"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

sábado, 28 de febrero de 2015

ALBA DEL OLVIDO







Madrugada,
hora cero.


Resucito en tinieblas y espero
mientras oigo el rocío caer
allá lejos al amanecer.

Madrugada
de ceniza.


Por afuera la noche agoniza
y retumba un oscuro tambor
en el fondo de mi corazón.


Alba de olvido,
vuelvo quizás
de un país entre sueños perdido
donde siempre me quieres hablar
con las mismas palabras del mar.


Madrugada,
hora cero.


Esperaba olvidarte y te quiero.
Centinela de la eternidad
mi dolor no descansa jamás.


Maria Elena Walhs

viernes, 27 de febrero de 2015

LOS CAMELLOS


 
Dos lánguidos camellos, de elásticas cervices,
de verdes ojos claros y piel sedosa y rubia,
los cuellos recogidos, hinchadas las narices,
a grandes pasos miden un arenal de Nubia. 


Alzaron la cabeza para orientarse, y luego
el soñoliento avance de sus vellosas piernas
—bajo el rojizo dombo de aquel cénit de fuego—
pararon silenciosos, al pie de las cisternas... 


Un lustro apenas cargan bajo el azul magnífico,
y ya sus ojos quema la fiebre del tormento;
tal vez leyeron, sabios, borroso jeroglífico
perdido entre las ruinas de infausto monumento. 


Vagando taciturnos por la dormida alfombra,
cuando cierra los ojos el moribundo día,
bajo la virgen negra que los llevó en la sombra,
copiaron el desfile de la Melancolía... 


Son hijos del desierto: prestóles la palmera
un largo cuello móvil que sus vaivenes finge,
y en sus marchitos rostros que esculpe la Quimera
¡sopló cansancio eterno la boca de la Esfinge! 


Dijeron las Pirámides que el viejo sol rescalda:
«Amamos la fatiga con inquietud secreta...»
y vieron desde entonces correr sobre su espalda,
tallada en carne viva, su triangular silueta. 


Los átomos de oro que el torbellino esparce
quisieron en sus giros ser grácil vestidura,
y unidos en collares por invisible engarce
vistieron del giboso la escuálida figura... 


Todo el fastidio, toda la fiebre, toda el hambre,
la sed sin agua, el yermo sin hembras, los despojos
de caravanas... huesos en blanquecino enjambre...
todo en el cerco bulle de sus dolientes ojos. 


Ni las sutiles mirras, ni las leonadas pieles,
ni las volubles palmas que riegan sombra amiga,
ni el ruido sonoro de claros cascabeles
alegran las miradas del rey de la fatiga. 



¡Bebed dolor en ellas, flautistas de Bizancio,
que amáis pulir el dáctilo al son de las cadenas;
sólo esos ojos pueden deciros el cansancio
de un mundo que agonia sin sangre entre las venas! 


¡Oh, artistas! ¡Oh, camellos de la llanura vasta
que vais llevando a cuestas el sacro monolito!
¡Tristes de esfinge! ¡Novios de la palmera casta!
¡Sólo calmáis vosotros la sed de lo infinito!


¿Qué pueden los ceñudos? ¿Qué logran las melenas
de las zarpadas tribus cuando la sed oprime?
Sólo el poeta es lago sobre este mar de arenas,
sólo su arteria rota la Humanidad redime. 


Se pierde ya a lo lejos la errante caravana
dejándome —camello que cabalgó el Excidio...—
¡Cómo buscar sus huellas al sol de la mañana,
entre las ondas grises del lóbrego fastidio! 


¡No! Buscaré dos ojos que he visto, fuente pura
hoy a mi labio exhausta, y aguardaré paciente
hasta que suelta en hilos de mística dulzura
refresque las entrañas del lírico doliente. 


Y si a mi lado cruza la sorda muchedumbre
mientras el vago fondo de esas pupilas miro,
dirá que vio un camello con onda pesadumbre
mirando, silencio, dos fuentes de zafiro.


Guillermo Valencia

jueves, 26 de febrero de 2015

MIS DOS PATRIAS



 
Soy de la valiente España,
Hermosa Patria querida
Que mis recuerdos entraña
Y en donde se lee una hazaña
En cada piedra esculpida.


A la paraguaya tierra
El destino me condujo,
Donde cada sitio encierra
Un recuerdo que en la guerra
El heroísmo produjo.


Para uno y otro suelo,
En mí tanto afecto hay
Que al pedir dichas al cielo
Confundo en el mismo anhelo
A España y el Paraguay.

¿Cómo no ha de ser así
Si estrechamente se unieron
Ambas Patrias para mí?
Pues si yo he nacido allí
Aquí mis hijos nacieron.


Y a Dios le pido por eso
Que amorosamente unidas,
Como labios en un beso,
Marchen al mayor progreso
Estas dos patrias queridas.


Victorino Abente y Lago

miércoles, 25 de febrero de 2015

BAHIA DE GUANICA



Por aquí llegaron.
Sí... por aquí llegaron
y aún  no se han marchado. 


Atrás quedaron
aquellos diez mandamientos
del hombre libre.
Las Memorias de Lucila. 


Y las luces
del Faro de Fajardo

Columbro los senderos
de la Sierra Bermeja,
de Playa Santa,
de Caña Gorda. 


Signos envejecientes
que mantienen al indio
en retaguardia.


 Recuerdo claramente
que oía sus palabras
en aquel Blue Martin Restaurant
que no era el restaurant Martín Azul,
porque así no diría casi nada. 


Y recuerdo también sus palabras,
Mientras esperábamos un ansiado pitorro,
con un pionono o un mofongo,
que tal vez no tendrían,
porque siempre sucede, en estos casos.


Recuerdo sus palabras,
mientras se ensimismaba en el azul no blue
de la Bahía de Guánica:

Por aquí llegaron....
Por aquí llegaron...

Pero se marcharán. 

Luis Alvarez

martes, 24 de febrero de 2015

AMIGAS



Tras meses de ausencias,
de silencios de amigas.
He podido deleitarme
con tu felicidad fortuíta y tranquila
y tu ilusión de esposa enamorada.

Se perdió la fatiga antigua de tu voz
y hoy la firmeza preside tu discurso.
Yo, con mis oidos plenos, abiertos,
escucho como manejas el blanco y el negro,
cual malabarista,
mientras apenas distingo
una paleta emborronada de grises,
de azules manchados,
de rosas de cuarzo,
algunos lunes en la biblioteca.

Me has rebelado el conjuro:
sin apenas convocar a la paciencia,
elaborar una lista
 de cualidades selectas,
finamente escogidas entre las ya especies protegidas,
—¡ese pragmatismo tuyo!—
y Diana alcanzará para ti todo lo que ahora disfrutas.

En el pozo claro de mi alma,
quedan tardes de dibujos,
aquellas tertulias de recetas infalibles
para vencer al tedio,
para alcanzar el amor sin polillas.

Hoy te ha mirado la fortuna,
espero ofrezcas tu hombro helado
a los fantasmas del miedo,
y de las pérdidas,
y mires de frente a tu suerte,
pues tampoco mereciste perder
lo que perdiste. 

Marta Alberca





lunes, 23 de febrero de 2015

COMO LA CIGARRA


  
Tantas veces me mataron
tantas veces me morí
sin embargo estoy aquí
resucitando.


Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal
y seguí cantando.

Tantas veces me borraron
tantas desaparecí
a mi propio entierro fui
sola y llorando.


Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la última vez
y volví cantando.



Tantas veces te mataron
tantas resucitarás
tantas noches pasarás
desesperando.


A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.



Maria Elena Walsh

domingo, 22 de febrero de 2015

CAMINOS



De la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi pena. 


El río va corriendo,
entre sombrías huertas
y grises olivares,
por los alegres campos de Baeza 


Tienen las vides pámpanos dorados
sobre las rojas cepas. 


Guadalquivir, como un alfanje roto
y disperso, reluce y espejea. 


Lejos, los montes duermen
envueltos en la niebla,
niebla de otoño, maternal; descansan
las rudas moles de su ser de piedra
en esta tibia tarde de noviembre,
tarde piadosa, cárdena y violeta. 


El viento ha sacudido
los mustios olmos de la carretera,
levantando en rosados torbellinos
el polvo de la tierra.
La luna está subiendo
amoratada, jadeante y llena.


Los caminitos blancos
se cruzan y se alejan,
buscando los dispersos caseríos
del valle y de la sierra. 


Caminos de los campos...
¡Ay, ya, no puedo caminar con ella!



Antonio Machado

sábado, 21 de febrero de 2015

A UNA CRUZ. EX-VOTO


 
Cruz que ofrendando tu infinito abrazo
Cabe la silenciosa carretera,
Pareces bendecir la tierra entera
Y atarla al cielo como un férreo lazo!...

Puerto de luz abierto al peregrino
A la orilla del pálido camino!...
Vibre en el Tiempo la sagrada hora
Que a tu lado viví, cuando el gran broche
De nácar de la luna abrió una noche
Que pareció una aurora!...

Cruz que ofrendando tu infinito abrazo
Cabe la silenciosa carretera,
Pareces bendecir la tierra entera
Y atarla al cielo como un férreo lazo!...

Puerto de luz abierto al peregrino
A la orilla del pálido camino!...
Vibre en el Tiempo la sagrada hora
Que a tu lado viví, cuando el gran broche
De nácar de la luna abrió una noche
Que pareció una aurora!...



Delmira Agustini

viernes, 20 de febrero de 2015

POBRE FLOR


 
—«¿Por qué te miro así tan abatida,
pobre flor?
¿En dónde están las galas de tu vida
y el color?

»Dime, ¿por qué tan triste te consumes,
dulce bien?»
—«¿Quién?, ¡el delirio devorante y loco
de un amor,
que me fue consumiendo poco a poco
de dolor!
Porque amando con toda la ternura
de la fe,

a mí no quiso amarme la criatura
que yo amé.
»Y por eso sin galas me marchito
triste aquí,
siempre llorando en mi dolor maldito,
¡Siempre así!»—
¡Habló la flor!...
Yo gemí... era igual a la memoria
de mi amor.


Manuel Acuña

jueves, 19 de febrero de 2015

TESTIGO DE EXCEPCION




Un mar, un mar es lo que necesito.
Un mar y no otra cosa, no otra cosa.
Lo demás es pequeño, insuficiente, pobre.


Un mar, un mar es lo que necesito.
No una montaña, un río, un cielo.
No. Nada, nada,
únicamente un mar.


Tampoco quiero flores, manos,
ni un corazón que me consuele.
No quiero un corazón
a cambio de otro corazón.


No quiero que me hablen de amor
a cambio del amor.
Yo sólo quiero un mar:
yo sólo necesito un mar.


Un agua de distancia,
un agua que no escape,
un agua misericordiosa
en que lavar mi corazón
y dejarlo a su orilla
para que sea empujado por sus olas,
lamido por su lengua de sal
que cicatriza heridas.
Un mar, un mar del que ser cómplice.



Francisca Aguirre

miércoles, 18 de febrero de 2015

CANTO A PUERTO RICO



¡Borinquen!, nombre al pensamiento grato
como el recuerdo de un amor profundo;
bello jardín de América el ornato,
siendo el jardín América del mundo.

Perla que el mar de entre su concha arranca
al agitar sus ondas placenteras;
garza dormida entre la espuma blanca
del níveo cinturón de tus riberas.

Tú que das a la brisa de los mares
al recibir el beso de su aliento
la garzota gentil de tus palmares;

Qué pareces en medio de la bruma
al que llega a tus playas peregrinas,
una ciudad fantástica de espumas
que formaron jugando las ondinas;

Un jardín encantado
sobre las aguas de la mar que domas;
un búcaro de flores columpiado
entre espuma y coral, perlas y aromas;

Tú, que en las tardes sobre el mar derramas,
con los colores que tu ocaso viste,
otro océano de flotantes llamas;

Tú que me das el aire que respiro
y vida al ritmo que en mi lira brota,
cuando la inspiración en raudo giro
con sus alas flamígeras azota
la frente del cantor, ¡Oye mi acento!

El santo amor que entre mi pecho guardo
te pintará su rústica armonía;
por ti lo lanzo a la región del viento,
tu amor lo dicta al corazón del bardo
y el bardo en él su corazón de envía.

¡Óyelo, patria! El último sonido
será, tal vez, de mi laúd; muy pronto
partiré a las regiones del olvido.

Mi juventud efímera se merma
y ya en su carcel habitar no quiere
el alma melancólica y enferma.

Antes que llegue mi postrero día
y mi cantar se extinga con mi aliento,
toma ¡Patria!, mi última poesía;
¡Ella es de mi amor el testamento!
¡Ella el adiós que tu cantor te envía!


Jose Gautier Benitez

martes, 17 de febrero de 2015

NOCHE DEL MES DE JUNIO




Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
                                                                          nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.

Eran las noches incurables
                                                        y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.

Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser más que un hombre, cuánto quise
morir
            o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
                                              Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.


Jaime Gil de Biezma

lunes, 16 de febrero de 2015

A UN POERA MUERTO


Asi como en la roca nunca vemos
La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.


Por esto te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire. 


Leve es la parte de la vida
Que como dioses rescatan los poetas.
El odio y destrucción perduran siempre
Sordamente en la entraña

Toda hiel sempiterna del español terrible,
Que acecha lo cimero
Con su piedra en la mano. 


Triste sino nacer
Con algún don ilustre
Aquí, donde los hombres
En su miseria sólo saben
El insulto, la mofa, el recelo profundo
Ante aquel que ilumina las palabras opacas
Por el oculto fuego originario. 


La sal de nuestro mundo eras,
Vivo estabas como un rayo de sol,
Y ya es tan sólo tu recuerdo
Quien yerra y pasa, acariciando
El muro de los cuerpos
Con el dejo de las adormideras
Que nuestros predecesores ingirieron
A orillas del olvido. 


Si tu ángel acude a la memoria,
Sombras son estos hombres
Que aún palpitan tras las malezas de la tierra;
La muerte se diría
Más viva que la vida
Porque tú estás con ella,
Pasado el arco de tu vasto imperio,
Poblándola de pájaros y hojas
Con tu gracia y tu juventud incomparables. 


Aquí la primavera luce ahora.
Mira los radiantes mancebos
Que vivo tanto amaste
Efímeros pasar junto al fulgor del mar.


Desnudos cuerpos bellos que se llevan
Tras de sí los deseos
Con su exquisita forma, y sólo encierran
Amargo zumo, que no alberga su espíritu
Un destello de amor ni de alto pensamiento. 


Igual todo prosigue,
Como entonces, tan mágico,
Que parece imposible
La sombra en que has caído.


Mas un inmenso afán oculto advierte
Que su ignoto aguijón tan sólo puede
Aplacarse en nosotros con la muerte,
Como el afán del agua,
A quien no basta esculpirse en las olas,
Sino perderse anónima
En los limbos del mar. 


Pero antes no sabías
La realidad más honda de este mundo:
El odio, el triste odio de los hombres,
Que en ti señalar quiso
Por el acero horrible su victoria,
Con tu angustia postrera
Bajo la luz tranquila de Granada,
Distante entre cipreses y laureles,
Y entre tus propias gentes
Y por las mismas manos
Que un día servilmente te halagaran. 


Para el poeta la muerte es la victoria;
Un viento demoníaco le impulsa por la vida,
Y si una fuerza ciega
Sin comprensión de amor
Transforma por un crimen
A ti, cantor, en héroe,
Contempla en cambio, hermano,
Cómo entre la tristeza y el desdén
Un poder más magnánimo permite a tus amigos
En un rincón pudrirse libremente. 


Tenga tu sombra paz,
Busque otros valles,
Un río donde del viento
Se lleve los sonidos entre juncos
Y lirios y el encanto
Tan viejo de las aguas elocuentes,
En donde el eco como la gloria humana ruede,
Como ella de remoto,
Ajeno como ella y tan estéril.


Halle tu gran afán enajenado
El puro amor de un dios adolescente
Entre el verdor de las rosas eternas;
Porque este ansia divina, perdida aquí en la tierra,
Tras de tanto dolor y dejamiento,
Con su propia grandeza nos advierte
De alguna mente creadora inmensa,
Que concibe al poeta cual lengua de su gloria
Y luego le consuela a través de la muerte.



Luis Cernuda

domingo, 15 de febrero de 2015

ME ATREVERE A BESARTE


   
Mírame aquí a tu lado tirada dulcemente;
Soy lirio caído al pie de una montaña...
Mírame aquí a tu lado... Esa luz que me baña
me viene de tus ojos como de un sol naciente.
 
Cómo envidio tus uñas insertas en tus dedos,
y tus dedos insertos de tu mano en la palma,
y tu ser todo inserto en el molde de mi alma !
Como envidio tus uñas insertas en tus dedos.
 
Acoge mi pedido: oye mi voz sumisa,
vuélvete a donde quedo postrada y sin aliento.
Celosa de tus penas, esclava de tu risa,
sobra de tus anhelos y de tu pensamiento.
 
Te miraré a los ojos cuando la tarde abroche
tu boca bien amada que no he besado nunca.


Alfonsina Storni

sábado, 14 de febrero de 2015

MESA DEL ALBA

 
La mesa en la mañana me espera con 

su silla,
 
mas se sienta la ausencia familiar a la 

mesa.

La mesa en la mañana hasta mis ojos 

brilla,
 
cuando estoy frente a ella con mi sola 

cabeza.

Es una gota parda que brilla su rocío,
 
entre sillas que esperan todo el día 

pacientes.

Como un rayo de sol a calentar el frío,
 
un hombre al desayuno se lanza con 

sus dientes.

Sobre el pardo rocío que desayuno 

alienta,
 
es pájaro la lengua de este hombre 

sentado.

Y conversa con otro que a su lado se 

sienta,
 
y también como un rayo de sol sentado 

al lado.

Y así nace el gorjeo matinal de la casa.

¡A donde brilla un sol que es comedor 

brillante,
 
de la cocina vino la vaporosa taza,
 
desde el mismo horizonte con su día 

fragante!



Alberto Rubio

viernes, 13 de febrero de 2015

TRES COSAS




Tres cosas me tienen preso
de amores el corazón,
la bella Inés, el jamón,
y berenjenas con queso.

Esta Inés, amantes, es
quien tuvo en mí tal poder,
que me hizo aborrecer
todo lo que no era Inés.


Trájome un año sin seso,
hasta que en una ocasión
me dio a merendar jamón
y berenjenas con queso.

Fue de Inés la primer palma;
pero ya juzgarse ha mal
entre todos ellos cuál
tiene más parte en mi alma.


En gusto, medida y peso
no le hallo distinción:
ya quiero Inés, ya jamón,
ya berenjenas con queso.

Alega Inés su bondad,
el jamón que es de Aracena,
el queso y la berenjena
la española antigüidad.


Y está tan en fiel el peso
que, juzgado sin pasión,
todo es uno, Inés, jamón,
y berenjenas con queso.

A lo menos este trato
destos mis nuevos amores
hará que Inés sus favores
nos los venda más barato.


Pues tendrá por contrapeso
si no hiciere razón,
una lonja de jamón
y berenjenas con queso.


Baltasar Del Alcazar


jueves, 12 de febrero de 2015

PIERROT BORRACHO



En las calles de la feria
de la feria desierta
sólo la luna llena

Fernando Pessoablanquea y clarea
las noches de la feria
en la noche entreabierta.
Sólo la luna alba
blanquea y clarea
la tierra calva
de abandono y alba
alegría ajena.
Ebria blanquea
como por la arena
en las calles de feria,
de la feria desierta
en la noche ya llena
de sombra entreabierta.
La luna boquea
en las calles de feria
desierta e incierta.


Fernando Pessoa

miércoles, 11 de febrero de 2015

DE LA PRIMAVERA




La blanda primavera
derramando aparece
sus tesoros y galas
por prados y vergeles.

Despejado ya el cielo
de nubes inclementes,
con luz cándida y pura
ríe a la tierra alegre.

El alba de azucenas
y de rosa las sienes
se presenta ceñidas,
sin que el cierzo las hiele.

De esplendores más rico
descuella por oriente
en triunfo el sol y a darle
la vida al mundo vuelve.

Medrosos de sus rayos
los vientos enmudecen,
y el vago cefirillo
bullendo les sucede,

el céfiro, de aromas
empapado, que mueven
en la nariz y el seno
mil llamas y deleites.

Con su aliento en la sierra
derretidas las nieves,
en sonoros arroyos
salpicando descienden.

De hoja el árbol se viste,
las laderas de verde,
y en las vegas de flores
ves un rico tapete.

Revolantes las aves
por el aura enloquecen,
regalando el oído
con sus dulces motetes;

y en los tiros sabrosos
con que el Ciego las hiere
suspirando delicias,
por el bosque se pierden,

mientras que en la pradera
dóciles a sus leyes
pastores y zagalas
festivas danzas tejen

y los tiernos cantares
y requiebros ardientes
y miradas y juegos
más y más los encienden.

Y nosotros, amigos,
cuando todos los seres
de tan rígido invierno
desquitarse parecen,

¿en silencio y en ocio
dejaremos perderse
estos días que el tiempo
liberal nos concede?

Una vez que en sus alas
el fugaz se los lleve,
¿podrá nadie arrancarlos
de la nada en que mueren?

Un instante, una sombra
que al mirar desparece,
nuestra mísera vida
para el júbilo tiene.

Ea, pues, a las copas,
y en un grato banquete
celebremos la vuelta
del abril floreciente.


Juan Melendez Valdes

martes, 10 de febrero de 2015

AMOR




Amor que vida pones en mi muerte
como una milagrosa primavera:
ido ya te creí, porque en la espera,
amor, desesperaba de tenerte.

era el sueño tan largo y tan inerte,
que si con vigor tanto no sintiera
tu renacer, dudara, y te creyera,
amor, sólo un engaño de la suerte.

Mas te conozco bien, y tan sabido
mi corazón, te tiene, que, dolido,
sonríe y quiere huirte y no halla modo.

Amor que tornas, entra. Te aguardaba.
Temía tu regreso, y lo deseaba.
Toma, no pidas, porque tuyo es todo.


Manuel Magallanes Moure

lunes, 9 de febrero de 2015

EL VIENTO Y EL ALMA



Con tal vehemencia el viento
viene del mar, que sus sones
elementales contagian
el silencio de la noche.

Solo en tu cama le escuchas
insistente en los cristales
tocar, llorando y llamando
como perdido sin nadie.

Mas no es él quien en desvelo
te tiene, sino otra fuerza
de que tu cuerpo es hoy cárcel,
fue viento libre, y recuerda.


Luis Cernuda

domingo, 8 de febrero de 2015

GALOPE



Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna. 

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.

Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar! 

Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura. 

Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya. 

¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

Rafael Alberti

sábado, 7 de febrero de 2015

SEÑAL DEL VELO



Como el vértigo de la espada
despuntando silencios,
tu ausencia
fragua insistente
revistiendo
calados entornos
ensangrentando
espirales sobre días y noches
cubiertas
por lamentables transparencias.

Veo tus ojos
-tempestad de luces-
desbandando sombras,
invadiendo
veranos y esperas,
volviendo con los míos
en las tejidas
gaviotas del atardecer,
en la copiosa
tanda de estrellas
contempladas en tu frente.

Tu pelo es la lluvia
Sobre tu espalda
chorrea
un voluptuoso calendario
de hebras y medusas
donde feliz
se pierde y enreda
la masculina
vela de mi entrega.

Tu ausencia
viene con la lluvia,
su velo
es un témpano abrazador
cayéndome
en las letras de tu nombre: Verónica.


Ariel Montoya

viernes, 6 de febrero de 2015

LA AUSENCIA DEL OLVIDO



Iba llorando la Ausencia
con el semblante abatido
cuando se encontró en presencia
del Olvido,
que al ver su faz marchitada,
le dijo con voz turbada:
sin colores,
—«Ya no llores niña bella,
ya no llores,
que si tu contraria estrella
te oprime incansable y ruda,
yo te prometo mi ayuda
contra tu mal y contra ella».
Oyó la Ausencia llorando
la propuesta cariñosa,
y los ojos enjugando
ruborosa,
—«Admito desde el momento,
buen anciano»
—le dijo con dulce acento—
«admito lo que me ofreces
y que en vano
he buscado tantas veces,
yo que triste y sin ventura,
la copa de la amargura
he apurado hasta las heces».
Desde entonces, Lola bella,
cariñosa y anhelante
vive el Olvido con ella,
siempre amante;
y la Ausencia ya ni gime,
ni doliente
recuerda el mal que la oprime;
que un amor ha concebido
tan ardiente
por el anciano querido,
que si sus penas resiste,
suspira y llora muy triste
cuando la deja el Olvido

Manuel Acuña

jueves, 5 de febrero de 2015

EL VELERO BLANCO




Desde que era niño siempre tuvo el sueño,
que lo dio un barquito hecho de papel,
y fue desde entonces que quiso ser dueño
de del velero blanco y bogar en él,
no por los paisajes de cielos lejano
donde están las islas de hermoso coral
él solo soñaba sentarse en su barco
y por una brisa dejarse llevar.

Al pasar el tiempo se quedó en un sueño
como tantos sueños, su sueño de mar
nunca dijo nada, pues siempre temía
que si alguien sabía se fuera a burlar.

Hoy que ya está viejo, que nadie le ofrece
por sus pocas fuerzas un trozo de pan,
agarra la silla, esa que se mece,
y se va hasta el patio, buscando soñar,
  en la vieja silla, se siente en el barco,
    cerrando los ojos escucha la mar
      y hasta hay una brisa...
        que baja a sus labios
          olas pequeñitas...
            con sabor...          
              a sal...


Ramon de Almagro
 

miércoles, 4 de febrero de 2015

ABSTRACCION


 
A veces melancólico me hundo
en mi noche de escombros y miserias,
y caigo en un silencio tan profundo
que escucho hasta el latir de mis arterias. 


Más aún: oigo el paso de la vida
por la sorda caverna de mi cráneo
como un rumor de arroyo sin salida,
como un rumor de río subterráneo. 


Entonces presa de pavor y yerto
como un cadáver, mudo y pensativo,
en mi abstracción a descifrar no acierto 


Si es que dormido estoy o estoy despierto,
si un muerto soy que sueña que está vivo
o un vivo soy que sueña que está muerto.



Julio Florez

martes, 3 de febrero de 2015

PARA TI, TODO EL TIEMPO


 
Qué se puede hacer con el tiempo
cuando la ausencia llena
cada llama del amarillo fuego
y la distancia rompe todo lo que amas
como un frágil cristal... azul y viejo.

Quizá abrazarte a la nada
con el secreto deseo
de que no sea tiempo
eso que cuentan los acompasados
latidos del corazón.

Que no sea tiempo lo que separa,
que las miradas no sean tiempo,
que los planetas dibujen sus invisibles órbitas en tus ojos
y que se llenen de besos, de caricias, de sueños sin tiempo.

Hacer posible lo imposible,
dormir sobre el breve filo de la existencia,
cambiar los secretos ecos del alma
por la vida sin tiempo, de tu boca. 



Salvador Lapeña

lunes, 2 de febrero de 2015

PARA CUANDO TU NO ESTES


 
Para cuando no estés, yo tu amor acaparo,
más que nunca te beso, más intenso te amo,
y calmando mi sed en tus labios de miel,
con mis voraces manos, yo recorro tu piel.

Tú me dices: ¡Ya basta!... ¡por hoy es demasiado!,
y yo tan sordo insisto en lograr el pecado,
y se extingue tu voz, te delata el aliento,
de tu boca que clama por el salvaje encuentro.

Y te resistes tú, y lo consigo yo,
y el crujir de la cama revive la pasión,
me preguntas: ¿me amas?, yo respondo: ¿no ves?,
y hasta mi espalda abrazas con tus desnudos pies.

Y gritamos los dos en una sola voz,
y la oportuna brisa nos libra del sudor,
de dos cuerpos cansados de tanto contraer,
y susurro a tu oído... ¡¡¡Para cuando no estés!!!


Enmanuel

domingo, 1 de febrero de 2015

ULTIMA NIEVE



Una hermosa mentira te acompaña,
pero no llega a acariciarte.
Sólo sabes de ella lo que dicen,
lo que te explican libros enigmáticos
que narran una historia fabulosa
con las palabras llenas de significación,
llenas de claridad y peso exactos,
y que tú no comprendes sin embargo.
Pero tu fe te salva, te mantiene.

Una hermosa mentira te vigila,
aunque no puede verte, y tú lo sabes.
Lo sabes de esa forma inexplicable
en que sabemos lo que más nos hiere.

Llueve desde los cielos tiempo y sombra,
llueve inocencia y loco desconsuelo.
Un incendio de sombras te ilumina,
mientras la nieve apaga las estrellas
que una vez fueron permanentes ascuas.

Una hermosa mentira te acompaña;
a infinitos millones de años luz,
intacta y compasiva, se extiende la nevada.




Francisca Aguirre