su costado;
las otras que no tuvo
le hacen como más casto,
y el soñoliento duerme
sin nombre, como un árbol.

El mediodía punza
lo mismo que venablo.
Con una rama fresca
la cara le repaso.
Se viene de él a mi
su día como un canto
y mi día le doy
como pino cortado.

Regresando, a la noche,
por lo ciego del llano,
oigo gritar mujeres
al hombre retardado;
y cae a mis espaldas
y tengo en cuatro dardos
nombre del que guardé
con mí sangre y mi hálito.


Gabriela Mistral

miércoles, 13 de febrero de 2013

AMADA, EL AURA DICE



Amada, el aura dice
tu pura veste blanca... 
No te verán mis ojos;
¡mi corazòn te aguarda!

El aura me ha traído
tu nombre en la mañana;
el eco de tus pasos
repite la montaña...
No te verán mis ojos;
¡mi corazòn te aguarda!

En las sombrías torres
repican las campanas...
No te verán mis ojos;
¡mi corazòn te aguarda!

Los golpes del martillo
dicen la negra caja;
y el sitio de la fosa,
los golpes de la azada...
No te verán mis ojos;
¡mi corazòn te aguarda!


Antonio Machado

martes, 12 de febrero de 2013

FE DE VIDA



Eres,
no puedes evitarlo,
esa es tu herencia, tu límite, tu afán,
tu contenido.

Eres,
con toda la extensión de la palabra,
con toda su dureza y con su estría.

Eres.
El ser es tu noción, tu fe, tu sueño,
tu terca sensación, tu sola herida.

Eres.
En río, en transición, en esa espera
del qué serás el día en que no fueres.

Futuro hacia un pasado eres.
De tiempo encarcelado, malherido,
de luz, de oscuridad, de amor
de muerte eres.

Y ser es tu pasión, tu voz, tu vida,
tu pálido rumor, tu peso inerte,
la sangre que te fluye y la partida
que juegas con tu Dios.

Suerte pues eres.



Juan José Alcolea



lunes, 11 de febrero de 2013

CENIZA SON MIS LABIOS



En su oscuro principio, desde
su vacilante estirpe, cifra inicial de Dios,
alguien, el hombre, espera.

Turbador sueño yergue
su noticia opresora ante la furia
original de la que el cuerpo es hecho, ante
su herencia de combate, dando vida
a secretos quemados,
a recónditos signos que aún callaban
y pugnan ya desde un deseo mísero
para emerger hacia canciones,
mudo dolor atónito de un labio,         
                        el elegido,
que en cenizas transforma
la interior llama viva de lo humano.

Quizá sólo para luchar acecha,
permanece dormido o silencioso
buscando, besando el terso párpado rosa,
el pecho inextinguible de la muchacha amada,
quizá sólo aguarda combatir
contra esa mansa lágrima que es letra del amor,
contra
        aquella luz aniquiladora
que dentro de él ya duele con su nombre: belleza.

Allí en el torpe sueño todos
los simulacros de la fe consume,
difunde apenas con fugaz certeza,
unitivo rescoldo de sus vivientes brasas.

En tanto el hombre lucha: existe,
traduce la armonía furtiva del azar,
bebe en los borbotones de su tiempo,
se confina en la fiebre donde afloran
su linaje, su origen, su imposible
destino de buscador de Dios,
de elegido que espera,
ahora,
        todavía,
encender la ceniza de sus labios


Jose Manuel Caballero Bonald

domingo, 10 de febrero de 2013

DESDE ESTA CÁRCEL



Desde esta cárcel podría
verse el mar, seguirse el giro
de las gaviotas, pulsar
el latir del tiempo vivo.
Esta cárcel es como una
playa: todo está dormido
en ella. Las olas rompen
casi a sus pies. El estío
la primavera, el invierno,
el otoño, son caminos
exteriores que otros andan:
cosas sin vigencia, símbolos
mudables del tiempo. (El tiempo
aquí no tiene sentido.)
Esta cárcel fue primero
cementerio. Yo era un niño
y algunas veces pasé
por este lugar. Sombríos
cipreses, mármoles rotos.
Pero ya el tiempo podrido
contaminaba la tierra.
La hierba ya no era el grito
de la vida. Una mañana
removieron con los picos
y las palas la frescura
del suelo, y todo —los nichos,
rosales, cipreses, tapias—
perdió su viejo latido.
Nuevo cementerio alzaron
para los vivos.


José Hierro

sábado, 9 de febrero de 2013

ANACREÓNTICA


   
Unos pasan, amigo,
estas noches de enero
junto al balcón de Cloris,
con lluvia, nieve y hielo;
otros la pica al hombro,
sobre murallas puestos,
hambrientos y desnudos,
pero de gloria llenos;
otros al campo raso,
las distancias midiendo
que hay de Venus a Marte,
que hay de Mercurio a Venus;
otros en el recinto
del lúgubre aposento,
de Newton o Descartes
los libros revolviendo;
otros contando ansiosos
sus mal habidos pesos,
atando y desatando
los antiguos talegos.
Pero acá lo pasamos
junto al rincón del fuego,
asando unas castañas,
ardiendo un tronco entero,
hablando de las viñas,
contando alegres cuentos,
bebiendo grandes copas,
comiendo buenos quesos;
y a fe que de este modo
no nos importa un bledo
cuanto enloquece a muchos,
que serían muy cuerdos
si hicieran en la corte
lo que en la aldea hacemos.

Dalmiro José Cadalso

viernes, 8 de febrero de 2013

  BEATO SILLÓN




¡Beato sillón! La casa
corrobora su presencia
con la vaga intermitencia
de su invocación en masa
a la memoria. No pasa
nada. Los ojos no ven,
saben. El mundo está bien
hecho. El instante lo exalta
a marea, de tan alta,
de tan alta, sin vaivén.


Jorge Guillen

jueves, 7 de febrero de 2013

EL POETA LLEGA A LA HABANA


A Don Fernando Ortiz

SON DE NEGROS EN CUBA


Cuando llegue la luna llena
iré a Santiago de Cuba,
iré a Santiago,
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.

Cantarán los techos de palmera.
Iré a Santiago.

Cuando la palma quiere ser cigüeña,
iré a Santiago.

Y cuando quiere ser medusa el plátano,
Iré a Santiago
con la rubia cabeza de Fonseca.
Iré a Santiago.

Y con la rosa de Romeo y Julieta
iré a Santiago.

Mar de papel y plata de monedas
Iré a Santiago.

¡Oh Cuba! ¡Oh ritmo de semillas secas!
Iré a Santiago.

¡Oh cintura caliente y gota de madera!
Iré a Santiago.

¡Arpa de troncos vivos, caimán, flor de tabaco!
Iré a Santiago.

Siempre dije que yo iría a Santiago
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.

Brisa y alcohol en las ruedas,
iré a Santiago.

Mi coral en la tiniebla,
iré a Santiago.

El mar ahogado en la arena,
iré a Santiago,
calor blanco, fruta muerta,
iré a Santiago.

¡Oh bovino frescor de cañavera!
¡Oh Cuba! ¡Oh curva de suspiro y barro!
Iré a Santiago.

Federico García Lorca

miércoles, 6 de febrero de 2013

FRANZ KAFKA



Gente que pasa por los puentes oscuros,
al lado de los santos
con lamparitas mortecinas.
Nubes que vuelan por el cielo gris,
al lado de las iglesias
con torres que oscurecen.
Uno se reclina sobre la barandilla de piedra
y mira al agua de la noche,
las manos en las viejas piedras.


Franz Kafka



martes, 5 de febrero de 2013

CON SANGRE



Escribiré con sangre este momento
en que nieva en los montes del ocaso,
y escarcha en las laderas del fracaso,
con blancor helador y ceniciento.

Escribiré con sangre el nacimiento
de aquella incierta flor del por si acaso,
de vivir tan efímero y escaso
que sólo dejó pena y sufrimiento.

¡Cuánta lágrima inútil y desnuda
se vierte en el papel que no está escrito!
¡Cuánto gemir que el transcurrir no muda!.
Por eso, si la sangre fuese grito,
dijera con la voz del que no duda:
¡Amar fue mi condena y mi delito!

Manuel Parra Pozuelo

lunes, 4 de febrero de 2013

A LUIS DE CAMÕENS



Sin lástima y sin ira el tiempo mella
las heroicas espadas. Pobre y triste
a tu patria nostálgica volviste,
oh capitán, para morir en ella
y con ella. En el mágico desierto
la flor de Portugal se había perdido
y el áspero español, antes vencido,
amenazaba su costado abierto.
Quiero saber si aquende la ribera
última comprendiste humildemente
que todo lo perdido, el Occidente
y el Oriente, el acero y la bandera,
perduraría (ajeno a toda humana
mutación) en tu Eneida lusitana.

José Luis Borges

domingo, 3 de febrero de 2013

A UN RUISEÑOR


 Canta en la noche, canta en la mañana, 
ruiseñor, en el bosque tus amores;
canta, que llorará cuando tú llores
el alba perlas en la flor temprana.
Teñido el cielo de amaranta y grana,
la brisa de la tarde entre las flores
suspirará también a los rigores
de tu amor triste y tu esperanza vana.
Y en la noche serena, al puro rayo
de la callada luna, tus cantares
los ecos sonarán del bosque umbrío.
Y vertiendo dulcísimo desmayo,
cual bálsamo süave en mis pesares,
endulzará tu acento el labio mío.

José de Espronceda

sábado, 2 de febrero de 2013

APENAS SU RECUERDO


Sé que tuve una hermana
de azules ojos y melena rubia,
que se llamaba Manolita.

Ella no pudo ver sus sueños
ni disfrutar, siquiera, algún juguete
que plasmara del viaje su destino.

Murió a los nueve años.
Yo apenas la recuerdo.

Con mis tres juegos niños, 
bastante más pequeño, 
mi memoria es la sombra
de una toquilla al sol
cubriendo enfermedades
y una fotografía
que testimonia su belleza.

Dicen que era muy guapa.
Ganó un premio infantil por sus encantos
y fue, hasta que llegaron las bacterias,
una niña feliz.

Murió
calladamente: apagándose.
Igual que se extinguiera
la llama del candil
porque el aceite no llegaba,
cuando padre se hallaba en una guerra
en donde lo civil
marcaba su acepción más ominosa...

Yo tenía una hermana
que falleció a los nueve años.
Tan niño, apenas la recuerdo.
Pero su imagen crece en el cliché
de una infancia sufriendo los horrores
de aquellos que a la sombra
mordían un palillo, temerosos
de que las explosiones
reventaran sus tímpanos,
lo mismo que el amor se reventaba
sobre una sociedad de incomprensiones
que alimentó los virus de su muerte
bajo las amarguras de una guerra.




Nicolás del Hierro

viernes, 1 de febrero de 2013

LA MASCARA


           
     
Contempla ese tesoro de gracias florentinas;
En la forma ondulante del musculoso cuerpo,
Son hermanas divinas la Elegancia y la Fuerza.
Esta mujer, fragmento en verdad milagroso,
Noblemente robusta, divinamente esbelta,
Nació para reinar en lechos suntuosos
Y entretener los ocios de un príncipe o de un papa.

-Observa esa sonrisa voluptuosa y fina
Donde la Fatuidad sus éxtasis pasea,
Esos taimados ojos lánguidos y burlones,
El velo que realza esa faz delicada
Cuyos rasgos nos dicen con aire triunfador:
«¡El Deleite me nombra y el Amor me corona!»
A un ser que está dotado de tanta majestad,
¡Qué encanto estimulante le da la gentileza!
Acerquémonos trémulos de su belleza en torno.
¡Oh blasfemia del arte! ¡Oh sorpresa brutal!
La divina mujer, que prometía la dicha
¡Concluye en las alturas en un monstruo bicéfalo

¡Mas no! Máscara es sólo, mentido decorado,
Ese rostro que luce un mohín exquisito,
Y, contémplalo cerca: atrozmente crispados,
La auténtica cabeza, el rostro más real,
Se ocultan al amparo de la cara que miente.

¡Oh mi pobre belleza! El río esplendoroso
De tu llanto se abisma en mi hondo corazón.
Me embriaga tu mentira y se abreva mi alma
En la ola que en tus ojos el Dolor precipita.

-Mas, ¿por qué llora? En esa belleza inigualable
Que tendría a sus pies todo el género humano,
¿Qué misterioso mal roe su flanco de atleta?

-¡Insensata, solloza sólo porque ha vivido!
¡Y porque vive! Pero lo que lamenta más,
Lo que hasta las rodillas la hace estremecer
Es que mañana, ¡ay!, continuará viviendo,
¡Mañana, al otro día, siempre! ¡Igual que nosotros!


Charles Baudelaire