"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

jueves, 31 de marzo de 2016

DESENGAÑO

 
Los días marchados
Del blanco pañuelo,
Izado en su mano,
Que me recibía,
Hacia el horizonte,
Lleno de tristeza,
Dirigí mi barco
Sin volver la vista.


Allá, mar adentro,
Con la mar a solas
Y escuchando al viento
Que lo conducía,
En algún momento
Me sentí persona.


¡Todo el puerto estaba
lleno de mentiras!
Pañuelo en el agua
Mi barco de vela.


Pañuelo tirado,
Que nadie cogía.


Pañuelo extendido
Que, al salir del puerto,
Había jurado
Que no volvería.




Rafael Dedi

miércoles, 30 de marzo de 2016

CAMPOS SECOS


Donde hay cardos, siembra flores
El labrador cuando siembra
Y, a veces, recoge cardos,
Regados por la tristeza.


Secos esos campos: ojos
De los hombres con sus penas;
Por haber llorado tanto
Y quedarse el alma seca.


Se perdieron en el luto,
Esperando primaveras,
Los honrados campesinos
De los pueblos de mi tierra.


Surco arriba, surco abajo,
Solos en el campo esperan.


Van esparciendo la vida
Por una humilde cosecha.


¡Tantas son las malandanzas
que los pueblos acarrean...!
sol a sol echando horas
y... ¡es tan mísera su hacienda!


Tantas son... que por amarte,
Sólo por amor, se quedan;
Por tenerte a ti con ellos
Como erial y como vega.



Rafael Dedi

martes, 29 de marzo de 2016

LAGRIMA TRES


Tren de fuego:
pájaro de ala humana injertada de piel,
asoleadora de agua y sal,
nave rompedora de arcos
donde la cicatriz es llamarada de frío.

Algún demonio ha llegado tarde,
triste clepsidra.


El Tren ensancha sus costillas,
rueda sobre dientes de hilo en hojas de pedernal,
la ciega estación se paraliza de soles jóvenes,
ángeles destronados en la guerra.


¿El demonio se dulcifica?,
tirador de astros,
plantas,
árboles,
golpeador trampero del viento;
desvirgador,
violador de espacios.




Francisco Azuela Espinoza

lunes, 28 de marzo de 2016

LAGRIMA UNO

 
Lleno de sauces el tiempo echa su llanto y su asma;
viejo y tullido echa su cárcel de árboles sobre el mundo,
su tierra de metal y de hambre eléctrica.


El tren lleva el nombre de una estación que nadie sabe,
la piel de cacto emana sangre de muertos
con una nueva especie de dolor.


El cementerio se enraíza,
pinta pálidos en la cara,
el pozo dejó salir el agua;
tumbas sin muertos,
esqueletos sin hueso,
tierra de asentamiento amplio,
largo,
hondo.


Ya saben por qué todos los días
alguien se lleva algo de humano
en la leyenda de las hondas lastimaduras.




Francisco Azuela Espinoza

domingo, 27 de marzo de 2016

LUNAS TRIANGULARES


¿Cómo saber lo que tus ojos pensaban?
Un día la azucena en alba roja
dijo que se moría
y cumplió la vendimia de la nieve.

Se sucedieron las noches
las lunas triangulares y el llanto
agolpados cual marea enjuta
en tus pulmones


Nada tres veces nada
ni agua ni luz
La muerte asaltando los candiles
sombra de madera
en un cuarto del cual sólo se conserva
una cama de pies y ladrillos

Al quinto día salí a sentir la vida
a embriagar mis pies
con el sonido de la calle

Supe por otras voces
de tu empeño
Buscaste en el florero
            en la alacena
            la azotea
hasta en el aire
            un rostro ajeno
a los tiempos
            de equinoccio

Y te bebiste el llanto
y el llanto fue fuego
y al fuego
            no lo pudiste quemar

Dicen que te brillaban los ojos
Digo que se te secaron.




Mariana Bernardez

sábado, 26 de marzo de 2016

ACUERDATE DE MI

 
Cuando vengan las sombras del olvido
a borrar de mi alma el sentimiento,
no dejes, por Dios, borrar el nido
donde siempre durmió mi pensamiento.


Si sabes que mi amor jamás olvida
que no puedo vivir lejos de ti
dime que en el sendero de la vida
alguna vez te acordarás de mí.


Cuando al pasar inclines la cabeza
y yo no pueda recoger tu llanto,
en esa soledad de la tristeza
te acordarás de aquel que te amó tanto.


No podrás olvidar que te he adorado
con ciego y delirante frenesí
y en las confusas sombras del pasado,
luz de mis ojos, te acordarás de mí.


El tiempo corre con denso vuelo
ya se va adelantando entre los dos
no me olvides jamás. ¡Dame un recuerdo!
y no me digas para siempre adiós.




Jose Angel Buesa

viernes, 25 de marzo de 2016

AMOR EN EL RECUERDO

 
Ya dora el suave terciopelo
de los campos sembrados,
reposan inertes los arados
y la tierra abraza al cielo. 


La vereda de gris plata
se muestra y se esconde,
jugando a ser duende,
entre el cardo y la mata. 


Vieja encina polvorienta,
levanta tu brazo al cielo
mientras que por el suelo
esparces bellotas magenta. 


Allá, entre el bosquecillo,
una fina cinta de bronce
se retuerce en su cauce
orlada de tono amarillo. 


En las ramas, calla el ave,
y enmudece la cigarra,
hasta parece que la tierra
nos hurta su cara grave. 


Son las horas del silencio,
en las que tan solo truenan
y todo el paraje lo llenan,
gemidos de corazón necio. 


Sollozos apenas sofocados
que queman como soles
hasta los retoños nobles
de mis amores soñados. 


Vida prendida en la rama,
ilusiones apenas florecidas,
lágrima de agua bendecida
huida del amor del que ama. 


Ya todo es ahora silencio,
solo me queda el recuerdo
de ese amor que te guardo,
al que idolatro y reverencio. 


Ya dora el suave terciopelo
de los campos sembrados,
reposan inertes los arados
y la tierra abraza al cielo. 



Juan Luis Alba

jueves, 24 de marzo de 2016

UN SUEÑO


Cerrar los ojos,
imaginar que estamos allí,
aunque no estemos.

Soñar que comienza el sueño,
que juntos inventamos,
nuestro secreto.

Escuchar música,
a lo lejos
y seguir,
por el camino,
que trazamos
hasta aquel punto y por fin...

... el encuentro.

Aquí comienza mi sueño:
"Miro que no hay nadie...
y te veo venir.
Oigo los pasos de tu andar,
hacia mí.
Te acercás.
Estamos soñando,
estamos despiertos.
Sonrisa, temor,
silencio, misterio.
¿Será la imaginación?
No espero eso".

El abrazo,
y en un latir apasionado,
nuestros cuerpos danzando.

La música, ritmo vivo.
Dos corazones latiendo,
vergüenza la mía,
por estarte sintiendo.
Sentir que no es un sueño,
y que estamos yendo lejos...
hacia algún lugar,
dónde tu cuerpo y mi cuerpo,
se están fundiendo.
Aliento, besos, caricias, estamos embarcados...
Y nó, en un Barco de Tontos.

¿Detenerse?

Imposible.

Solo seguir,
Sentir,
Volar,
Gozar,
Vivir...

Eres mío, Soy tuya...
... y somos libres.





Sinda Miranda

miércoles, 23 de marzo de 2016

NO TENGO YA AÑMA

 
No tengo ya alma
Solo soy un cuerpo viviente
Que despierta, labora y duerme
Pero no siente ni padece.


Y no es que la haya perdido,
Nadie, tampoco, la ha robado
Ni siquiera se la vendí al diablo
Sencillamente, la he regalado


Tal vez envuelta entre poemas
O en un corazón de cristal,
Quizá dentro de una piedra rosada.


Seguro que fue en algún beso
Pudo ser en el más inocente
O quizá  en el más perverso





Green Walker

martes, 22 de marzo de 2016

CANTO DEL VIAJERO

 
Hoja seca que cuela indecisa
Y arrebata violente turbión,
Así vive en la tierra el viajero,
Sin norte, sin alma, sin patria ni amor.


Busca ansioso doquiera la dicha
Y la dicha se aleja fugaz:
Vana sombra que burla su anhelo!...
Por ella el viajero se lanza a la mar!


Impelido por mano invisible
Vagara confín en confín;
Los recuerdos le harán compañía
De seres queridos, de un día feliz.


Una tumba quizás en el desierto
Hallara, dulce asilo de paz,
De su patria y del mundo olvidado...
Descanse tranquilo, tras tanto penar!


Y le envidian al triste viajero
Cuando cruza la tierra veloz...
Ay! no saben que dentro del alma
Existe un vacío de falta el amor!


Volverá el peregrino a su patria
Y a sus lares tal vez volverá,
Y hallara por doquier nieve y ruina
Amores perdidos, sepulcros, no mas.


Ve, Viajero, prosigue tu senda,
Extranjero en tu propio país;
Deja a otros que canten amores,
Los otros que gocen; tu vuelve a partir.


Ve, viajero, no vuelvas el rostro,
Que no hay llanto que siga al adiós;
Ve, viajero, y ahoga tu penas;
Que el mundo se burla de ajeno dolor.




Jose Rizal y Alonso

domingo, 20 de marzo de 2016

LA ESPIGA

 
La sobriedad de la espiga
destaca entre los colores,
oculta el mayor tesoro,
es la reina de las flores.

             
 Preciosa espiga adorada,
elevada hasta los cielos
por egipcios, por romanos,
por babilonios y griegos;
blanca estrella que alumbraste
las tinieblas al momento,
en tu corazón se amparan
regocijos y lamentos.


Tus destellos iluminan
al punto este firmamento
que enhechizas sin dudarlo
tanto a locos como a cuerdos.
Admirada y encumbrada
en lo alto del universo,
por persas y por fenicios,
sarracenos y medievos;

             
De adoración te colmaron
otrora sin tu saberlo
Adoración hoy recibes
siquiera por unos versos.

 
Jose Luis Burgos Cuadrado

sábado, 19 de marzo de 2016

A UNA LAGRIMA


Gota del mar donde en naufragio lento
se hunde el navío negro de una pena;
gota que, rebosando, nubla y llena
los ojos olvidados del contento.


Grito hecho perla por el desaliento
de saber que si llega a un alma ajena,
ésta, sin escucharlo, le condena
por vergonzoso heraldo del tormento.


Piedad para esa gota, que es cual llama
de la que el corazón se desahoga
cual desahoga espinas una rama.


Piedad para la lágrima que azoga
el dolor, pues si así no se derrama,
el alma, en esa lágrima se ahoga...



Jose Angel Buesa

viernes, 18 de marzo de 2016

CALLES OSCURAS



Me gustan
las calles oscuras
porque alimentan
las falsas esperanzas
de que al atravesarlas
no vaya a suceder
nada.


Io mejor de la noche
es conseguir
volver a casa.


Io peor
es llegar a casa
solo.


Ia otra noche
me atracó un tipo
que parecía
rehuir la muerte
con escasa
habilidad.


Ie di cuanto tenía
sin objeción.


A condición,
eso sí,
de que me acompañara
al portal.


Prefería a un atracador
antes que a una asesina.
habría sido el crimen
perfecto.


Porque la soledad
no deja huellas
de sus actos.



Hector Alvarez

jueves, 17 de marzo de 2016

MIS ATARDECERES


Camino entre la gente
que viste las calles.


Entre idas vueltas...
en busca de nadie.


El sol ya declina
como mi corazón en la tarde.


y esta tristeza mía.
Que agoniza en el parque.


Porque presiento a los parias,
mendigando entre árboles.

Mi voz no tiene eco
mis ojos no ven.


Me siento miserable
la sangre se me cuaja
en las venas que arden.


Estoy ¡Tan herido!
que no puedo mirarles
aunque sea con el alma
y quisiera importarles
ya en el ocaso de mi vida


Reconozco que no fui feliz
Teniéndolo todo...
Y fue culpa ¡DE NADIE!




Libia Beatriz Carciofetti

miércoles, 16 de marzo de 2016

APRENDIZAJE

 
Compartimos una hija
y nuestro amor por la poesía,
diferimos en las cuentas con la vida,
y asentimos con el destino desigual,
a nuestro opuesto calendario astral.


Intercambiamos a la par futuro y desván
y sus halagos me rescatan consciente,
a sus encantos de mago rescatador del deseo.


Suaviza mi mordaz conformismo,
da alas a mi parte bohemia,
esa rebeldía oculta a mis mayores.


Mis temores al futuro,
a conocer a la siguiente otra,
mi miedo a delimitarme,
a dibujarme y colorear los bordes exteriores
de mi silueta de Marta.


Últimamente observo,
que cada paso errado,
es un poema en el sorprendente camino. 




Marta Alberca

martes, 15 de marzo de 2016

PAULA

 
Tu infancia es un regalo
que descubro cada día renovado.


Con pequeñas cintas de colores
envuelves diferente mi temida rutina:
obligado es ser feliz
cuando nada se parece a ayer
cuando tu intocado mundo
deleita los pocos momentos que tengo para contemplarte.


Haces hermosa la palabra inevitable,
pues inevitablemente me sorprendes con la aurora.


Corazón,
 pequeña rodeada de brazos,
despliego esas alas que tengo partidas,
y protejo tu hogar y tu lecho,
mientras garabateas tus vivencias,
en mi álbum del alma.


Pero te alejarás con pasos de hada,
sin ruido te adentrarás en el lejos,
antes de que despierte de mi sueño
y no me necesites en tu abrazo. 



 Marta Alberca

lunes, 14 de marzo de 2016

A LAS FLORES


Estas que fueron pompa y alegría
despertando al albor de la mañana,
a la tarde serán lástima vana
durmiendo en brazos de la noche fría.


Este matiz que al cielo desafía,
iris listado de oro, nieve y grana,
será escarmiento de la vida humana:
¡tanto se aprende en término de un día!


A florecer las rosas madrugaron
y para envejecerse florecieron:
cuna y sepulcro en un botón hallaron.


Tales los hombres sus fortunas vieron:
en un día nacieron y expiraron;
que pasados los siglos horas fueron.





Pedro Calderon de la Barca

domingo, 13 de marzo de 2016

CANCION CHINA EN EUROPA

 
La señorita
del abanico,
va por el puente
del fresco río. 


  Los caballeros
con sus levitas,
miran el puente
sin barandillas. 


  La señorita
del abanico
y los volantes
busca marido. 


  Los caballeros
están casados,
con altas rubias
de idioma blanco. 


  Los grillos cantan
por el Oeste.

  (La señorita,
va por lo verde). 


  Los grillos cantan
bajo las flores.

  (Los caballeros,
van por el Norte)



Federico Garcia Lorca

sábado, 12 de marzo de 2016

LA MUJER SEVILLANA

 
Cuando al caer la tarde, como un suspiro, orea
los rumorosos patios del barrio de Triana,
y el cabello de Carmen, que de negro azulea,
y sus ojos, en donde amor florece y grana...


Envuelto en ese halo de gracia, que defiende
al hombre que es amado de una mujer hermosa,
pasa Antonio; y, en una larga mirada, enciende
el alma y las mejillas de Carmen, ruborosa.


Ella lo ve alejarse, sintiendo confundido
al latir de su pecho el paso conocido.


Y al rezar el Rosario, y al regar las macetas,
un nombre la perturba con delicias secretas...


Y sola ante el espejo -confesará mañana-,
prende en su negro pelo una rosa temprana.

                 
«Los hombres son los hombres». Y hay cosas en la vida...
Ante tales razones, Rosario, convencida,
inclina a la costura la gallarda cabeza,
donde luce una rosa que envidia su belleza.


Y a pensar en su hogar, limpio como un espejo,
que ella cuida y encanta sólo con el reflejo
de su gracia... Rosario lo que es el mundo ignora.


Cuando Juan viene, ríe.  Si Juan se tarda, llora.


El, que la quiere mucho, aunque lo diga poco,
vuelve siempre a la sombra del amor verdadero.
Ella espera, y el nido amante y dulce cuida,


donde crece la planta de su cariño loco.
Y Juan no viene acaso aquella noche; pero...
«Los hombres son los hombres».  Y hay cosas en la vida...

                 
¿Conocéis la leyenda que atribuye a Santa Ana
la invención del puchero?... ¿Y aquella otra, llena
de aroma y gracia, de una hierba que es buena,
en competencia con otra que es mejor, Ana?


Y en la ruda corteza de los augustos robles
viendo gotas de lluvia resbalar como llanto,
¿pensasteis en los rostros arrugados y nobles
de las abuelas, reinas-madres, que amaron tanto?...


Todo ello se evoca viendo a esta vieja santa,
a quien nimba una lumbre de hogar inextinguida,
bajo la gracia pura del sevillano cielo...


Y aun, con alegres cuentos, al nietecillo encanta;
y aun, heroica, conserva, al final de la vida,
la sonrisa en los labios y la rosa en el pelo.




Manuel Machado

viernes, 11 de marzo de 2016

CUANDO EL MAR TE REGRESE



Cuando el océano respire hondo sobre tu alma,
y la luna recoja el tesoro que dejaron tus ojos sobre la tierra,
Ay! subirás las escaleras con tus libros bajo el brazo
y entrarás a una biblioteca a conversar con la sabiduría,
volverás a ser tú la misma muchacha del cabello caído,
la que partió al fondo del mar a encontrar una caracola,
la que obsequió la vida repleta de luces en kilómetros de arena,
y en tu casa la madre se pregunta a veces por qué,
por qué la niña liberó su dulce corazón en la sal del mar.


Ay! yo no sé, sólo desde mi mundo te ofrezco flores,
ofrezco mirarte aparecer en las noches como una sirena,
prometo sentarme en la arena, amiga, y cantarte fuerte,
para que reconozcas esos días reunidos bajo la tarde
danzando en la espuma furiosa de un licor.


Prometo sacar la sal del océano para verte entre las olas
y que tus cabellos sean cada alga que las aguas nos regalen.


Amiga, envíanos besos y abrazos a través de la espuma,
envíanos tus manos en las plumas de una gaviota,
tráenos tu aliento fresco debajo de alguna roca,
porque aquí te estaremos esperando, yo a lo lejos,
tu madre con una mesa repleta y recién servida,
aquellos compañeros con un almuerzo en el casino.


Amiga, todos te regalamos un suspiro que te trae nuevamente:

tu bolso sobre el hombro, tu mirada de primavera,
tus pasos que quedaron marcados para llegar a la vida.


Amiga, aquí te esperamos, todos los vivos y los muertos,
cuando el mar te regrese y diga tu nombre muchas veces,
cuando el mar te regrese y hagas flores con tus sueños. 




Santiago Azar

jueves, 10 de marzo de 2016

NOCTURNO

 
Están todas
También las que se encienden en las noches de moda 

Nace del cielo tanto humo
que ha oxidado mis ojos 


Son sensibles al tacto las estrellas
No sé escribir a máquina sin ellas

Ellas lo saben todo 

Graduar el mar febril
y refrescar mi sangre con su nieve infantil 


La noche ha abierto el piano
y yo las digo adiós con la mano




Gerardo Diego

miércoles, 9 de marzo de 2016

BAHIA

 
Las semanas emergen
del fondo de los mares
y las algas decoran los bares


Para que tú te alejes y yo pueda cantar
esperaremos el regreso
del viento de artificio y de la pleamar


Por eso
y con un ruido que no es el de otras veces
en la bahía ha anclado
tu melena enmohecida
violín para los peces
y para los suicidas


Venid a ver las nubes familiares
en mi taller todas las tardes
Son los naipes del cielo que nadie ha marchitado


El humo de la fábrica
hizo su nido en mi tejado
para los fumadores
que en la cartera llevan
un muestrario completo de habituales colores


Y mientras yo modelo mi retrato columna
sobre los montes delicados
pisa desnuda la lluvia


En las manos me deja
su corona de espinas
y cantando se aleja
sobre los techos y los climas


Tu cabellera gime sin poder levar anclas


Embárcame contigo
timonel de las galernas
Que el enjambre goloso de tus lluvias
se me pose en el hombro y en la pierna




Gerardo Diego

martes, 8 de marzo de 2016

MI PRIVILEGIO

 
Imposible no saltar.
Conquistas atmósfera toda
develándote una vez más. 


Dulce, ¡ oh María !,
Loynaz de tu Castillo refugia sueños,
mariposa
—atada más a su pureza y fragancia
  que por el verde candil—
vuelas
—pese a todo—
de ventanas a venas,
de mi       a él
y te diseminas . . .
repollos a prima hora. 


Aunque descanse yo
  en las páginas de tu jardín,
aunque me siente a escuchar de mis ojos
    tu inminente despedida
    cual gallardo infante,
aunque rebase tanta solfa hecha verso,
tengo más:
tengo el privilegio de tu rostro,
        de tu voz. 




Jorge Bausoño

lunes, 7 de marzo de 2016

LA PANTERA DEL BARRO

 
Eres una pantera de barro fresco,
ansiosa de carnes rojas, hambrienta de vapores.


Morena mía, me has rasguñado tantas veces los deseos
que contigo la noche se prolonga como un verano,
una estación de sudores que se hacen ríos,
y allí nadamos y te tomo de las piernas,
y la acrobacia del amor aparece como si fuéramos trapecistas,
donde el vacío sería no responder al llamado de tu pecho.


Eres una pantera, mujer, en esta selva que no conocemos,
sólo sabemos que todo debe valer un instante,
pero insistimos en hacer eternos los dedos
que se detienen en estos caminos.


Ven, amiga, así como un animal desatado,
ven furiosa como si hubiese herido tus crías,
ven a esta noche donde las estrellas son de fuego,
ven, amiga, con la pantera de ojos negros que eres,
porque hoy seré tu cazador, con mis disparos de manos,
hoy te domesticaré justo cuando claves una de tus uñas,
para que luego quedes ronroneando el cansancio
en los océanos que derramaron estos besos. 




Santiago Azar

domingo, 6 de marzo de 2016

ROMANCE DE LA VENGANZA


Cazador alto y tan bello
Como en la tierra no hay dos,
Se fue de caza una tarde
Por los montes del Señor.


Seguro llevaba el paso,
Listo el plomo, el corazón
Repicando, la cabeza
Erguida y dulce la voz.


Bajo el oro de la tarde
Tanto el cazador cazó,
Que finas lágrimas rojas
Se puso a llorar el sol...


Cuando volvía cantando
Suavemente a media voz
Desde un árbol, enroscada,
Una serpiente lo vio.


Iba a vengar a las aves,
Mas, tremendo, el cazador
Con hoja de firme acero
La cabeza le cortó.


Pero aguardándolo estaba
A muy pocos pasos yo...
Lo até con mi cabellera
Y dominé su furor.


Ya maniatado le dije:
—Pájaros matasteis vos,
Y voy a tomar venganza
Ahora que mío sois...


Mas no lo maté con armas,
Busqué una muerte peor:
¡Lo besé tan dulcemente
Que le partí el corazón!


        Envío


Cazador: si vas de caza
Por los montes del Señor,
Teme que pájaros venguen
Hondas heridas de amor



Alfonsina Storni

sábado, 5 de marzo de 2016

AL FUEGO DEL HOGAR

 
Aún no pongáis las manos junto al fuego.
Refresca ya, y las mías
están solas; que se me queden frías.


Entonces qué rescoldo, qué alto leño,
cuánto humo subirá, como si el sueño,
toda la vida se prendiera. ¡Rama
que no dura, sarmiento que un instante
es un pajar y se consume, nunca,
nunca arderá bastante
la lumbre, aunque se haga con estrellas!
Este al menos es fuego
de cepa y me calienta todo el día.


Manos queridas, manos que ahora llego
casi a tocar, aquella, la más mía,
¡pensar que es pronto y el hogar crepita,
y está ya al rojo vivo,
y es fragua eterna, y funde, y resucita
aquel tizón, aquel del que recibo
todo el calor ahora,
el de la infancia! Igual que el aire en torno
de la llama también es llama, en torno
de aquellas ascuas humo fui. La hora
del refranero blanco, de la vieja
cuenta, del gran jornal siempre seguro.


¡Decidme que no es tarde! Afuera deja
su ventisca el invierno y está oscuro.


Hoy o ya nunca más. Lo sé. Creía
poder estar aún con vosotros, pero
vedme, frías las manos todavía
esta noche de enero
junto al hogar de siempre. Cuánto humo
sube. Cuánto calor habré perdido.


Dejadme ver en lo que se convierte,
olerlo al menos, ver dónde ha llegado
antes de que despierte,
antes de que el hogar esté apagado.




Claudio Rodriguez

viernes, 4 de marzo de 2016

ALDEANA


Lejana vibración de esquilas mustias
en el aire derrama
la fragancia rural de sus angustias.


En el patio silente
sangra su despedida el sol poniente
El ámbar otoñal del panorama
toma un frío matiz de gris doliente!


Al portón de la casa
que el tiempo con sus garras torna ojosa,
asoma silenciosa
y al establo cercano luego pasa,
la silueta calmosa
de un buey color de oro,
que añora con sus bíblicas pupilas,
oyendo la oración de las esquilas,
su edad viril de toro!


Al muro denla huerta
aleteando la pena de su canto,
salta un gallo gentil, y, en triste alerta,
cual dos gotas de llanto,
tiemblan sus ojos en la tarde muerta!
Lánguido se desgarra
en la vetusta aldea
el dulce yaraví de una guitarra,
en cuya eternidad de hondo quebranto
la triste voz de un indio dondonea,
como un viejo esquilón de camposanto.


De codos yo en el muro,
cuando triunfa en el alma el tinte oscuro
y el viento reza en los ramajes yertos
llantos de quenas, tímidos, inciertos,
suspiro una congoja,
al ver que la penumbra gualda y roja
llora un trágico azul de idilios muertos!
aleteando la pena de su canto,
salta un gallo gentil, y, en triste alerta,
cual dos gotas de llanto,
tiemblan sus ojos en la tarde muerta!


Lánguido se desgarra
en la vetusta aldea
el dulce yaraví de una guitarra,
en cuya eternidad de hondo quebranto
la triste voz de un indio dondonea,
como un viejo esquilón de camposanto.


De codos yo en el muro,
cuando triunfa en el alma el tinte oscuro
y el viento reza en los ramajes yertos
llantos de quenas, tímidos, inciertos,
suspiro una congoja,
al ver que la penumbra gualda y roja
llora un trágico azul de idilios muertos!




Cesar Vallejo

jueves, 3 de marzo de 2016

AGAPE

 
Hoy no ha venido nadie a preguntar;
ni me han pedido en esta tarde nada. 


No he visto ni una flor de cementerio
en tan alegre procesión de luces. 


Perdóname, Señor: qué poco he muerto!

En esta tarde todos, todos pasan
sin preguntarme ni pedirme nada... 


Y no sé qué se olvidan y se queda
mal en mis manos, como cosa ajena. 


He salido a la puerta,
y me da ganas de gritar a todos:
Si echan de menos algo, aquí se queda! 


Porque en todas las tardes de esta vida,
yo no sé con qué puertas dan a un rostro,
y algo ajeno se toma el alma mía. 


Hoy no ha venido nadie;
y hoy he muerto qué poco en esta tarde!





Cesasr Vallejo

miércoles, 2 de marzo de 2016

MUJERES

 
Oh, blancura. ¿Quién puso en nuestras vidas
de frenéticas bestias abismales
este claror de luces siderales estas nieves, con sueño enardecidas?

Oh dulces bestezuelas perseguidas.

Oh terso roce. Oh signos cenitales.
Oh músicas. Oh llamas. Oh cristales.
Oh velas altas, de la mar surgidas.


Ay, tímidos fulgores, orto puro,
quién os trajo a este pecho de hombre duro,
a este negro fragor de odio y olvido?

Dulces espectros, nubes, flores vanas...

¡Oh tiernas sombras, vagamente humanas,
tristes mujeres, de aire o de gemido!




Damaso Alonso

martes, 1 de marzo de 2016

AMOR

 
¡Primavera feroz! Va mi ternura
por las más hondas venas derramada,
fresco hontanar, y furia desvelada,
que a extenuante pasmo se apresura.


¡Oh qué acezar, qué hervir, oh, qué premura
de hallar, en la colina clausurada,
la llaga roja de la cueva helada,
y su cura más dulce, en la locura!ç


¡Monstruo fugaz, espanto de mi vida,
rayo sin luz, oh tú, mi primavera,
mi alimaña feroz, mi arcángel fuerte!


¿Hacia qué hondón sombrío me convida,
desplegada y astral, tu cabellera?
¡Amor. amor, principio de la muerte!




Damaso Alonso