"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

martes, 31 de marzo de 2015

POEMA XI



 
Casi fuera del cielo ancla entre dos montañas
la mitad de la luna.

Girante, errante noche, la cavadora de ojos.
A ver cuántas estrellas trizadas en la charca.

Hace una cruz de luto entre mis cejas, huye.
Fragua de metales azules, noches de las calladas luchas,
mi corazón da vueltas como un volante loco.

Niña venida de tan lejos, traída de tan lejos,
a veces fulgurece su mirada debajo del cielo.

Quejumbre, tempestad, remolino de furia,
cruza encima de mi corazón, sin detenerte.

Viento de los sepulcros acarrea, destroza, dispersa tu raíz soñolienta.
Desarraiga los grandes árboles al otro lado de ella.

Pero tú, clara niña, pregunta de humo, espiga.
Era la que iba formando el viento con hojas iluminadas.

Detrás de las montañas nocturnas, blanco lirio de incendio,
ah nada puedo decir! Era hecha de todas las cosas.

Ansiedad que partiste mi pecho a cuchillazos,
es hora de seguir otro camino, donde ella no sonría.

Tempestad que enterró las campanas, turbio revuelo de tormentas
para qué tocarla ahora, para qué entristecerla.

Ay seguir el camino que se aleja de todo,
donde no esté atajando la angustia, la muerte, el invierno,
con sus ojos abiertos entre el rocío.


Pablo Neruda

lunes, 30 de marzo de 2015

EL MILAGRO PEQUEÑO




Aquella pobre niña
que aún no tenía senos...

Y la niña lloraba:
—Yo quiero tener senos.
—Señor, haz un milagro:
un milagro pequeño.

Pero Dios no la oía,
allá arriba, tan lejos...

Y cogió dos palomas,
se las puso en el pecho...
Pero las dos palomas
levantaron el vuelo.

Y cogió dos estrellas,
se la puso en el pecho...
Las estrellas temblaron
y se apagaron luego.

Y cogió dos magnolias,
se las puso en el pecho...
Las dos magnolias blancas
deshojaron sus pétalos.

Y cogió dos panales,
se los puso en el pecho...
Y la miel y la cera
se helaron en el viento.

¡Un milagro, Señor,
un milagro pequeño!

Pero Dios no la oía,
allá arriba, tan lejos.

Y un día fue el amor;
se le entró pecho adentro
¡y se sintió florida!
Le nacieron dos senos
con pico de paloma,
con temblor de luceros,
como magnolias, blancos;
como panales, llenos.

¡Igual que dos milagros...
pequeños!


Alejandro Casona

domingo, 29 de marzo de 2015

LA ORACION DEL ATEO



 Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes
a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi ama endulzóme noches tristes.
¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande
para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras.


Miguel de Unamuno

sábado, 28 de marzo de 2015

LA MUJER Y SUS RECODOS




Como buena mujer
de atavío sencillo y mundano,
me colma de  arranque y desvarío
cuando me escondo tras su regazo,
e imagino la locura de  sus curvas
encubiertas tras su  verde manto. 


Ruboriza su semblante
en candor y realidades,
que viste de pureza y tonalidad
si se rinde en aliento a su amante. 


Ofreciendo su cuerpo en espera
de mimos y besos caídos
que abracen su manto
con crestas de oro y plata
y brisas de otros tiempos. 


Que recubran su cuerpo
 colmen su amor
 y codicien al firmamento.





Dolores Garrido

jueves, 26 de marzo de 2015

A LA POESIA




Ya se dijeron las cosas más oscuras.
También las más brillantes.
Ya se enlazaron las palabras como
cabellos, seda y oro en una misma trenza
—adorno de tu espalda transparente—.


Ahora,
tan bella como estás,
recién peinada,
quiero tomar de ti lo que más amo.


Quiero tomarte
—aunque soy viejo y pobre—
no el oro ni la seda:
tan sólo el simple, el fresco, el puro
(apasionadamente), el perfumado,
el leve (airadamente), el suave pelo.


Y sacarte a las calles,
despeinada,
ondulando en el viento
—libre, suelto, a su aire—
tu cabello sombrío
como una larga y negra carcajada.



Angel Gonzalez

miércoles, 25 de marzo de 2015

MIL FLORES PARA TI...


 
Quisiera que estas flores
fueran para mitigar el dolor,
para ayudar a olvidar
para dejar de sufrir
o parar de llorar
Pero no lo son.


Me gustaría que sus colores
sirvieran para dibujar un cuadro
con sus horas alegres y felices
con lo más lindo de su vida 


Me gustaría que su perfume
bañara nuestros sentidos
permitiéndonos sentir
lo que no se ve ni se toca


Me gustaría que el verde de sus hojas
Nos llevara volando como pájaros
Al jardín de sus ilusiones


Al bosque de sus esperanzas

Que la maravillosa suavidad
Y eterna belleza de sus pétalos
Fueran los besos que faltaban,
Esos que se llevó al partir 


Que cada frágil capullo
Fuera un alado Pegasus
Que nos pudiera transportar
al lago de sus sueños 


Pero como nada nada de eso puede ser
Le imploro a Dios, al gran Dios
El creador del cielo y de la tierra
Con lágrimas en mis ojos


Que al caer cada pétalo de estas flores
Uno por uno se vaya transformando
En suaves plumas blancas,
Pequeñas, delicadas, livianas
para que en el majestuoso cielo azul
Formen un hermoso y mullido nido
Vaporoso como suspiros de mariposas


Donde repose para siempre
Su hermoso cuerpo dormido

Adiós hija mía, amor de mi vida
Guárdame un lugar al lado tuyo

Papisen


Freddy Diaz Macker

martes, 24 de marzo de 2015

EL PERDEDOR


 
Llegaré a un paso de la meta
Y luego me daré la vuelta. 


Solo para que sepáis que puedo hacerlo,
Solo para que empecéis a disfrutarlo. 


Solo para que el desprecio de vuestras risas
Haya servido para que fructifique la cosecha,
Para que no se pierdan las carcajadas
En el limbo de los idiotas.


Llegaré a un paso de la meta
Y luego me daré la vuelta. 


Solo para que sepáis que puedo hacerlo
Solo para que sepáis cuanto os odio
Solo para que sepáis cuánto os temo. 


Necesitabais calmar vuestra mezquina envidia.
Y habéis elegido vuestro chivo expiatorio. 


Ahora estoy a un paso de la meta
Pero pronto me daré la vuelta.


Es fácil despreciarme con insolencia
Así, bien arropados en el centro del rebaño.
Os reto uno a uno y cara a cara. 


Quiero que me miréis a los ojos
Y me digáis si en ellos podéis ver
Pensamientos distintos a los vuestros. 


Otros sentimientos diferentes a los que ocultáis
Detrás de vuestras estúpidas caras sonrientes. 


Llegaré a un paso de la meta
Y luego me daré la vuelta.

Solo para que sepáis cuánto daño me habéis hecho
Solo para que sepáis que nunca os perdonaré. 


No quiero vuestra miserable compasión.
No quiero ridículas lagrimítas de cocodrilo.
Me conformaría con que llegárais a un paso de la meta 

Con que echarais  el bofe en el intento. 

Para que sepáis lo duro que es el camino
Cuando lo tienes todo en tu contra. 



No cesáis de miraros los redondos ombligos
Para recibir consuelo de la común forma. 


Solo yo nací diferente, la genética me traicionó.
En lugar de  ombligo tengo una enorme boca
Con ella trago todo lo existente. 


Quiero encontrar la respuesta
Mientras vosotros lo pasáis tan bien,
Mientras os reís del perdedor
A mandíbula batiente. 


Llegaré a un paso de la meta
Y luego me daré la vuelta.

Solo para que tengáis conocimiento
Del dulce sabor de la venganza. 


Solo para que pueda ver
Ese estúpido rostro enrojecido
Desencajado por la mezquina envidia. 


Llegaré a un paso de la meta
Y luego me daré la vuelta
Aunque me sienta solo
En medio del tiempo y del espacio.
Me debo ese maldito placer de serpiente.




Ermantis

lunes, 23 de marzo de 2015

NEGRO SIN ZAPATOS


 
Hay en tus pies descalzos: graves amaneceres.

(Ya no podrán decir que es un siglo pequeño.) 


El cielo se derrite rodando por tu espalda:
húmeda de trabajo, brillante de trabajo,
pero oscura de sueldo. 


Yo no te vi dormido... Yo no te vi dormido...
aquellos pies descalzos
no te dejan dormir. 


Tú ganas diez centavos, diez centavos por día.
Sin embargo,
tú los ganas tan limpios
tienes manos tan limpias,
que puede que tu casa sólo tenga. 


Ropa sucia,
catre sucio,
carne sucia,
pero lavada la palabra: Hombre.



Manuel del Cabral

domingo, 22 de marzo de 2015

LOS FANTASMAS DEL DESEO



Yo no te conocía, tierra;
con los ojos inertes, la mano aleteante,
lloré todo ciego bajo tu verde sonrisa,
aunque, alentar juvenil, sintiera a veces
un tumulto sediento de postrarse,
como huracán henchido aquí en el pecho;
ignorándote, tierra mía,
ignorando tu alentar, huracán o tumulto,
idénticos en esta melancólica burbuja que yo soy
a quien tu voz de acero inspirara un menudo vivir.

Bien sé ahora que tú eres
quien me dicta esta forma y este ansia;
sé al fin que el mar esbelto,
la enamorada luz, los niños sonrientes,
no son sino tú misma;
que los vivos, los muertos,
el placer y la pena,
la soledad, la amistad,
la miseria, el poderoso estúpido,
el hombre enamorado, el canalla,
son tan dignos de mí como de ellos yo lo soy;
mis brazos, tierra, son ya más anchos, ágiles,
para llevar tu afán que nada satisface. 
 
El amor no tiene esta o aquella forma,
no puede detenerse en criatura alguna;
todas son por igual viles y soñadoras. 


Placer que nunca muere
beso que nunca muere,
sólo en ti misma encuentro, tierra mía. 
 
Nimbos de juventud, cabellos rubios o sombríos,
rizosos o lánguidos como una primavera,
sobre cuerpos cobrizos, sobre radiantes cuerpos
que tanto he amado inútilmente,
no es en vosotros donde la vida está, sino en la tierra,
en la tierra que aguarda, aguarda siempre
con sus labios tendidos, con sus brazos abiertos.

Dejadme, dejadme abarcar, ver unos instantes
este mundo divino que ahora es mío,
mío como lo soy yo mismo,
como lo fueron otros cuerpos que estrecharon mis brazos,
como la arena, que al besarla los labios
finge otros labios, dúctiles al deseo,
hasta que el viento lleva sus mentirosos átomos.

Como la arena, tierra,
como la arena misma,
la caricia es mentira, el amor es mentira, la amistad es mentira. 


Tú sola quedas con el deseo,
con este deseo que aparenta ser mío y ni siquiera es mío,
sino el deseo de todos,
malvados, inocentes,
enamorados o canallas.


Tierra, tierra y deseo.
Una forma perdida.


Luis Cernuda

sábado, 21 de marzo de 2015

DESPUES DE LOS DIAS


 
Será cuando el misterio de la sombra,
piadosa madre de mi cuerpo, haya pasado;
cuando las angustiadas palomas, mis amigas, no repitan
por mí su vuelo funerario;
cuando el último brillo de mi boca se apague duramente,
sin orgullo;
mucho después del llanto de la muerte.

No acabarás entonces,
mitad de mi vida fatigada de cantar lo terrestre.
Nadie podrá mirarte con esa misma pena que se tiene
al mirar un pálido arenal interminable,
porque tú volverás, ¡oh corazón amante del recuerdo!,
a las tristes planicies.



Serás el mismo viento tormentoso de agosto,
huracanado y redentor como la plegaria de un tiempo
arrepentido;
serás, cuando la noche, esa visión luciente que responde
en la niebla
a una señal de oscuro desamparo;
tu voz tendrá un sonido humilde y temeroso
porque será el rumor doliente de los cercos
que guardaron tu infancia,
al desmoronarse;
y tu color será el color del aire, dulcemente amarillo,
que las hojas de otoño desvanecen para sobrevivir.


Detrás de las paredes que limitan los sueños
estarán todavía los hombres,
prisioneros de sus mismos semblantes;
aquéllos, los marchitos,
los que dicen adiós con su mirada única,
a cada nuevo paso del sombrío cortejo de su sangre,
mientras van consumiendo su destino de arena porque
su cielo cabe en una lágrima.

No te detengas, no, glorioso mediodía de mis huesos.
Ellos ven en el polvo un letárgico olvido tan largo
como el mundo,


y tú sabes, cuerpo mío dichoso desde el tiempo,
que no en vano mecieron tu corazón las lentas primaveras,
que tu pecho está unido a ese incesante aliento que
reconoce en él una guarida


que será necesario morir para vivir el canto glorioso
de la tierra.



Olga Orozco







viernes, 20 de marzo de 2015

A TANTALO


 
Castiga el cielo a Tántalo inhumano,
que en impia mesa su rigor provoca,
medir queriendo en competencia Ioca
saber divino con engaño humano.


Agua en las aguas busca, y con la mano
el árbol fugitivo casi toca;
huye el copioso Erídano a su boca
y en vez de fruta aprieta el aire vano. 



Tú, qu'espantado de su pena admiras
qu'el cercano manjar en largo ayuno
al gusto falte y a la vista sobre,

¿Cómo de muchos Tántalos no miras
ejemplo igual? Y si cudicias uno,
mira al avaro en sus riquezas pobre.



Juan de Arquijo

jueves, 19 de marzo de 2015

AROMOS RUBIOS EN LOS CAMPOS DE LONCOCHE


 
La pata gris del Malo pisó estas pardas tierras,
hirió estos dulces surcos, movió estos curvos montes,
rasguñó las llanuras guardadas por la hilera
rural de las derechas alamedas bifrontes.



El terraplén yacente removió su cansancio,
se abrió como una mano desesperada el cerro,
en cabalgatas ebrias galopaban las nubes
arrancando de Dios, de la tierra y del cielo.



El agua entró en la tierra mientras la tierra huía
abiertas las entrañas y anegada la frente:
hacia los cuatro vientos, en las tardes malditas,
rodaban —ululando como tigres— los trenes.



Yo soy una palabra de este paisaje muerto,
yo soy el corazón de este cielo vacío:
cuando voy por los campos, con el alma en el viento,
mis venas continúan el rumor de los ríos.



A dónde vas ahora? —Sobre el cielo la greda
del crepúsculo, para los dedos de la noche.
No alumbrarán estrellas... A mis ojos se enredan
aromos rubios en los campos de Loncoche.



 Pablo Neruda

miércoles, 18 de marzo de 2015

FRENTE AL MAR




Oh mar, enorme mar, corazón fiero
De ritmo desigual, corazón malo,
Yo soy más blanda que ese pobre palo
Que se pudre en tus ondas prisionero. 


Oh mar, dame tu cólera tremenda,
Yo me pasé la vida perdonando,
Porque entendía, mar, yo me fui dando:
«Piedad, piedad para el que más ofenda». 


Vulgaridad, vulgaridad me acosa.
Ah, me han comprado la ciudad y el hombre.
Hazme tener tu cólera sin nombre:
Ya me fatiga esta misión de rosa.


¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena,
Me falta el aire y donde falta quedo,
Quisiera no entender, pero no puedo:
Es la vulgaridad que me envenena. 



Me empobrecí porque entender abruma,
Me empobrecí porque entender sofoca,
¡Bendecida la fuerza de la roca!
Yo tengo el corazón como la espuma. 


Mar, yo soñaba ser como tú eres,
Allá en las tardes que la vida mía
Bajo las horas cálidas se abría...
Ah, yo soñaba ser como tú eres. 


Mírame aquí, pequeña, miserable,
Todo dolor me vence, todo sueño;
Mar, dame, dame el inefable empeño
De tornarme soberbia, inalcanzable. 



Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza.
¡Aire de mar!... ¡Oh, tempestad! ¡Oh enojo! 


Desdichada de mí, soy un abrojo,
Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza. 


Y el alma mía es como el mar, es eso,
Ah, la ciudad la pudre y la equivoca;
Pequeña vida que dolor provoca,
¡Que pueda libertarme de su peso! 


Vuele mi empeño, mi esperanza vuele...
La vida mía debió ser horrible,
Debió ser una arteria incontenible
Y apenas es cicatriz que siempre duele.



Alfonsina Storni



martes, 17 de marzo de 2015

NOSTALGIA



Asomas por el palco blanco
Tu aliento recogido en primavera,
Y la dejas caer, tierna esencia,
Como pétalos de letras, en mis manos.

Te veo venir, misterio, caminando,
Relleno de atmósferas de versos.
Vas pensando en lo dulce de tus sueños
Y en el despertar desnudo de lo amargo.

Canta el aire de tu ausencia al viento
Por las altas cumbres de mis ramas,
 Brilla el aire, corazón eterno,
Conmovido en tu seno y alma.


Enrique Adrados Maestre

lunes, 16 de marzo de 2015

EL POBRE CARITATIVO



Era un omne pobre   que vivié de raziones,
non avié otras rendas   nin otras furcïones
fuera quanto lavrava,   esto poccas sazones:
tenié en su alzado   bien poccos pepïones. 


Por ganar la Gloriosa   que él mucho amava,
partiélo con los pobres   todo quanto ganava;
en esto contendié   e en esto punnava,
por aver la su gracia   su mengua oblidava. 


Quando ovo est pobre   d'est mundo a passar,
la Madre glorïosa   vínolo combidar;
fablóli muy sabroso,   queriélo falagar,
udieron la palavra   todos los del logar. 



«Tú mucho cobdiciest   la nuestra compannía,
sopist pora ganarla   bien buena maestría,
ca partiés tus almosnas,   diziés Ave María,
por qué lo faziés todo   yo bien lo entendía. 


»Sepas que es tu cosa   toda bien acabada,
ésta es en que somos   la cabera jornada;
el Ite, missa est,   conta que es cantada,
venida es la ora   de prender la soldada. 


»Yo so aquí venida   por levarte comigo,
al regno de mi Fijo,   que es bien tu amigo,
do se ceban los ángeles   del buen candïal trigo;
a las Sanctas Virtutes   plazerlis há contigo». 


Quando ovo la Gloriosa   el sermón acabado,
desamparó la alma   al cuerpo venturado,
prisiéronla de ángeles,   un convento onrrado,
leváronla al Cielo,   ¡Dios sea end laudado! 



Los omnes que avién   la voz ante oída,
tan aína vidieron   la promesa complida:
a la Madre gloriosa   que es tan comedida,
todos li rendién gracias,   quisque de su partida. 


Qui tal cosa udiesse   serié malventurado
si de Sancta María   non fuesse muy pagado,
si más no la onrrase   serié desmesurado,
qui de ella se parte   es muy mal engannado. 


Aun más adelante   queremos aguijar:
tal razón como ésta   non es de destajar,
ca éstos son los árboles   do devemos folgar,
en cuya sombra suelen   las aves organar.



Gonzalo de Berceo



domingo, 15 de marzo de 2015

EL CORAZON REBOSANTE




El alma traigo ebria de aroma de rosales
y del temblor extraño que dejan los caminos...


A la luz de la luna las vacas maternales
dirigen tras mi sombra sus ojos opalinos. 


Pasan con sencillez hacia la cumbre,
rumiando simplemente las hierbas del vallado;
o bien bajo los árboles con clara mansedumbre
se aduermen al arrullo del aire sosegado. 


Y en la quietud augusta de la noche mirífica,
como sutil caricia de trémulos pinceles,
del cielo florecido la claridad magnífica
fluye sobre la albura de sus lustrosas pieles.



Y yo discurro en paz, y solamente pienso
en la virtud sencilla que mi razón impetra;
hasta que, en elación el ánimo suspenso,
gozo la sencillez que viene y me penetra.


Sencillez de las bestias sin culpa y sin resabio;
sencillez de las aguas que apuran su corriente;
sencillez de los árboles... ¡Todo sencillo y sabio,
Señor, y todo justo, y sobrio, y reverente! 


Cruzando las campiñas, tiemblo bajo la gracia
de esta bondad augusta que me llena...
¡Oh dulzura de mieles! ¡Oh grito de eficacia!
¡Oh manos que vertisteis en mi espíritu
la sagrada emoción de la noche serena! 



Como el varón que sabe la voz de las mujeres
en celo, temblorosas cuando al amor incitan,
yo sé la plenitud en que todos los seres
viven de su virtud, y nada solicitan. 


Para seguir viviendo la vida que me resta
haced mi voluntad templada, y fuerte y noble,
oh virginales cedros de lírica floresta,
oh próvidas campiñas, oh generoso roble. 


Y haced mi corazón fuerte como vosotros
del monte en la frecuencia.


Oh dulces animales que, no sabiendo nada,
bajo la carne sabéis la antigua ciencia
de estar oyendo siempre la soledad sagrada.



Porfirio  Barba  Jacob



sábado, 14 de marzo de 2015

BAJO TIERRA


 
De entre las piedras y el musgo,
de entre las grietas por donde se filtra el agua,
emerges verde de ilusiones y esperanzas,
Fresca y húmeda ¡Oh mi vid!.

Y te alimentas de mí que estoy bajo tus pies,
y te veo desde mis huesos secos sin carne ni piel
abrirte paso hacia un mundo de luz
derramando tus bendiciones en forma de racimos.


Que nunca mas beberé de tu vino, eso ya lo sé;
y que ya nunca mas tus frutos serán míos, verdades absolutas.
Seré casi un espectro en alguna parte de tu camino,
que se perderá como línea curva hacia el infinito.

Y te diré Adiós amada mía...
desde mi posición de pasado putrefactándose en tu olvido.
Y partiré yo también a paso lento en la oscuridad,
Más abajo... más abajo.



Cesar Ahing Samatelo

viernes, 13 de marzo de 2015

EL BUEN OLVIDO



¡Hace ya tanto tiempo! Te creí tan distante,
tan perdida en el hondo sendero del olvido,
y ha bastado esta noche tranquila e inquietante,
y han bastado este aroma en el aire doemido,
y estas sombras profundas y este vago claror
de la luna en creciente, para que yo te tienda
mi alma a través de todo, como una buena senda
lunada de esperanza y olorosa de amor.



Porque olvidé tus besos, tengo sed de tu boca,
porque olvidé tu acento, tengo ansias de tu voz,
porque olvidé tu alma, mi alma ahora te evoca
al pie de la montaña, bajo el cielo de dios.



Amada, ¿ves la luna? Dame, dame tu mano.
Dame también tus labios. seremos como hermano
y hermana. Nos iremos por el vago sendero
que se interna en la noche. Nos seguirá un austero
silencio, y poco a poco será el buen recordar.



roces, palabras, besos. ¡Te creí tan distante!
Y en la pálida noche, el placer fulgurante
de sentirnos de nuevo, de volvernos a hallar.



Manuel Magallanes Moure

jueves, 12 de marzo de 2015

EL BUEN OLVIDO



¡Hace ya tanto tiempo! Te creí tan distante,
tan perdida en el hondo sendero del olvido,
y ha bastado esta noche tranquila e inquietante,
y han bastado este aroma en el aire doemido,
y estas sombras profundas y este vago claror
de la luna en creciente, para que yo te tienda
mi alma a través de todo, como una buena senda
lunada de esperanza y olorosa de amor.

Porque olvidé tus besos, tengo sed de tu boca,
porque olvidé tu acento, tengo ansias de tu voz,
porque olvidé tu alma, mi alma ahora te evoca
al pie de la montaña, bajo el cielo de dios.

Amada, ¿ves la luna? Dame, dame tu mano.
Dame también tus labios. seremos como hermano
y hermana. Nos iremos por el vago sendero
que se interna en la noche. Nos seguirá un austero
silencio, y poco a poco será el buen recordar.

roces, palabras, besos. ¡Te creí tan distante!
Y en la pálida noche, el placer fulgurante
de sentirnos de nuevo, de volvernos a hallar.



Manuel Magallanes Moure

miércoles, 11 de marzo de 2015

BOCA A BOCA


 
Copa de vida donde quiero y sueño
Beber la muerte con fruición sombría,
Surco de fuego donde logra Ensueño
Fuertes semillas de melancolía.



Boca que besas a distancia y llamas
En silencio, pastilla de locura
Color de sed y húmeda de llamas...
¡Verja de abismos es tu dentadura!



Sexo de un alma triste de gloriosa;
El placer unges de dolor; tu beso,
Puñal de fuego en vaina de embeleso,
Me come en sueños como un cáncer rosa...



Joya de sangre y luna, vaso pleno
De rosas de silencio y de armonía,
Nectario de su miel y su veneno,
Vampiro vuelto mariposa al día.




Tijera ardiente de glaciales lirios,
Panal de besos, ánfora viviente
Donde brindan delicias y delirios
Fresas de aurora en vino de Poniente...



Estuche de encendidos terciopelos
En que su voz es fúlgida presea,
Alas del verbo amenazando vuelos,
Cáliz en donde el corazón flamea.



Pico rojo del buitre del deseo
Que hubiste sangre y alma entre mi boca,
De tu largo y sonante picoteo
Brotó una llaga como flor de roca.



Inaccesible... Si otra vez mi vida
Cruzas, dando a la tierra removida
Siembra de oro tu verbo fecundo,
Tú curarás la misteriosa herida:


Lirio de muerte, cóndor de vida,
¡Flor de tu beso que perfuma al mundo!



Delmira Agustini

martes, 10 de marzo de 2015

SONETO V. EL SEGMENTO LAPIDARIO


 
Disparada en el eje cartesiano,
donde nacen y mueren los conjuntos,
una recta, acotada entre dos puntos,
debate su existencia sobre el plano.


Sobre la abscisa el gran Dios soberano
¡principio y fin de los todos los asuntos!
va mostrando a sus pares ya difuntos
cuánto universo cabe en cada mano.


Y atribulado, el hombre, de tamaña
demostración de fuerza, se despierta
entre la duda, el eje y su legaña. 


¡El segmento es apenas un alerta
que lapidariamente nos araña
y nos anuncia donde está la puerta!



Ali Al Haded

lunes, 9 de marzo de 2015

TU QUE SABES TANTAS COSAS


 
Tú que sabes tantas cosas,
Dime por qué vuela el pájaro;
Por qué crecen las espigas;
Por qué reverdece el árbol.

Por qué se alumbran de flores
En primavera los prados.
Por qué no se calla el mar.
Por qué se apagan los astros.



Por qué es sonoro el silencio
En la soledad del campo:
Y el agua corre a esconderse
Entre su risa y su llanto.

Por qué el viento aviva el fuego
Cuando no puede apagarlo.
Por qué el corazón se duerme
Si el alma sigue soñando.



Jose Bergamin

domingo, 8 de marzo de 2015

EUROPA NO HABLA GRIEGO


 
Europa no habla griego, que habla gringo
Creyendo que está hablando el europeo:
Babélico balido y balbuceo
Que se americaniza de vikingo.

Nunca soñó un imperio Carolingo
Tan incontinental cocacoleo.
Ni encontró un Bonaparte a su deseo
Tal respuesta, responso, ni respiro.



Respuesta que es apuesta y desatina.
Responso a la difunta Gran Bretaña.
Respingo que lo da quien más se empina.

Y mientras se la ignora o se la extraña
A una Europa, que, al serlo, fue latina,
Ya no se habla en cristiano ni en España.


Jose Bergamin

sábado, 7 de marzo de 2015

NOCHE DE NIEVE


 
Asume Tus errores.
Visto para sentencia queda el tiempo
de las manzanas y la luna blanca.

Como en noche de nieve,
el lobo que cruzó los almanaques
ha marcado sus huellas. Las conoces,
sabes qué significa
dejar de amar, dejar de ser amado,
sentir que los minutos se corrompen
en el embarcadero de la vida.



Y llega hasta el final,
mírate frente a frente.

Pero luego
ten orgullo y valor, no digas nada
sino en presencia de tus abogados
que se llaman memoria, realidad y deseo.

Porque todo concluye, pero nada se calma.



Que no puedas perderlo que perdiste
no da tranquilidad, sino vacío.


Luis Garcia Montero

viernes, 6 de marzo de 2015

DEL AÑO MALO


 
Diciembre es esta imagen
de la lluvia cayendo con rumor de tren,
con un olor difuso a carbonilla y campo. 

Diciembre es un jardín, es una plaza
hundida en la ciudad,
al final de una noche,
y la visión en fuga de unos soportales.

Y los ojos inmensos
Y los ojos inmensos
—tizones agrandados—
en la cara morena de una cría
temblando igual que un gorrión mojado.

En la mano sostiene unos zapatos rojos,
elegantes, flamantes como un pájaro exótico.

El cielo es negro y gris
y rosa en sus extremos,
la luz de las farolas un resto amarillento. 

Bajo un golpe de lluvia, llorando, yo atravieso,
innoble como un trapo, mojado hasta los cuernos.


Jaime Gil de Biedma

jueves, 5 de marzo de 2015

AL MARQUES DE PESCARA


 
Señor, en quien nos vive y ha quedado
el gran nombre del Vasto y, su memoria,
después que de esta breve y transitoria
a al vida inmortal mudó su estado,

donde desprecia nuestro bajo grado
y goza para siempre inmensa gloria,
quedando en todo verso, en toda historia,
del mundo eternamente celebrado;



mirad cuán ancha y espaciosa vía
os muestran sus hazañas inmortales
de haceros inmortal entre la gente,

y seguid su valor, que con tal guía
los más famosos no os serán iguales
del siglo ya pasado o del presente.



Hernando de Acuña

miércoles, 4 de marzo de 2015

CANCION DE ANIVERSARIO



 
Porque son ya seis años desde entonces,
porque no hay en la tierra, todavía,
nada que sea tan dulce como una habitación
para dos, si es tuya y mía;
porque hasta el tiempo, ese pariente pobre
que conoció mejores días,
parece hoy partidario de la felicidad,
cantemos, alegría! 
Y luego levantémonos más tarde,
como domingo. Que la mañana plena
se nos vaya en hacer otra vez el amor,
pero mejor: de otra manera
que la noche no puede imaginarse,
mientras el cuarto se nos puebla
de sol y vecindad tranquila, igual que el tiempo,
y de historia serena. 

El eco de los días de placer,
el deseo, la música acordada
dentro en el corazón, y que yo he puesto apenas
en mis poemas, por romántica;
todo el perfume, todo el pasado infiel,
lo que fue dulce y da nostalgia,
¿no ves cómo se sume en la realidad que entonces
soñabas y soñaba? 
La realidad —no demasiado hermosa—
con sus inconvenientes de ser dos,
sus vergonzosas noches de amor sin deseo
y de deseo sin amor,
que ni en seis siglos de dormir a solas
las pagaríamos. Y con
sus transiciones vagas, de la traición al tedio, 
que ni en seis siglos de dormir a solas
las pagaríamos. Y con
sus transiciones vagas, de la traición al tedio,
del tedio a la traición. 


La vida no es un sueño, tú ya sabes
que tenemos tendencia a olvidarlo.
Pero un poco de sueño, no más, un si es no es
por esta vez, callándonos
el resto de la historia, y un instante
—mientras que tú y yo nos deseamos
feliz y larga vida en común—, estoy seguro
que no puede hacer daño.



Jaime Gil de Biedma


martes, 3 de marzo de 2015

VAMONOS PATRIA A CAMINAR




Pequeña patria mía, dulce tormenta,
un litoral de amor elevan mis pupilas
y la garganta se me llena de silvestre alegría
cuando digo patria, obrero, golondrina.


Es que tengo mil años de amanecer agonizando
y acostarme cadáver sobre tu nombre inmenso,
flotante sobre todos los alientos libertarios,
Guatemala, diciendo patria mía, pequeña campesina.


Ay, Guatemala,
cuando digo tu nombre retorno a la vida. 


Me levanto del llanto a buscar tu sonrisa.


Subo las letras del alfabeto hasta la A
que desemboca al viento llena de alegría
y vuelvo a contemplarte como eres,
una raíz creciendo hacia la luz humana
con toda la presión del pueblo en las espaldas. 


¡Desgraciados los traidores, madre patria, desgraciados.
Ellos conocerán la muerte de la muerte hasta la muerte!

¿Por qué nacieron hijos tan viles de madre cariñosa?

Así es la vida de los pueblos, amarga y dulce,
pero su lucha lo resuelve todo humanamente.


Por ello patria, van a nacerte madrugadas,
cuando el hombre revise luminosamente su pasado.



Por ello patria,
cuando digo tu nombre se rebela mi grito
y el viento se escapa de ser viento. 


Los ríos se salen de su curso meditando
y vienen en manifestación para abrazarte. 


Los mares conjugan en sus olas y horizontes
tu nombre herido de palabras azules, limpio,
pata lavarte hasta el grito acantilado del pueblo,
donde nadan los peces con aletas de auroras.

La lucha del hombre te redime en la vida.

Patria, pequeña, hombre y tierra y libertad
cargando la esperanza por los caminos del alba.
Eres la antigua madre del dolor y el sufrimiento. 


La que marcha con un niño de maíz entre los brazos.


La que inventa huracanes de amor y cerezales
y se da redonda sobre la faz del mundo
para que todos amen un poco de su nombre:
un pedazo brutal de sus montañas
o la heroica mano de sus hijos guerrilleros.

Pequeña patria, dulce tormenta mía,
canto ubicado en mi garganta
desde los siglos del maíz rebelde:
tengo mil años de llevar tu nombre
como un pequeño corazón futuro
cuyas alas comienzan a abrirse a la mañana.



Otto Rene Castillo

lunes, 2 de marzo de 2015

HABLO, POR HABLAR




Hablo, por hablar,
hoy que está desierto el mar
y una paz agreste invade
estas turolenses llamaradas
de fuego y de dolor.

Hablo del día a día que sucede,
de las tardes que adiós nos despedimos,
de los hijos que llegan,
de las tierras que acogen nuestros cuerpos
y de todo aquello
que va formando, al fin, nuestra figura.

Del paso indefinido
hablo también



y hablo, para quedar en paz con mi conciencia,
del tiempo jamás recuperado,
huido entre sonrisas, adioses y lágrimas,
que nadie reservó para el otoño.

Hablo del campesino y de su hondura,
del herrero que fragua su tristeza,
del minero que invade las entrañas,
del poeta que, a solas, agoniza.
Hablo de mi mujer y su esperanza.

Y hablo de este pequeño dios
que ha entrado en casa,
después de tantos días esperado.

Hablo y hablo
y nunca sé por qué guardar silencio.



Jose Antonio Labordeta

domingo, 1 de marzo de 2015

Y 14


 
Tan lejos va el recuerdo, tan lejana
la imagen –esta noche- del pasado,
tan parece mentira lo soñado
como la realidad de fiel mañana.
 
Esfumándose va, materia vana,
aquello que en mi mente está grabado,
y no sé si es real o imaginado
todo aquel mundo donde anduve ufana.


Instantes son de angustia, cuando veo
cómo se me deshace lo que un día
fuera luz y verdad resplandeciente.


Yo quisiera creer, y ya no creo.
Allí me miro. Y era. Allí vivía.
Hoy sólo sombras luchan en mi mente.


Elena Marin Vivaldi