Riegan nuestro jardín. Huele a violetas
aún. En el renovado laurel, el gorrión inicia
la Marsellesa.
¡Oh, qué delicia,
amigo, ser poetas
y esperar, como a un dios, a abril florido!
¡Trueque de almas y de cielos!
En los huevos del nido
del corazón, a la serena luz templada,
sentimos un moverse de polluelos,
entre un olor a lirio apetecido
y a rosa deseada.
¡Corazón perenal, laurel sin nombre, blando
sol del alma:
Viva la hora venidera!
... Bajo el arco que, afuera,
nos pone el agua azul de primavera,
la nidada, por dentro, está piando.
Juan Ramon Jimenez
"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."
"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."
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