"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

miércoles, 28 de febrero de 2018

ALLÍ NO HAY NADIE YA


España, España!
Todos pensaban
—el hombre, la Historia y la fábula—,
todos pensaban
que ibas a terminar en una llama...
y has terminado en una charca.


Al borde de las aguas
cenagosas... una espada
y lejos... el éxodo,
un pueblo hambriento y perseguido
que escapa.


Español del éxodo de ayer
y español del éxodo de hoy...
Allí no queda nada.


Haz un hoyo en la puerta de tu exilio,
planta un árbol,
riégalo con tus lágrimas
y aguarda.


Allí no hay nadie ya...
quédate aquí y aguarda.
—Y esos hombres que danzan por las tumbas, arrastrando
espadones y rosarios
¿que quieren?


—No hay nadie ya;
quédate aquí y aguarda
—¿Has oído?
Dicen «Arriba España»
—No hay nadie...
son fantasmas.


Los muertos no salen del sepulcro...
quédate aquí y aguarda
¿Adónde quieres ir?
Sopla en toda la Tierra
el mismo viento que se llevó tu casa.


¡Adónde quieres ir?
¿A buscar venganza?
Si el crimen fue de todos,
si la tragedia viene de lejos... de muy lejos,
como en la Orestiada.


Ha entrado el viento y todo lo ha derribado.


¿Quién abrió la ventana?
Nadie... ¡el viento!
Quédate aquí y aguarda.


¿Adónde quieres ir?
¿Otra vez a conquistar tu patria?
Cuando amaine este viento:


¿Quién va a encontrar entre las ruinas
los antiguos mojones y las patrias?
Mozo: en cualquier parte
puedes hoy darle ocupación
a tu vigilia y a tu espada.

 
 
 
Leon Felipe

martes, 27 de febrero de 2018

BESOS Y BESOS


Hay besos que tiemblan
como la inocencia,
besos que se guardan
para la soledad. 


Besos que se pierden
en adioses y regresos,
besos que no pueden
con el olvido y el tiempo. 


Haga el intento
dos labios al vuelo
no se pierda el gesto
de tocar el cielo
y guarde para la ocasión
de querer vivir
la sensación de sentir
un beso de la ilusión. 


Hay besos de otro mundo:
son esos que se dan
en la luz de un segundo
y duran una eternidad. 


Besos de mercado
de lástima, de pasión,
de fuego del corazón
besos que no llegan a tanto. 


Y hágame caso
dos labios al vuelo
por tocar el cielo
no cuesta tanto
y para la ocasión
de querer compartir
la sensación de sentir:
un beso de la ilusión.




Daniel Omar Martinez

lunes, 26 de febrero de 2018

CANCIONES DE AMOR Y DESAMOR (ESTADOS DE ANIMO)


 
A veces me siento
como un águila en el aire

(de una canción de Pablo Milanés)
Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas
unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano
a veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas
pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces
sereno en mi confianza
confiado en que una tarde
te acerques y te mires
te mires al mirarme.




Mario Benedetti

domingo, 25 de febrero de 2018

CERTIFICADO DE EXISTENCIA

 
Dijo el fulano presuntuoso 
hoy en el consulado
obtuve el habitual
certificado de existencia

consta aquí que estoy vivo
de manera que basta de calumnias
este papel soberbio / irrefutable
atestigua que existo
si me enfrento al espejo
y mi rostro no está
aguantaré sereno
despejado
¿no llevo acaso en la cartera
mi recién adquirido
mi flamante
certificado de existencia?
vivir / después de todo
no es tan fundamental
lo importante es que alguien
debidamente autorizado
certifique que uno
probadamente existe
cuando abro el diario y leo
mi propia necrológica
me apena que no sepan
qu estoy en condiciones
de mostrar dondequiera
y a quien sea
un vigente prolijo y minucioso
certificado de existencia
existo
luego pienso

¿cuántos zutanos andan por la calle
creyendo que están vivos
cuando en rigor carecen del genuino
irremplazable
soberano
certificado de existencia?



Maro Benedetti

sábado, 24 de febrero de 2018

CANCION DE OTOÑO EN PRIMAVERA



 Jeventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...


Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y de aflicción.


Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.


Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...


Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...


Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.


Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...


En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y te mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe...


Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...


Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón.


Poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;

y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también...


Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.


¡Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.


En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa. 


¡Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín...


Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer...

¡Mas es mía el Alba de oro!




Ruben Dario

viernes, 23 de febrero de 2018

CANCION DE CARNAVAL

 

Musa, la máscara apresta,
ensaya un aire jovial
y goza y ríe en la fiesta
    del Carnaval.


Ríe en la danza que gira,
muestra la pierna rosada,
y suene, como una lira,
    tu carcajada.


Para volar más ligera
ponte dos hojas de rosa,
como hace tu compañera
    la mariposa.


Y que en tu boca risueña,
que se une al alegre coro,
deje la abeja porteña
    su miel de oro.


Únete a la mascarada,
y mientras muequea un clown
con la faz pintarrajeada
    como Frank Brown;

mientras Arlequín revela
que al prisma sus tintes roba
y aparece Pulchinela
    con su joroba,

di a Colombina la bella
lo que de ella pienso yo,
y descorcha una botella
    para Pierrot.


Que él te cuente cómo rima
sus amores con la Luna
y te haga un poema en una
    pantomima.


Da al aire la serenata,
toca el auro bandolín,
lleva un látigo de plata
    para el spleen.


Sé lírica y sé bizarra;
con la cítara sé griega;
o gaucha, con la guitarra
    de Santos Vega.


Mueve tu espléndido torso
por las calles pintorescas,
y juega y adorna el Corso
    con rosas frescas.


De perlas riega un tesoro
de Andrade en el regio nido,
y en la hopalanda de Guido,
    polvo de oro.

Penas y duelos olvida,
canta deleites y amores;
busca la flor de las flores
    por Florida:

Con la armonía te encantas
de las rimas de cristal,
y deshojas a sus plantas,
    un madrigal.


Piruetea, baila, inspira
versos locos y joviales;
celebre la alegre lira
    los carnavales.


Sus gritos y sus canciones,
sus comparsas y sus trajes,
sus perlas, tintes y encajes
    y pompones.


Y lleve la rauda brisa,
sonora, argentina, fresca,
¡la victoria de tu risa
    funambulesca!




Ruben Dario

jueves, 22 de febrero de 2018

CANCIÓN CONTIGO



Aquí estás en la sombra,
con tu mano en la mía,
respirando en un tiempo
sin antes ni después.


Ya ves que,
aunque te fuiste,
no te vas todavía,
y estas aquí, conmigo
no importa donde estés.


Desnuda en esta sombra
te palpará mi mano,
lenta mano de ciego
que acaricia una flor,
y sabré de repente
donde empieza el verano,
yo, que solo he sabido
donde acaba el amor.


Aquí estas en la sombra,
conmigo todavía,
compartiendo este lecho
calidamente aquí,
Detenida en la noche,
y donde nunca es de día,
detenida en la noche
y amaneciendo en mí.


Y ahora soy como el surco
donde madura el trigo,
como la flor que nace
donde pisan tus pies,
porque, aunque nunca vuelvas,
siempre estarás conmigo,
conmigo en esta sombra
sin antes ni después.



Jose Angel Buesa

miércoles, 21 de febrero de 2018

EL AMOR NUEVO


Todo amor nuevo que aparece
nos ilumina la existencia,
nos la perfuma y enflorece.


En la más densa oscuridad
toda mujer es refulgencia
y todo amor es claridad.


Para curar la pertinaz
pena, en las almas escondida,
un nuevo amor es eficaz;
porque se posa en nuestro mal
sin lastimar nunca la herida,
como un destello en un cristal.


Como un ensueño en una cuna,
como se posa en la rüina
la piedad del rayo de la luna.


como un encanto en un hastío,
como en la punta de una espina
una gotita de rocío...


¿Que también sabe hacer sufrir?
¿Que también sabe hacer llorar?
¿Que también sabe hacer morir?
—Es que tú no supiste amar...




Amado Nervo

martes, 20 de febrero de 2018

EL OLIVO


 
En su hábito oscuro, con los brazos abiertos,
como un monje que al cielo le dirige
su plegaria obstinada por la vida del alma,
el olivo difunto permanece de pie
mientras la tarde dobla sus rodillas.


Enhebrado en la luz que se adelgaza,
su severo perfil
cose el cielo a la tierra,
vertebra el espinazo de la tarde.


Y un saber de lo nuestro
en su reserva humilde sospechamos.


Encallecida mano codiciosa
cuyos dedos se tuercen arrancándole al aire
un pellizco de vuelo,
algo extraño nos hurta el viejo olivo:
un secreto inminente, temperatura extrema
de un decirse que clama en su lenguaje mudo.


Y el hombre le dirige su pregunta.


Con su carga de hormigas y de soles,
con el misterio a cuestas
que buscamos cifrar en su oficio sencillo,
este tronco orgulloso es sólo eso:
sugestión arraigada de las cosas
que quedarán aquí cuando partamos,
contundente respuesta
que a la luz de la luna nos aturde el oído
con su seco zarpazo de silencio.



Vicente Gallego

lunes, 19 de febrero de 2018

TIEMPO DE MAR


El mar me pertenece
lo hago pasar entero
entre mis manos ávidas.


Lo acaricio le doy
la única mirada
sencilla que me queda
la que aún no han manchado
ni el miedo ni la muerte.


Mar limpio entre mis dedos
goteando esperanzas
porque sostiene aún
un velamen con brisa.


Mar de todos los mares
hoy contemplo en su espuma
otros mares antiguos:
aquel de mi primer
contacto con las playas
y el de aquellas lecturas
codiciosas e incómodas
bajo algún tamarindo.


y aquel otro del trópico
sin huellas de turistas
con esa pulpa tierna
que ofrece el cocotero.

Quiero olvidar aquí
lo que sucedió anoche.
el mar no tiene culpa.


Es dócil, mío, puro,
es un lebrel que lame
mis plantas mansamente.




Ernestina Champourcin

domingo, 18 de febrero de 2018

AGUA DEL RECUERDO



¿Cuándo fue?
No lo sé.
Agua del recuerdo
voy a navegar. 


Pasó una mulata de oro,
y yo la miré al pasar:
Moño de seda en la nuca,
bata de cristal,
niña de espalda reciente,
tacón de reciente andar. 


Caña
(febril le dije en mí mismo),
caña
temblando sobre el abismo,
¿quién te empujará?
¿Qué cortador con su mocha
te cortará? 


¿Qué ingenio con su trapiche
te molerá?

El tiempo corrió después,
corrió el tiempo sin cesar,
yo para allá, para aquí,
yo para aquí, para allá,
para allá, para aquí,
para aquí, para allá... 


Nada sé, nada se sabe,
ni nada sabré jamás,
nada han dicho los periódicos,
nada pude averiguar,
de aquella mulata de oro
que una vez miré al pasar,
moño de seda en la nuca,
bata de cristal,
niña de espalda reciente,
tacón de reciente andar.




Nicolas Guillen

sábado, 17 de febrero de 2018

AL TRAMONTAR DEL SOL

 
La agonía del sol en el ocaso
sobre el negro verdor de las encinas
de su lecho, detrás de las cortinas
de leves nubes de purpúreo raso.


Y allá en levante, ya de luz escaso,
en el luto agonizan las colinas
mientras del cielo en cúpula y pechinas
se asienta el polvo del febeo paso.


¡Morir así, a los profanos ojos
velado, mas ceñido de la gloria,
rompiendo a los mortales los cerrojos


con que guardan avaros la memoria,
y con fulgor de resplandores rojos
dejar sellado el cielo de la historia!




Miguel de Unamuno

viernes, 16 de febrero de 2018

DOLOR


Tras unos ojos negros,
dentro de una mirada,
ira y desorden ciegos
deseaban volcarse
para dañar mi vida.


Pero ¿qué son los sucios
charcos de otras conciencias?
¿Qué son y adónde alcanzan?


Yo, que hubiera querido
sentirme niño siempre
bajo la protección de aquellos ojos,
ahora sólo me importa
no pisar su destello
entre tanta miseria
como a mis pies existe.


Crecí sin saber cómo.
Hay dolor en la altura
del bien y el desengaño.


Hubiera preferido,
a esta soledad fría,
una ignorancia cómplice
al nivel de la tierra.



Manuel Altolaguirre

jueves, 15 de febrero de 2018

AMANECERES

 
Las murallas silencian.
Diminutas puertas conducen a otras.
La cama cómplice de mi pereza.


El velador custodio de colillas y vasos sucios.


La sangre ocupa su lugar en los ojos,
en las sienes frías,
mientras brotan los números del día anterior.


Las urgencias de engranajes por ensamblar,
de preguntas por evadir,
de cuentas por pagar,
de suertes por capturar.


Tiempo de predecir las amenazas,
las desventuras posibles,
los tropiezos esperables,
los ladridos cercanos,
los encuentros imposibles…


Noche a tierra,
mis hombros perdieron su inocencia en las mañanas
y la calle aprendió mi nombre finalmente.


He sido azar y destino,
plegaria y resignación,
decorador desencantado de las horas,
albañil de las actitudes convenientes.
Quizás nací para eso.


Para encender velas
en la penumbra de una idea
despreciada por mi mismo.




Antonio Laforet

miércoles, 14 de febrero de 2018

TARDE MAYOR


Tostada cima de una madurez,
Esplendiendo la tarde con su espíritu
Visible nos envuelve en mocedad. 


Así te yergues tú, para mis ojos
Forma en sosiego de ese resplandor,
Trasluz seguro de la luz versátil. 


Si aquellas nubes tiemblan a merced,
Un día, de un estrépito enemigo,
Mescolanza de súbito voraz,

Oscurecidos y desordenados
Penaremos también. Y no habrá alud
Que nos alcance en la ternura nuestra.


Esos árboles próceres se ahíncan
Dedicando sus troncos al cénit,
A un cielo sin crepúsculos de crimen. 


Si tal fronda perece fulminada,
Rumoroso otra vez igual verdor
Se alzará en el olvido del tirano.

Y pasará el camión de los feroces.

Castaños sin Historia arrojarán
Su florecilla al suelo —blanquecino. 


Un ámbito de tarde en perfección
Tan desarmada humildemente opone,
Por fin venciendo, su fragilidad

A ese desbarajuste sólo humano
Que a golpes lucha contra el mismo azul
Impasible, feroz también, profundo. 


Fugaz la Historia, vano el destructor.
Resplandece la tarde. Yo contigo.
Eterna al sol la brisa juvenil.



Jorge Guillen

martes, 13 de febrero de 2018

VENTANA


El violín descorre la cortina

Pende de un clavo la ventana


Aún está clausurado el paisaje


El sol balón de oxígeno
mantiene puro el cuadro
y la lluvia hace el barnizaje


Esta casa está viva
Dos veces por minuto
la ventana respira


Y de mis manos surge
esta humareda votiva


En la pared el cuadro muere todos los años


Yo soy el pianista otoñal


Yo abro y cierro la noche como un libro
e interpreto la música
de mi cielo manual


Podéis elegir
la hora y la puerta


Pero después de amar hay que morir


El viento deja de nuevo en blanco mi cuademo


Otra vez a empezar


No busquéis en el techo el planeta paterno




Gerardo Diego

lunes, 12 de febrero de 2018

LAS TRES HERMANAS


Estabais las tres hermanas,
las tres de todos los cuentos,
las tres en el mirador
tejiendo encajes y sueños. 


Y yo pasé por la calle
y miré... Mis pasos secos
resonaron olvidados
en el vesperal silencio. 


La mayor miró curiosa,
y la mediana riendo
me miró y te dijo algo... 


Tú bordabas en silencio,

como si no te importase,
como si te diese miedo. 


Y después te levantaste
y me dijiste un secreto

en una larga mirada,
larga, larga... Los reflejos
en las vidrieras borrosas
desdibujaban tu esbelto

perfil. Era tu figura
la flor de un nimbo de ensueño. 


... Tres erais, tres, las hermanas
como en los libros de cuento.



Gerardo Diego

domingo, 11 de febrero de 2018

AGÜERO DE LUTO


Cubre mi frente ya la espesa bruma
de la tarde que lanzan los regajos
de la vida; vapor es de trabajos
del sufrimiento. Al corazón abruma


con hebras de agua helada que rezuma
de su seno; con ellas los cascajos
baña de la ilusión y espumarajos
fragua donde esperanza se me esfuma.


Cuando salga mi luna no he de verla
blanca brillar sobre mi negra ruta,
del anillo del dedo de Dios perla,


que va marcando de su mano enjuta
el golpe soberano hasta ponerla
sobre mi frente que el agüero enluta.




Miguel de Unamuno

sábado, 10 de febrero de 2018

EL CIEGO DE LA PANDERETA


Ciego, siempre será tu ayer mañana?
Siempre estará tu pandereta pobre
estremeciendo tus manos crispadas?


Yo voy pasando y veo tu silueta
y me parece que es tu corazón
el que se cimbra con tu pandereta.


Yo pasé ayer y supe tu dolor:
dolor que siendo yo quien lo ha sabido
es mucho mayor.


No volveré por no volverte a ver,
pero mañana tu silueta negra
estará como ayer:


la mano que recibe,
los ojos que no ven,
la cara parda, lastimosa y triste,
golpeando en cada salto la pared.


Ciego, ya voy pasando y ya te miro,
y de rabia y dolor —qué sé yo qué!—
algo me aprieta el corazón,
el corazón y la sien.


¡Por tus ojos que nunca han mirado
cambiara yo los míos que te ven!




Pablo Neruda

viernes, 9 de febrero de 2018

SONETO XLI


Desdichas del mes de Enero cuando el indiferente
mediodía establece su ecuación en el cielo,
un oro duro como el vino de una copa colmada
llena la tierra hasta sus límites azules.


Desdichas de este tiempo parecidas a uvas
pequeñas que agruparon verde amargo,
confusas, escondidas lágrimas de los días
hasta que la intemperie publicó sus racimos.


Sí, gérmenes, dolores, todo lo que palpita
aterrado, a la luz crepitante de Enero,
madurará, arderá como ardieron los frutos.


Divididos serán los pesares: el alma
dará un golpe de viento, y la morada
quedará limpia con el pan fresco en la mesa.





Pablo Neruda

jueves, 8 de febrero de 2018

ARBOL SECO


Quizá la muerte sea este árbol mocho
con ramas y con huesos hacia el cielo
donde se van quedando como nidos
grandes y helados los desnudos cuerpos
llenándose de gris azul los ojos
sin mirada en el ala de un espejo.


La tierra no corrompe, el aire acuna,
van a ser puro rastro ya los huesos,
la carne pura huella transparente,
flotando como nube, como vuelo.


Este árbol solo en tierra de ceniza,
en paisaje de pálido desierto,
este árbol mineral, petrificado,
esta lejana sombra de esqueleto,
esta oscura bandera inmóvil, esta
descorazonadora isla sin tiempo,
esta estatua de olvido calcinado,
esta corporeizada alma de espectro,
este desazonado escalofrío,
este despojo de un planeta ciego,
este corcel parado de amargura,
este bronquio gigante y sin aliento,
esta seca madera carcomida
sin primavera y sin milagro o verso
machadiano que salve,
pudiera ser aún más que todo eso:
quizá la muerte abierta en puras ramas
esperando tal vez que nos posemos.




Leopoldo de Luis

miércoles, 7 de febrero de 2018

A LA MUERTA

 
Vienes y vas ligero como el mar,
cuerpo nunca dichoso,
sombra feliz que escapas como el aire
que sostiene a los pájaros casi entero de pluma.


Dichoso corazón encendido en esta noche de invierno,
en este generoso alto espacio en el que tienes alas,
en el que labios largos casi tocan opuestos horizontes
como larga sonrisa o súbita ave inmensa.


Vienes y vas como el manto sutil,
como el recuerdo de la noche que escapa,
como el rumor del día que ahora nace
aquí entre mis dos labios o en mis dientes.


Tu generoso cuerpo, agua rugiente,
agua que cae como cascada joven,
agua que es tan sencillo beber de madrugada
cuando en las manos vivas se sienten todas las estrellas.


Peinar así la espuma o la sombra,
peinar —no— la gozosa presencia,
el margen de delirio en el alba,
el rumor de tu vida que respira.


Amar, amar, ¿quién no ama si ha nacido?,
¿quién ignora que el corazón tiene bordes,
tiene forma, es tangible a las manos,
a los besos recónditos cuando nunca se llora?


Tu generoso cuerpo que me enlaza,
liana joven o luz creciente,
aguda teñida del naciente confín,
beso que llega con su nombre de beso.


Tu generoso cuerpo que no huye,
que permanece quieto tendido como la sombra,
como esa mirada humilde de una carne
que casi toda es párpado vencido.


Todo es alfombra o césped, o el amor o el castigo.


Amarte así como el suelo casi verde
que dulcemente curva un viento cálido,
viento con forma de este pecho
que sobre ti respira cuando lloro.




Vicente Aleixandre

martes, 6 de febrero de 2018

SONETO MATINAL A UNA COLEGIALA INGRAVIDA


Al pasar me saluda y tras el viento
que da al aliento de su voz temprana
en la cuadrada luz de una ventana
se empaña, no el cristal, sino el aliento
Es tempranera como una campana.

Cabe en lo inverosímil, como un cuento
y cuando corta el hilo del momento
vierte su sangre blanca la mañana.

Si se viste de azul y va a la escuela,
no se distingue si camina o vuela
porque es como la brisa, tan liviana
que en la mañana azul no se precisa
cuál de las tres que pasan es la brisa,
cuál es la niña y cuál es la mañana.


Gabriel Garcia Marquez

lunes, 5 de febrero de 2018

LA MUERTE DE LA ROSA


Murió de mal aroma.
Rosa idéntica, exacta.
Subsistió a su belleza,
Sucumbió a su fragancia.

No tuvo nombre: acaso
la llamarían Rosaura,
O Rosa-fina, o Rosa
del amor, o Rosalba;
o simplemente Rosa,
como la nombra el agua.

Más le hubiera valido
ser siempreviva, Dalia,
pensamiento con luna
como un ramo de acacia.

Pero ella será eterna:
fue rosa; y eso basta;
Dios la guarde en su reino
a la diestra del alba.


Gabriel Garcia Marquez

domingo, 4 de febrero de 2018

VALS EN LAS RAMAS

 
Cayó una hoja
y dos
y tres.
Por la luna nadaba un pez. 


El agua duerme una hora
y el mar blanco duerme cien. 


La dama
estaba muerta en la rama.
La monja
cantaba dentro de la toronja. 


La niña
iba por el pino a la piña. 


Y el pino
buscaba la plumilla del trino.
Pero el ruiseñor
lloraba sus heridas alrededor. 


Y yo también
porque cayó una hoja
y dos
y tres. 


Y una cabeza de cristal
y un violín de papel
y la nieve podría con el mundo
si la nieve durmiera un mes,
y las ramas luchaban con el mundo
una a una,
dos a dos,
y tres a tres. 


¡Oh duro marfil de carnes invisibles!
¡Oh golfo sin hormigas del amanecer!
Con el muuu de las ramas,
con el ay de las damas,
con el croo de las ranas,
y el gloo amarillo de la miel. 


Llegará un torso de sombra
coronado de laurel. 


Será el cielo para el viento
duro como una pared
y las ramas desgajadas
se irán bailando con él. 


Una a una
alrededor de la luna,
dos a dos
alrededor del sol,
y tres a tres
para que los marfiles se duerman bien.



Federico Garcia Lorca

sábado, 3 de febrero de 2018

RETRATO DE UN VUELO


¿Es tarde? pregunto
el silencio humoso nos mira
queda atrapado en un esbozo
los viajes a anhelos indefinidos
vienen
es temprano? vorazmente
escaleras llevan a algún sitio
a extender piernas caderas pies
a lechos trance de amor sudorosos
y la muchedumbre agolpada queriendo saber
siempre queremos saber cuán oscura
es la profundidad.


Existimos a medida que nuestra condición de pasajeros
no permite detenerse en ningún sitio,
queremos saber si un instante equivale a eternidad
tal vez sólo es instante
entorpecido ademán de un aire alcohólico.


No supiste contestarme
otros tampoco pudieron desenredar la maraña
por eso estoy aquí
por eso estoy aquí? pregunto
resuelve la dimensión de tu vuelo
pero ten cuidado.



Claudia Ainchil

viernes, 2 de febrero de 2018

BOCA A BOCA


Copa de vida donde quiero y sueño
Beber la muerte con fruición sombría,
Surco de fuego donde logra Ensueño
Fuertes semillas de melancolía.


Boca que besas a distancia y llamas
En silencio, pastilla de locura
Color de sed y húmeda de llamas...
¡Verja de abismos es tu dentadura!


Sexo de un alma triste de gloriosa;
El placer unges de dolor; tu beso,
Puñal de fuego en vaina de embeleso,
Me come en sueños como un cáncer rosa...


Joya de sangre y luna, vaso pleno
De rosas de silencio y de armonía,
Nectario de su miel y su veneno,
Vampiro vuelto mariposa al día.


Tijera ardiente de glaciales lirios,
Panal de besos, ánfora viviente
Donde brindan delicias y delirios
Fresas de aurora en vino de Poniente...


Estuche de encendidos terciopelos
En que su voz es fúlgida presea,
Alas del verbo amenazando vuelos,
Cáliz en donde el corazón flamea.


Pico rojo del buitre del deseo
Que hubiste sangre y alma entre mi boca,
De tu largo y sonante picoteo
Brotó una llaga como flor de roca.


Inaccesible... Si otra vez mi vida
Cruzas, dando a la tierra removida
Siembra de oro tu verbo fecundo,
Tú curarás la misteriosa herida:
Lirio de muerte, cóndor de vida,
¡Flor de tu beso que perfuma al mundo!




Delmira Agustini

jueves, 1 de febrero de 2018

PARA ESTAR CONTIGO


Sé que a solas, aburrido
De estar vivo y quedar muerto,
Pasas el tiempo, o te pasa
El tiempo sin tú quererlo.



Pues el fuego no la anima
Sino en lumbre pasajera,
Entiende la paradoja
De tu existencia incompleta.


La luna a veces es clara,
El aire a veces es tibio,
El cuerpo joven tan puro
Como siempre, y tan perdido.


El sino te lleva, y puedes,
Si así lo quieres, pararle,
Cuando seguir cansa. Entonces
Eres dueño en lo que vale.


Luego la vejez alcanza,
Y con ella ese recelo
De una falla, ajena o tuya,
En el ciclo ya completo.


No digas que no esperabas
Todo ello en el principio,
Y acepta, como si iguales,
Lo esperado y lo vivido.




Luis Cernuda