"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

sábado, 31 de octubre de 2015

ELEGIA


Solamente palabras me acompañan,
solamente recuerdos me alimentan.


Me hundo en este lecho donde escribo
lo que nunca debía haber sido...
lo que siempre se espera muy lejano.


¿Cómo se huye de estas lágrimas vanas?
¿Cómo curar tus heridas abiertas
que me queman el alma, que me queman?


¡Solamente palabras me acompañan!
¡Solamente el recuerdo me alimenta!
Increpo el sacrificio y tu coraje
y a los celos que hoy la vida te reprocha.


Este hueco que hoy me dejas de por vida
llenarlo quiero con un coro de ilusión
desenterrando nuestros sueños que hoy me apenan,
y desmembrar tu tesoro en mis entrañas.

Tengo fuego en la garganta que te grita
con la pasión suprema de un hermano.


Y clamo desde el silencio por tu nombre.




Enrique Adrados Maestre

viernes, 30 de octubre de 2015

REGRESO INESPERADO


Me he despertado en medio de la noche,
y nuevamente te encuentro,
sentada en el borde de mi cama,
viéndome en silencio,
con esa fría mirada que ensayaste,
esa mirada casi sin ojos, ni dirección...


¿Sabes?... no creí que volverías,
pero sin embargo tus pálidos labios,
que practican sin éxito todas las sonrisas ,
me demuestran el porqué de tu regreso...


Mmmm, es lógico, uno se cansa de todo,
incluso de ser un recuerdo...


Sin embargo, esta aparición tuya,
tan repentina, tan silenciosa,
en medio de lo oscuro de la noche,
no me permite comprender del todo
la urgencia de tu presencia...


¿Porqué no hablas?,
¿Es que acaso tienes miedo
que no te responda?...


No temas,
soy el mismo ingenuo soñador de siempre
y hasta podría creerte una vez más,
si quisieras volver a mentirme...


Me lastimaste, es cierto,
sufrí mucho por vos,
pero ahora que volviste, todo está bien,
ahora que estas de nuevo conmigo,
ya hay rencores que nos separen...


Pero...

¿Porqué sigues sin hablarme?,

y... ¿Que sucede con tu cuerpo?...

¿Te estás desvaneciendo?...

Ahora entiendo...

Discúlpame fantasma amigo...

una vez más, te confundí con ella...



Juan Leandro Alzugaray

jueves, 29 de octubre de 2015

AMO TUS INSTANTES


Tu piel en mis manos es arcilla,
que se deja modelar al ritmo de mi deseo...


Te entregas...
Y en tu cuerpo suave agoniza la razón,
mientras tus sentidos me sienten...


Entonces...
Le doy a tus manos lo que ansía tu interior
mientras mi boca y la tuya desaparecen en el beso...


Allí...
Lleno tus vacíos con mi espacio despierto y,
sabiendo que el disfrutarte no es eterno,
troto en tu deseo, sin apurar el llegar a destino...


Escucho tus quejidos...
Y mis oídos los traducen en dedicación,
por eso, el explosivo estallido se demora
atesorando el tiempo de esta conexión,
extendiendo el plazo de saborearte...


La magia hermosa del momento
jamás cuestiona el después...


Será que he aprendido
que el para siempre no existe...


Solo el recuerdo de tu suave piel mi amor,
solo la memoria de nuestro deseo compartido
y estas ganas...

que no entienden de intervalos
y se mantienen siempre intactas,
siempre listas para vos...




Juan Leandro Alzugaray

miércoles, 28 de octubre de 2015

A LA MUERTE DE FILIS


En lúgubres cipreses
he visto convertidos
los pámpanos de Baco
y de Venus los mirtos;
cual ronca voz del cuervo
hiere mi triste oído
el siempre dulce tono
del tierno jilguerillo;
ni murmura el arroyo
con delicioso trino;
resuena cual peñasco
con olas combatido.


En vez de los corderos
de los montes vecinos
rebaños de leones
bajar con furia he visto;
del sol y de la luna
los carros fugitivos
esparcen negras sombras
mientras dura su giro;
las pastoriles flautas,
que tañen mis amigos,
resuenan como truenos
del que reina en Olimpo.


Pues Baco, Venus, aves,
arroyos, pastorcillos,
sol, luna, todos juntos
miradme compasivos,
y a la ninfa que amaba
al infeliz Narciso,
mandad que diga al orbe
la pena de Dalmiro.




José Cadalso Dalmiro

martes, 27 de octubre de 2015

FLUIR

 
Cadencia
Dulce cadencia sin remanso.
Fría deidad
que guardas limpias mis condenas.


Sangre vieja
vieja sombra encapuchada.


Ilustre centinela que me llevas,
terca e incesable,
a algún lugar sin montañas.


Triunfante de mis horas
desvelas incólume mis suertes
y apelo inútil a tu indulto
traspasado de tu espina inmortal
señalando.


Nómada sin reino
abandonado a tu inclemencia
en tu polvo me desangro
y apenas tus señales
descifrando el curso de la vida
son recados
resabios de la noche
incitando
Ay ¡Cadencia!
dulce cadencia que nos hablas.


Sabré de ti
en las mañanas
recitar el verso de tus lacras
escalar los muros y montañas
marcar en mi
listones al alba.


Cadencia
dulce cadencia
soy tus alas
disfrazada de nostalgia
eres la mirada
el trepar de los instantes
enseñar que no hubo nada.

 

Joaquin Arespacochaga

lunes, 26 de octubre de 2015

AGUA DE DESILUSIONES


En la fatiga de un sueño desesperado,
corre el alma detrás de toda corriente
contemplando en cada una de sus gotas
la esperanza de un fiel ser viviente. 


Apresurándose, escribe poesías en el aire
y construye castillos en la arena,
contemplando lo que pudo haber sido
imaginándolo ya como si hubiese existido,

en la soledad de una media verdad
que al tratar de ser alcanzada
siendo espejismo de una realidad
se esconde como espuma en la oleada. 


Así se pierden horas de ilusiones,
así se marchitan rosas de recuerdos,
así se quedan sentimientos en el olvido,
ahogados por aguas de desilusiones. 


Alma que vive sin encontrar otro consuelo
que el de unos brazos abiertos en un madero
aquella tarde de maldad, pecado y duelo,

perdonando sin que se le pida perdón,
amando sin esperar recibir amor,
bajo la sombra del Omnipotente Creador. 



Pablo Caballero

domingo, 25 de octubre de 2015

AL LOCUTOR


Cuando el silencio de las noches
envuelve en el descanso
las vidas agitadas
por los trajines del día.


Cuando al alba, al despertar,
los primero rayos del sol
nos anuncian que sigue la vida.


Cuando todo está en silencio
allí están esas voces,
con rostros inventados,
con cuerpos de fantasía,
que transmiten sensaciones
y nos brindan compañía.


Cuando todo está en penumbras
allí estan esas voces,
que amigas del viento y del tiempo
se esconden en los rincones
de corazones solitarios
que buscan esa voz amiga...
esa voz...
que con cuerpo imaginario
cruza mares y cielos
para llegar al corazón
de todo el mundo y de cada pueblo. 




Teresa Aburto Uribe

sábado, 24 de octubre de 2015

CANCION DEL ESPOSO SOLDADO

 
He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo. 


Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos
de cierva concebida. 


Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo. 


Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.

Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa. 


Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura. 


Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo. 


Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras. 


Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,
y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano. 


Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables. 


Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.




Miguel Hernandez

viernes, 23 de octubre de 2015

EN SERIO

 
¿Qué te dimos en vida?
Te llamábamos
a veces por tu nombre
para decirte lo que nos dolía,
para pedirte cosas,
                            para quejamos
del frío
—como si fueses responsable del invierno—
para preguntarte, suspicaces,
en dónde habías guardado esto o lo otro.

Pero
¿qué te dimos realmente?
¿Qué hubiéramos podido haberte dado a ti, que no pedías,
que parecías no necesitar nada
más que estuviéramos allí, llamándote
a veces por tu nombre,
para pedirte siempre:
                                —danos, danos?
Acaso amor,
esa palabra impronunciable, impura.

Porque lo extraño es que tal vez te amábamos.
Pienso que te amábamos.
¡Ah, sí, cómo te amábamos!

Presenciamos inmóviles tu vida
y ahora, frente a tu muerte,
se nos vienen de pronto todas esas palabras
que no escucharás nunca.



Angel Gonzalez

jueves, 22 de octubre de 2015

INMORTALIDAD DE LA NADA


Todo lo consumado en el amor
no será nunca gesta de gusanos. 


Los despojos del mar roen apenas
los ojos que jamás
—porque te vieron—,
                                        jamás
se comerá la tierra al fin del todo. 


Yo he devorado tú
me has devorado
en un único incendio. 


Abandona cuidados:
lo que ha ardido
ya nada tiene que temer del tiempo.




Angel Gonzalez

miércoles, 21 de octubre de 2015

ACEPTACIÓN EN LA TERRAZA



Saliste a la terraza
pensando que la brisa de la noche
podría devolverte al que eres siempre.


Mas la tibieza que en tu cuarto había
era un ámbito ,allí, bajo la calma
de alejadas estrellas.


Olvidar pretendías unas horas
todavía recientes, la penumbra
que acercaba el latido de los dos,
y tus palabras qué serenas eran
como si a nadie las dijeses. Viste
la emoción de su rostro, su contorno
quemarse de belleza;
y esas mismas palabras te llenaban
de dolor y de sombra.

De nada te sirvió, cuando quedaste
solo, cegar la luz,
hacer brotar desde un rincón la música,
fortalecer tu fe con su joven pureza.


Sobre tu frente se rompían olas
gigantes: el calor
detenido del día,
el naufragio de un hombre que entregaba
la pasión de su vida en el espectro
doliente de la música (aún
como si la esperanza le alentase),
y te ardía el espíritu
porque sentías declinar tu vida.

Para ser el que fuiste
sales a la terraza, para ver
si un frío súbito derriba pronto
la plenitud del corazón. Tocas
el aire oscuro con los labios, oyes
los gritos fatigados de la calle,
la luminosa altura te estremece.


El tiempo va pasando, no retorna
nada de lo vivido;
el dolor, la alegría, se confunden
con la débil memoria,
después en el olvido son cegados.


y al dolor agradeces
que se desborde de tu frágil pecho
la firme aceptación de la existencia.



Francisco Brines

martes, 20 de octubre de 2015

AMO TUS INSTANTES



Tu piel en mis manos es arcilla,
que se deja modelar al ritmo de mi deseo...

Te entregas...
Y en tu cuerpo suave agoniza la razón,
mientras tus sentidos me sienten...

Entonces...
Le doy a tus manos lo que ansía tu interior
mientras mi boca y la tuya desaparecen en el beso...

Allí...
Lleno tus vacíos con mi espacio despierto y,
sabiendo que el disfrutarte no es eterno,
troto en tu deseo, sin apurar el llegar a destino...

Escucho tus quejidos...
Y mis oídos los traducen en dedicación,
por eso, el explosivo estallido se demora
atesorando el tiempo de esta conexión,
extendiendo el plazo de saborearte...

La magia hermosa del momento
jamás cuestiona el después...

Será que he aprendido
que el para siempre no existe...
Solo el recuerdo de tu suave piel mi amor,
solo la memoria de nuestro deseo compartido
y estas ganas...
que no entienden de intervalos
y se mantienen siempre intactas,
siempre listas para vos...




Juan Leandro Alzugaray

lunes, 19 de octubre de 2015

EL SON DEL VIENTO


El son del viento en la arcada
tiene la clave de mí mismo:
soy una fuerza exacerbada
y soy un clamor de abismo.


Entre los coros estelares
oigo algo mío disonar.
Mis acciones y mis cantares
tenían ritmo particular.


Vine al torrente de la vida
en Santa Rosa de Osos,
una medianoche encendida
en astros de signos borrosos.


Tomé posesión de la tierra,
mía en el sueño y el lino y el pan;
y, moviendo a las normas guerra,
fui Eva... y fui Adán.


Yo ceñía el campo maduro
como si fuera una mujer,
y me enturbiaba un vino oscuro
de placer.


Yo gustaba la voz del viento
como una piñuela en sazón,
y me la comía... con lamento
de avidez en el corazón.


Y, alígero esquife al día,
y a la noche y al tumbo del mar,
bogaba mi fantasía
en un rayo de luz solar.


Iba tras la forma suprema,
tras la nube y el ruiseñor
y el cristal y el doncel y la gema
del dolor.


Iba al Oriente, al Oriente,
hacia las islas de la luz,
a donde alzara un pueblo ardiente
sublimes himnos a lo azul.


Ya, cruzando la Palestina,
veía el rostro de Benjamín,
su ojo límpido, su boca fina
y su arrebato de carmín.


O de Grecia en el día de oro,
do el cañuto le daba Pan,
amaba a Sófocles en el Coro
sonoro que canta el Peán.


O con celo y ardor de paloma
en celo, en la Arabia de Alá
seguía el curso de Mahoma
por la hermosura de Abdalá:


Abdalá era cosa más bella
que lauro y lira y flauta y miel;
cuando le llevó una doncella
¡cien doncellas murieron por él!


... Mis manos se alzaron al ámbito
para medir la inmensidad;
pero mi corazón buscaba ex-ámbito
la luz, el amor, la verdad.


Mis pies se hincaban en el suelo
cual pezuña de Lucifer,
y algo en mí tendía el vuelo
por la niebla, hacia el rosicler...


Pero la Dama misteriosa
de los cabellos de fulgor
viene y en mí su mano posa
y me infunde un fatal amor.


Y lo demás de mi vida
no es sino aquel amor fatal,
con una que otra lámpara encendida
ante el ara del ideal.


Y errar, errar, errar a solas,
la luz de Saturno en mi sien,
roto mástil sobre las olas
en vaivén.
Y una prez en mi alma colérica
que al torvo sino desafía:
el orgullo de ser, ¡oh América!
el Ashaverus de tu poesía...


Y en la flor fugaz del momento
querer el aroma perdido,
y en un deleite sin pensamiento
hallar la clave del olvido;
después un viento... un viento... un viento...
¡y en ese viento, mi alarido!






Porfirio Barba Jacob

domingo, 18 de octubre de 2015

CINCO VECES TRISTE



Lo que conoces 
es tan poco
lo que conoces
de mí
lo que conoces
son mis nubes
son mis silencios
son mis gestos
lo que conoces
es la tristeza
de mi casa vista de afuera
son los postigos de mi tristeza
el llamador de mi tristeza.

Pero no sabes
nada
a lo sumo
piensas a veces
que es tan poco
lo que conozco
de ti
lo que conozco
o sea tus nubes
o tus silencios
o tus gestos
lo que conozco
es la tristeza
de tu casa vista de afuera
son los postigos de tu tristeza
el llamador de tu tristeza.
Pero no llamas.
Pero no llamo.



Mario Benedetti

sábado, 17 de octubre de 2015

BOTELLA AL MAR



El mar es un azar
qué tentación echar
una botella al mar

poner en ella por ejemplo un grillo
un barco sin velamen y una espiga
sobrantes de lujuria       algún milagro
y un folio rebosante de noticias

poner un verde un duelo una proclamados rezos y una cábala indecisa
el cable que jamás llegó a destino
y la esperanza pródiga y cautiva

el mar es un azar
qué tentación echar
una botella al mar

poner en ella por ejemplo un tango
que enumerara todos los pretextos
para apiadarse a solas de uno mismo
y quedarse en el borde de otro sueño

poner promesas como sobresaltos
y el poquito de sol que da el invierno
y un olvido flamante y oneroso
y el rencor que nos sigue como un perro

el mar es un azar
qué tentación echar
una botella al mar


poner en ella por ejemplo un naipe
un afiche de dios       el de costumbre
el tímpano banal del horizonte
el reino de los cielos y las nubes

poner recortes de un asombro inútil
un lindo vaticinio de agua dulce
una noche de rayos y centellas
y el saldo de veranos y de azules

el mar es un azar
qué tentación echar
una botella al mar

pero en esta botella navegante
sólo pondré mis versos en desorden
en la espera confiada de que un día
llegue a una playa cándida y salobre

y un niño la descubra y la destape
y en lugar de estos versos halle flores
y alertas y corales y baladas
y piedritas del mar y caracoles

el mar es un azar
qué tentación echar
una botella al mar




Mario Benedetti

viernes, 16 de octubre de 2015

BAHIA DE GUANICA


Por aquí llegaron.
Sí... por aquí llegaron
y aún  no se han marchado.


Atrás quedaron
aquellos diez mandamientos
del hombre libre.
Las Memorias de Lucila. 


Y las luces
del Faro de Fajardo

Columbro los senderos
de la Sierra Bermeja,
de Playa Santa,
de Caña Gorda. 


Signos envejecientes
que mantienen al indio
en retaguardia.


Recuerdo claramente
que oía sus palabras
en aquel Blue Martin Restaurant
que no era el restaurant Martín Azul,
porque así no diría casi nada.


Y recuerdo también sus palabras,
Mientras esperábamos un ansiado pitorro,
con un pionono o un mofongo,
que tal vez no tendrían,
porque siempre sucede, en estos casos.


Recuerdo sus palabras,
mientras se ensimismaba en el azul no blue
de la Bahía de Guánica:

Por aquí llegaron....
Por aquí llegaron...

Pero se marcharán.




Luis Alvarez



jueves, 15 de octubre de 2015

EL PEZ INQUIETO



Me han llamado
el mal nacido de todas las madres,
el ateo que corre por fuera de las iglesias,
uno de los más canallas en el corazón
limpio y claro de mis damas,
el estiércol vivo que danza por las calles,
la melodía salvaje de las flores,
el patrón de la soledad y la amargura,
el patán perezoso de nuestra querida sociedad,
aquél que ni siquiera un capital puede producir.


De tantas formas me han llamado
que casi termina en mi olvido.


Yo sólo reconozco mi irreverencia
ante el ruido feroz de la modernidad,
mi aliento de huracán enfurecido,
la capa fresca de mi corazón,
mis ojos como dos fogatas ardiendo,
mi cuerpo que no tiene dueña.


Soy un irrespetuoso de las campanas del Domingo,
indiferente a las reuniones de los señores,
militante del viento y la marea,
soñador de la mesa para todos.


Qué nuevo puedo anunciarles!
ustedes me llaman de tantas formas,
el mal nacido de todas las madres!
Yo sólo digo que soy Santiago Azar,
el pez inquieto que está haciendo temblar
la inmensidad del océano
con todos sus marineros y habitantes.




Santiago Azar

miércoles, 14 de octubre de 2015

ESE OTRO SER



Cierro los ojos, lentamente,
y me sumerjo en un letargo sin tiempo,
silencioso, distante, lejano...
cierro los ojos y me encuentro

con el ser que está en mi interior
lleno de miedos, de preguntas,
lleno de dolores y de angustias,
ese ser que se siente abatido,
que a veces no razona.


Lo observo y con imperante voz
lo invito a que viajemos juntos
por esta vía sin final preciso,
que me ayude a sentirme segura,
que no me hunda con sus miedos,
que no me lleve al abismo.


cierro los ojos y observo,
el camino del retorno no está tan lejos,
yo no quiero transitarlo,
y ese otro ser que está en mí
me seduce, con gestos de dolor
me invita a recorrerlo una vez más.


Ese otro ser no puede estar en mí,
una vez lo despedí de mi interior,
lo condené a la muerte.


Abro los ojos y descubro que soñé,
que solo soy yo, que no hay nadie más,
que ese otro ser soy yo misma,
solo que decidida a no retornar.




Teresa Aburto Uribe

martes, 13 de octubre de 2015

JINETE DEL MAR



Me gusta tu silencio
cuando miras al cielo,
ausente del mundo
soñador y viajero.


Pareces un jinete
montado en cada estrella
recorriendo junto a ellas
mares azules
que no has descubierto.


Me gusta tu mirada
perdida en el intento
de crear un mundo tuyo
azul como el cielo,
remontando el barrilete
cargado con tus sueños
viajas entre nubes
hacia tus mares secretos.


Me gusta tu silencio
y tu mirada... y tus sueños,
me gusta estar contigo
para compartir tus secretos,
porque aunque no los conozca
siento el mismo deseo,
de jinetear una estrella
hacia mares inciertos.




Teresa Aburto Uribe

lunes, 12 de octubre de 2015

ARANDO EN EL MAR


Cruzaste mi camino por azar...
¿Que por qué reparé en ti?
No sé...
Eras alegre, casquivano...
¿O eras casualidad?
Qué más da... 


Tus ojos me fijaban con insolencia
mientras avanzabas paso a paso
por mi sendero de sueños...

Te vi aquella mañana... 

Arando en un mar transparente
de encajes celestes...
Allí donde las nubes fuerzan la marea
acariciar la arena... 


Tu mirada chispeante cantaba
en mis ojos mientras te soñaba. 


Brillabas en mi alma como brilla
el reflejo del sol sobre las aguas
calmas...


Más allá de la razón...
Nos lanzamos al vacío de un
mundo desconocido... 


Un mundo donde la brisa se
transforma en fuego... 


Donde se confunden ternura,
deseo, pasión y juego...


Y tus ojos cambiaron de expresión...
Vi una mirada sensual y penetrante
desnudar mi timidez en un instante... 


Sentí la vida oscilar bajo tus manos
suaves...
Y en el olvido nos ahogamos,
vencidos...


Pero las nubes corren esta noche,
veloces... 


Ya tu rostro etéreo detrás de una
estrella se esconde...
Ya una lluvia de lágrimas borró
despacio las huellas de tus pasos... 


Ya solo adivino la risueña expresión
de tus ojos...

Ay, amor... 

Si ya te entregué todo lo que se
puede entregar...
Dime, di...


¿Qué más te podría dar?
Si no eras realidad...
Te vi pasar por mis sueños...
Nada más...





Marie Ange Bonnevie

domingo, 11 de octubre de 2015

ARQUEROS


Los arqueros oscuros
a Sevilla se acercan.


Guadalquivir abierto.

Anchos sombreros grises,
largas capas lentas.


¡Ay, Guadalquivir!
Vienen de los remotos
países de la pena.


Guadalquivir abierto.
Y van a un laberinto. 

Amor, cristal y piedra.

¡Ay, Guadalquivir!




Federico Garcia Lorca

sábado, 10 de octubre de 2015

A DOÑA BRIANDA DE LA CERDA


Al sol peinaba Clori sus cabellos
Con peine de marfil, con mano bella;
Mas no se parecía el peine en ella
Como se obscurecía el sol en ellos.


Cogió sus lazos de oro, y al cogellos,
Segunda mayor luz descubrió aquella
Delante quien el Sol es una estrella
Y esfera España de sus rayos bellos.


Divinos ojos, que en su dulce Oriente
Dan luz al mundo, quitan luz al cielo,
Y espera idolatrallos Occidente.


Esto Amor solicita con su vuelo,
Que en tanto mar será un arpón luciente
De la Cerda inmortal mortal anzuelo.





Luis de Gongora y Argote

viernes, 9 de octubre de 2015

EL PONIENTE EN DECLIVE



En el viento que orea a la tarde
hay mensajes de lánguidas brumas,
se adormece el paisaje en penumbra,
con la espuma de soles menguantes.

El azul de las olas se enciende,
se encandila la estela al poniente
en espera que el astro se oculte
evasivo tras el horizonte.

Al Oeste se vuelven las almas,
consunción de la vida temprana,
negación de lo eterno que ocultan
al crepúsculo ansiosas las sombras.

El Poniente es la sima del día,
Que sumerge a las ansias tan locas,
negación de lo eterno y constante
sensación de impotencia que ahoga.



Francisco Croché de Acuña

jueves, 8 de octubre de 2015

LA CARICIA PERDIDA


Se me va de los dedos la caricia sin causa, 
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar. 


Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.


Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?




Alfonsina Storni

miércoles, 7 de octubre de 2015

HACIA LA TIERRA



Cuando tiempo y distancia
engañan los recuerdos,
¿Quién lo ignora?, es amargo
volver. Porque interpuesto

Algo está entre los ojos
la imagen primera,
mudando duramente
amor en extrañeza.

Es acaso un espacio
vacío, una luz ida,
ajada en toda cosa
ya la hermosura viva.

Mas volver debe el alma
tal pájaro en otoño,
y aquel dolor pasado
visitar, y aquel gozo.

Nube de una mañana
áurea, rama de púrpura
junto a una tapia, sombra
azul bajo la luna.

Posibles paraísos
o infiernos ya no entiende
el alma sino en tierra.
Por eso el alma quiere,

Cansada de los sueños
y los delirios tristes,
volver a la morada
suya antigua. Y unirse,

Como se une la piedra
al fondo de su agua,
fatal, oscuramente,
con una tierra amada.




Luis Cernuda

martes, 6 de octubre de 2015

LIMBO


La plaza sola (gris el aire,
negros los árboles, la tierra
manchada por la nieve),
parecía, no realidad, mas copia
triste sin realidad. Entonces,
ante el umbral, dijiste:
viviendo aquí serías
fantasma de ti mismo.


Inhóspita en su adorno
parsimonioso, porcelanas, bronces,
muebles chinos, la casa
oscura toda era,
pálidas sus ventanas sobre el río,
y el color se escondía
en un retablo español, en un lienzo
francés, su brío amedrentado.


Entre aquellos despojos,
proyecto, el dueño estaba
sentado junto a su retrato
por artista a la moda en años idos,
imagen fatua y fácil
del dilettante, divertido entonces
comprando lo que una fe creara
en otro tiempo y otra tierra.


Allí con sus iguales,
damas imperativas bajo sus afeites,
caballeros seguros de sí mismos,
rito social cumplía,
y entre el diálogo moroso,
tú oyendo alguien me dijo: “Me ofrecieron
la primera edición de un poeta raro,
y la he comprado”, tu emoción callaste.


Así, pensabas, el poeta
vive para esto, para esto
noches y días amargos, sin ayuda
de nadie, en la contienda
adonde, como el fénix, muere y nace,
para que años después, siglos
después, obtenga al fin el displicente
favor de un grande en este mundo.


Su vida ya puede excusarse,
porque ha muerto del todo;
su trabajo ahora cuenta,
domesticado para el mundo de ellos,
como otro objeto vano,
otro ornamento inútil;
y tú cobarde, mudo
te despediste ahí, como el que asiente,
más allá de la muerte, a la injusticia.

Mejor la destrucción, el fuego.





Luis Cernuda

lunes, 5 de octubre de 2015

ATALANTA


Palabras que estás diciendo
—“cariño... siempre...seguro... ” —
con voz lenta en gesto quieto.


Ventanas dobles, vidrieras
cerradas, encortinadas,
guillotinan tentaciones.


(Horizontes, aires, rumbos).
El cielo es el techo, todo
del color que tú quisiste,
sin constelación ni guía.


Entreabierta alcoba—tuya,
mía—, renuncias desposa.


Pero más allá de todo
¡qué claro se te ve el sino!


Ni ese zapato de cuento,
de cristal, frágil, altísimo,
ni ese pelo ¡qué domado
plano, doméstico, liso!
me engañan. Ya se estremecen
las tierras que estrenarás,
el horizonte que rompas,
el cielo por donde subas.


Talón al aire te veo,
aquí tan quieta conmigo,
cabellera suelta al viento
—¡manzanas que te echaría!—
y luego
el mito, ascensor antiguo,
que te sube, allá, a la fábula.




Pedro Salinas

domingo, 4 de octubre de 2015

A PARTIR DE HOY TODO SERA POSIBLE

 
El escenario se hace llamas:
imberbes a rapto de poder,
marionetas lamiendo su tajada. 

A partir de hoy todo será posible. 

Serán posible odio e ignominia,
será posible el holocausto,
tanto como también
será posible la derrota. 


Por más que se intente
quedará un huevo fósil,
anquilosada la frágil semilla:
despertará la nueva luz. 


A partir de hoy todo será posible
y nadie es ajeno...




Jorge Bousoño Gonzalez

sábado, 3 de octubre de 2015

MAREA DE MI COEAZON...

 
Marea de mi corazón
déjame ir
en las ligustrinas
como un insecto o como la
misma ligustrina en el rumor
en el rasante
vuelo de las
golondrinas alrededor
de los aleros en la música
minimal donde se hunde
mi vecino mientras tapiza
con golpecitos los respaldos
de las sillas en el sol
rasgado por la brisa
no ser lo otro
lo que mira. Desligarme
del ser hacia aquel
estar mayestático de
la dicha. Alfombra
de orquídeas diminutas
sobre el pasto florecen
antes que la máquina
cortadora de césped
las arrase ¿aprendieron?
Corolas violáceas
enjoyadas que emergen
en cinco días de sus tallos
aprendieron la brevedad?
de la vida sin ser
lo otro que del origen
nos aparta



Diana Ballessi

viernes, 2 de octubre de 2015

COMO LA MAR, LOS BESOS


No importan los emblemas
ni las vanas palabras que son un soplo sólo.


Importa el eco de lo que oí y escucho.
Tu voz, que muerta vive, como yo que al pasar
aquí aún te hablo.


Eras más consistente,
más duradera, no porque te besase,
ni porque en ti asiera firme a la existencia.


Sino porque como la mar
después que arena invade temerosa se ahonda.


En verdes o en espumas la mar, se aleja.


Como ella fue y volvió tú nunca vuelves.

Quizá porque, rodada
sobre playa sin fin, no pude hallarte.


La huella de tu espuma,
cuando el agua se va, queda en los bordes.


Sólo bordes encuentro. Sólo el filo de voz que
en mí quedara.


Como un alga tus besos.
Mágicos en la luz, pues muertos tornan




Vicente Aleixandre

jueves, 1 de octubre de 2015

EL RUISEÑOR Y LA ROSA BLANCA


Sobre la horqueta de la rama añeja
compone el ruiseñor su serenata;
que al fin, la rosa blanca se percata,
cuando el ocaso su presencia deja. 


Trina el ave de júbilo y festeja
su amor por esa rosa que lo mata;
la flor, es hembra, ¡su pezón de plata!
para que un ave libe miel refleja. 


Desnuda ya la rosa blanca posa,
trasmutando el hechizo de su venda
en rubor de una luna esplendorosa. 


Y entre su sino y la secreta senda
el ruiseñor sutil besa a la rosa
despertando una suerte de leyenda. 



Ali Al Haded