"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

martes, 31 de julio de 2018

CANCIÓN DE LA MUERTE


Pintura de Edvard Munch

Débil mortal no te asuste
mi oscuridad ni mi nombre;
en mi seno encuentra el hombre
un término a su pesar. 


Yo, compasiva, te ofrezco
lejos del mundo un asilo,
donde a mi sombra tranquilo
para siempre duerma en paz.


Isla yo soy del reposo
en medio el mar de la vida,
y el marinero allí olvida
la tormenta que pasó;
allí convidan al sueño
aguas puras sin murmullo,
allí se duerme al arrullo
de una brisa sin rumor.


Soy melancólico sauce
que su ramaje doliente
inclina sobre la frente
que arrugara el padecer,
y aduerme al hombre, y sus sienes
con fresco jugo rocía
mientras el ala sombría
bate el olvido sobre él.


Soy la virgen misteriosa
de los últimos amores,
y ofrezco un lecho de flores,
sin espina ni dolor,
y amante doy mi cariño
sin vanidad ni falsía;
no doy placer ni alegría,
más es eterno mi amor.


En mi la ciencia enmudece,
en mi concluye la duda
y árida, clara, desnuda,
enseño yo la verdad;
y de la vida y la muerte
al sabio muestro el arcano
cuando al fin abre mi mano
la puerta a la eternidad.


Ven y tu ardiente cabeza
entre mis manos reposa;
tu sueño, madre amorosa;
eterno regalaré;
ven y yace para siempre
en blanca cama mullida,
donde el silencio convida
al reposo y al no ser.


Deja que inquieten al hombre
que loco al mundo se lanza;
mentiras de la esperanza,
recuerdos del bien que huyó;
mentiras son sus amores,
mentiras son sus victorias,
y son mentiras sus glorias,
y mentira su ilusión.


Cierre mi mano piadosa
tus ojos al blanco sueño,
y empape suave beleño
tus lágrimas de dolor. 


Yo calmaré tu quebranto
y tus dolientes gemidos,
apagando los latidos
de tu herido corazón.




Jose de Espronceda

lunes, 30 de julio de 2018

ARTE POÉTICA

Pintura de Dans Reve


Conozco la azul laguna
y el cielo doblado en ella
y el resplandor de la estrella.
Y la luna.


En mi chaqueta de abril
prendí una azucena viva
y besé la sensitiva
con labios de toronjil.


Un pájaro principal
me enseñó el múltiple trino.
Mi vaso apuré de vino
Sólo me queda el cristal.


¿Y el plomo que zumba y mata?
¿Y el largo encierro?
¡Duro mar y olas de hierro,
no luna y plata!


El cañaveral sombrío
tiene voraz dentadura,
y sabe el astro en su altura
de hambre y frío.


Se alza el foete mayoral.
Espaldas hiere y desgarra.
Ve y con tu guitarra
dilo al rosal.


Dile también del fulgor
con que un nuevo sol parece:
en el aire que la mece,
que aplauda y grite la flor.




Nicolas Guillen

domingo, 29 de julio de 2018

AGUA DEL RECUERDO

Pintura de Dans Reve
¿Cuándo fue?
No lo sé.
Agua del recuerdo
voy a navegar. 


Pasó una mulata de oro,
y yo la miré al pasar:
Moño de seda en la nuca,
bata de cristal,
niña de espalda reciente,
tacón de reciente andar. 


Caña
(febril le dije en mí mismo),
caña
temblando sobre el abismo,
¿quién te empujará? 


¿Qué cortador con su mocha
te cortará?
¿Qué ingenio con su trapiche
te molerá? 


El tiempo corrió después,
corrió el tiempo sin cesar,
yo para allá, para aquí,
yo para aquí, para allá,
para allá, para aquí,
para aquí, para allá... 


Nada sé, nada se sabe,
ni nada sabré jamás,
nada han dicho los periódicos,
nada pude averiguar,
de aquella mulata de oro
que una vez miré al pasar,
moño de seda en la nuca,
bata de cristal,
niña de espalda reciente,
tacón de reciente andar.

 
 
 
Nicolas Guillen

sábado, 28 de julio de 2018

POEMA DE POEMAS

Pintura de Dans Reve


Al poema de mi vida le han robado
una estrofa— y no acaricia bien,
mi reloj biológico ha invertido tiempos
y al ritmo del biorritmo— ya no más.


Al poema de mi dicha le han robado
una estrofa— y no sonríe bien,
el espejo de mi alma ha sido apedreado
y confundiendo memorias— ya no más.


Al poema de mis pasos le han robado
una estrofa— y no retumban bien,
el asfalto luctuoso me absorbe con prisa
y abruma el silencio— ya mismo— ya no más.


Al poema de mi amanecer le han robado
una estrofa— y no despierta bien,
las mismas palabras muerden mis poros
y aniquilando tabúes— ya no más.


Al poema de mis dudas le han robado
una estrofa y le sienta muy bien,
en códigos vetustos de costumbres futuras
y es sentencia divina— ya no más.


Al poema de mis noches le han robado
una estrofa— y no seduce bien,
he intentado elevarme hacia el destino
y la clave se niega— ya no más.


Al poema más puro que jamás haya creado
he poblado de estrofas que acaricien bien,
proyectando el fulgor de tus ojos ansiosos
y con rimas de ensueño he vuelto a creer.—




Gustavo Marcelo Galliano

viernes, 27 de julio de 2018

VALS EN LAS RAMAS

Pintura de Dans Reve

Cayó una hoja
y dos
y tres. 


Por la luna nadaba un pez.
El agua duerme una hora
y el mar blanco duerme cien. 


La dama
estaba muerta en la rama.
La monja
cantaba dentro de la toronja. 


La niña
iba por el pino a la piña. 


Y el pino
buscaba la plumilla del trino.
Pero el ruiseñor
lloraba sus heridas alrededor. 


Y yo también
porque cayó una hoja
y dos
y tres. 


Y una cabeza de cristal
y un violín de papel
y la nieve podría con el mundo
una a una
dos a dos
y tres a tres. 


¡Oh, duro marfil de carnes invisibles!

¡Oh, golfo sin hormigas del amanecer
Con el muu de las ramas,
con el ay de las damas,
con el croo de las ranas,
y el gloo amarillo de la miel. 


Llegará un torso de sombra
coronado de laurel. 


Será el cielo para el viento
duro como una pared
y las ramas desgajadas
se irán bailando con él.


Una a una
alrededor de la luna,
dos a dos
alrededor del sol,
y tres a tres
para que los marfiles se duerman bien.




Federico Garcia Lorca

jueves, 26 de julio de 2018

QUÉ RUIDO TAN TRISTE

Pintura de Dans Reve


Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman,
parece como el viento que se mece en otoño
sobre adolescentes mutilados,
mientras las manos llueven,
manos ligeras, manos egoístas, manos obscenas,
cataratas de manos que fueron un día
flores en el jardín de un diminuto bolsillo.


Las flores son arena y los niños son hojas,
y su leve ruido es amable al oído
cuando ríen, cuando aman, cuando besan,
cuando besan el fondo
de un hombre joven y cansado
porque antaño soñó mucho día y noche. 


Mas los niños no saben,
ni tampoco las manos llueven como dicen;
así el hombre, cansado de estar solo con sus sueños,
invoca los bolsillos que abandonan arena,
arena de las flores,
para que un día decoren su semblante de muerto.




Luis Cernuda

miércoles, 25 de julio de 2018

BALADA DEL TULIPÁN NEGRO

Pintura de Dans Reve


                I
Karl Gustav Van der Meyer
era un gran jardinero.


Allá, en su alegre Holanda de cofias y molinos,
de canales y zuecos,
Karl Gustav cultivaba tulipanes extraños
en la penumbra de su invernadero.


Karl Gustav Van der Mayer soñaba con la gloria
de un tulipán fastuosamente negro,
íntegramente negro, como las noches árticas,
como un luto total en terciopelo.


Y era así, día a día y año tras año.
Y su sueño era un sueño.


Pero él, imperturbable, regaba sus macetas,
meditando en abonos y en injertos.
(A veces, distraído, se guardaba los bulbos
en los bolsillos del chaleco...)


Karl Gustav Van der Mayer, indiferentemente,
vio blanquear sus cabellos.
Pasó el amor un día y él se encogió de hombros,
para seguir soñando con tulipanes negros...

  
              II
Pero, una noche, alguien saltó la tapia.
Alguien, con un puñal.
Y el jardinero
cayó de bruces sobre sus macetas,
muerto.


Y alguien cavó en la tierra,
y echó el cadáver y tapó aquel hueco.


Karl Gustav Van der Mayer se quedó para siempre
en la penumbra de su invernadero.

   
             III
Ah, pero un día, un día
se vio brotar del suelo
un tulipán de luto,
fastuosamente, íntegramente negro.


Karl Gustav Van der Mayer no pudo ver su gloria,
pues la abonó su propio cuerpo.


Karl Gustav Van der Mayer
no supo que su muerte le dio vida a su sueño...


(Karl Gustav Van der Mayer siempre llevaba bulbos
en los bolsillos del chaleco...)

   
             IV
Por los viejos canales siguen pasando barcas,
y aún giran, como entonces, los molinos de viento.


Las muchachas sin novio regresan del domingo
entre un blancor de cofias y un trepidar de zuecos.


Ah, y, sin embargo,
Karl Gustav Van der Mayer era un gran jardinero!



Jose Angel Buesa

martes, 24 de julio de 2018

EL OTRO TIGRE

Pintura de Dans Reve

Pienso en un tigre. La penumbra exalta
La vasta Biblioteca laboriosa
Y parece alejar los anaqueles;
Fuerte, inocente, ensangrentado y nuevo,
él irá por su selva y su mañana
Y marcará su rastro en la limosa
Margen de un río cuyo nombre ignora
(En su mundo no hay nombres ni pasado
Ni porvenir, sólo un instante cierto.)


Y salvará las bárbaras distancias
Y husmeará en el trenzado laberinto
De los olores el olor del alba
Y el olor deleitable del venado;
Entre las rayas del bambú descifro,
Sus rayas y presiento la osatura
Baja la piel espléndida que vibra.


En vano se interponen los convexos
Mares y los desiertos del planeta;
Desde esta casa de un remoto puerto
De América del Sur, te sigo y sueño,
Oh tigre de las márgenes del Ganges.


Cunde la tarde en mi alma y reflexiono
Que el tigre vocativo de mi verso
Es un tigre de símbolos y sombras,
Una serie de tropos literarios
Y de memorias de la enciclopedia
Y no el tigre fatal, la aciaga joya
Que, bajo el sol o la diversa luna,
Va cumpliendo en Sumatra o en Bengala
Su rutina de amor, de ocio y de muerte.


Al tigre de los simbolos he opuesto
El verdadero, el de caliente sangre,
El que diezma la tribu de los búfalos
Y hoy, 3 de agosto del 59,
Alarga en la pradera una pausada
Sombra, pero ya el hecho de nombrarlo
Y de conjeturar su circunstancia
Lo hace ficción del arte y no criatura
Viviente de las que andan por la tierra.


Un tercer tigre buscaremos. Éste
Será como los otros una forma
De mi sueño, un sistema de palabras
Humanas y no el tigre vertebrado
Que, más allá de las mitologías,
Pisa la tierra. Bien lo sé, pero algo
Me impone esta aventura indefinida,
Insensata y antigua, y persevero
En buscar por el tiempo de la tarde
El otro tigre, el que no está en el verso




Jose Luis Borges

lunes, 23 de julio de 2018

RENEGANDO

Pintura de Edvard Munch


Tuve ganas de vomitar cuando recé,
y le pedí a dios un puñal,
una pistola, un látigo o perder mi carné,
y solo me dio papel albal.


Le corté en pedacitos,
Le envolví pa’ cenar,
Estuve apunto de liarla,
Y al final le tuve que asar.


Lo que más jodió fue cagarlo,
Y ver como desaparecía:
“no te alegres, bastardo,
me voy porque quiero” decía.


Otra vez al descubierto los enseres de la angustia,
Mierda pal’ que cree, piensa, o recita,
Cuando quiera avisarte de mi suicidio,
No oirás ni siquiera el crecer de una estalactita,
ni ausente,
ni presente,
ni dispersa en el ambiente.


Empezar a probar lo que no conozco,
Empezar a mirar por debajo de tu falda,
Empezar a reír sin abrir mi boca,
Empezar a velar las noches que nos quedan,
Empezar a terminar lo empezado,
Y sin preguntarles de donde eran,
Romper el pacto y lo acordado.




Pablo Ortiz Fernandez

domingo, 22 de julio de 2018

AMABLE COMPAÑERO

Pintura de Edvard Munch


Otro atardecer con el sol que no aparece,
Limpieza sonriente con la mierda que rodea
El resplandor del suelo creciente,
Y la inquietud da el mordisco a la marea.


Champagne derramado en la mesa apolillada
Por un viento incesante y frío,
Que despierta una mañana amartillada,
Sobrante de luz, materia y gentío.


Sonido incesante que despierta intereses ocultos,
De halcones rabiosos despegando del verde campo,
Que simboliza uno de los lados opuestos,
Existentes en la vida que se va volando.


¿Quién será el que pregone la noticia?
¿Quién me abandonará tirado el la orilla?
No seas tú, amable compañero
No me dejes, no emprendas la huida.


Antes de olvidar tus gestos,
De todo lo que va delante,
Quisiera construir a mi dios un templo,
Y un atajo para ti, caminante.


Temo que al cerrar mis párpados y contraer mis pupilas
Dejes de ver al que estuvo contigo en las juergas,
Porque si fueses tu el que te fueras,
Morirías junto a mí, cerrando todas las cantinas.




Pablo Ortiz Fernandez

sábado, 21 de julio de 2018

ELEGIA

Solamente palabras me acompañan,
solamente recuerdos me alimentan.


Me hundo en este lecho donde escribo
lo que nunca debía haber sido...
lo que siempre se espera muy lejano.


¿Cómo se huye de estas lágrimas vanas?
¿Cómo curar tus heridas abiertas
que me queman el alma, que me queman?


¡Solamente palabras me acompañan!
¡Solamente el recuerdo me alimenta!
Increpo el sacrificio y tu coraje
y a los celos que hoy la vida te reprocha.


Este hueco que hoy me dejas de por vida
llenarlo quiero con un coro de ilusión
desenterrando nuestros sueños que hoy me apenan,
y desmembrar tu tesoro en mis entrañas.


Tengo fuego en la garganta que te grita
con la pasión suprema de un hermano.


Y clamo desde el silencio por tu nombre.




Enrique Adrados Maestre

viernes, 20 de julio de 2018

BULTO SIN AMOR


Pintura de Romina Lerda
Basta, tristeza, basta, basta, basta.

No pienses más en esos ojos que te duelen,
en esa frente pura encerrada en sus muros,
en ese pelo rubio, que una noche ondulara.


¡Una noche! Una vida, todo un pesar, todo un amor, toda una dulce sangre.
Toda una luz que bebí de unas venas,
en medio de la noche y en los días radiantes.


Te amé... No sé. No sé qué es el amor.
Te padecí gloriosamente como a la sangre misma,
como el doloroso martillo que hace vivir y mata.


Sentí diariamente que la vida es la muerte.
Supe lo que es amar porque morí a diario.


Pero no morí nunca. No se muere. Se muere...
Se muere sobre un aire, sobre un hombro no amante.
Sobre una tierra indiferente para los mismos besos.


Eras tan tierna; eras allí, remotamente, hace mucho,
eras tan dulce como el viento en las hojas,
como un montón de rosas para los labios fijos.


Después, un rayo vengativo, no sé qué destino enigmático,
qué luz maldita de un cielo de tormenta,
descargó su morado relámpago sobre tu frente pura,
sobre tus ojos dulces,
sobre aquellos labios tempranos.


Y tus ojos de fósforo lucieron sin espera,
lucieron sobre un monte pelado sin amores,
y se encendieron rojos para siempre en la aurora,
cielo que me cubriera tan bajo como el odio.


¿Quién eres tú? ¿Qué rostro es ese, qué dureza diamantina?
¿Qué mármol enrojecido por la tormenta
que los besos no aplacan, ni la dulce memoria?
Beso tu bulto, pétrea rosa sin sangre.
Tu pecho silencioso donde resbala el agua.


Tu rostro donde nunca brilla la luz azul,
aquella senda pura de las blandas miradas.


Beso tus manos que no vuelan a labios.
Beso su gotear de un cielo entristecido.
Pero quizá no beso sino mis puras lágrimas.


Esta piedra que estrecho como se estrecha un ave,
ave inmensa de pluma donde en terrar un rostro,
no es un ave, es la roca, es la dura montaña,
cuerpo humano sin vida a quien pido la muerte.




Vicente Aleixandre

jueves, 19 de julio de 2018

AGOSTO


Pintura de Romina Lerda
Plantada, la noche existe.
Vientos de mar sin esfuerzo.
Cuajante, estrellas resulta
—signos de amor— y luceros.


Luceros, noche, centellas
se ven partirte del cuerpo.


La noche tiene sentidos.
¿Qué buscas? Se te ven bellos
desplantes a solas, alzas
tu forma, cristales negros,
que chocan de fe y de luces
contra las brisas, enteros.


Rotunda afirmas la vida
tuya, noche, aquí en secreto:
secreto que está callado
porque el mundo entero es ciego:
que tú lo gritas, la noche,
te vendes, ¡te das!, en sueltos
ademanes sin frontera
para los ojos abiertos.


Todo el espacio partido
está para mí. Te encuentro
feliz y cierta, carente
ya de flojos, torpes lienzos,
liberales los sentidos,
los pulsos altos, enteros
cuajante la forma impura
sin compasión, bajo el cielo,
y en la abierta sombra mate
tu sangre, erguida, latiendo



Vicente Aleixandre

miércoles, 18 de julio de 2018

FE DE VIDA

Pintura de Dans Reve


Esperar junto a este mar (en el que nacieron las ideas)
sin ninguna idea. (Y así tenerlas todas).


Ser sólo la brisa en la copa del pino grande,
el aroma del azahar, la noche de orquídeas
en las calas olvidadas.


    Sólo permanecer viendo el ave que pasa
y no regresa; quedar
esperando a que el cielo amarillo
arda y se limpie de relámpagos
que llegarán saltando de una isla a otra isla.


O contemplar la nube blanca
que, no siendo nada, parece ser feliz.


Quedar flotando y transcurriendo de aquí para allá,
sobre las olas que pasan,
como un remo perdido.


O seguir, como los delfines,
la dirección de un tiempo sentenciado.


    Ser como la hora de las barcas en las noches de enero,
que se adormecen entre narcisos y faros.


Dejadme, no con la luz del conocimiento
(que nació y se alzó de este mar),
sino simplemente con la luz de este mar.


O con sus muchas luces:
las de oro encendido y las de frío verdor.


o con la luz de todos los azules.

    Pero, sobre todo, dejadme con la luz blanca,
que es la que abrasa y derrota a los hombres heridos,
a los días tensos, a las ideas como cuchillos.


Ser como olivo o estanque.
Que alguien me tenga en su mano como a un puñado de sal.
O de luz.


    Cerrar los ojos en el silencio del aroma
para que el corazón —al fin— pueda ver.


Cerrar los ojos para que el amor crezca en mí.
Dejadme compartiendo el silencio
y la soledad de los porches,
la hospitalidad de las puertas abiertas; dejadme
con el plenilunio de los ruiseñores de junio,
que guardan el temblor del agua en las últimas fuentes.


Dejadme con la libertad que se pierde
en los labios de una mujer.



Antonio Colinas

martes, 17 de julio de 2018

HE CONSTRUIDO UN JARDÍN...

Pintura de Odilon Redon

He construido un jardín como quien hace
los gestos correctos en el lugar errado.


Errado, no de error, sino de lugar otro,
como hablar con el reflejo del espejo
y no con quien se mira en él.


He construido un jardín para dialogar
allí, codo a codo en la belleza, con la siempre
muda pero activa muerte trabajando el corazón. 


Deja el equipaje repetía, ahora que tu cuerpo
atisba las dos orillas, no hay nada, más
que los gestos precisos
dejarse ir para cuidarlo
y ser, el jardín. 


Atesora lo que pierdes, decía, esta muerte
hablando en perfecto y distanciado castellano. 


Lo que pierdes, mientras tienes, es la sola compañía
que te allega, a la orilla lejana de la muerte. 


Ahora la lengua puede desatarse para hablar. 

Ella que nunca pudo el escalpelo del horror
provista de herramientas para hacer, maravilloso
de ominoso. Sólo digerible al ojo el terror
si la belleza lo sostiene. Mira el agujero
ciego: los gestos precisos y amorosos sin reflejo
en el espejo frente al cual, la operatoria carece
de sentido. 


Tener un jardín, es dejarse tener por él y su
eterno movimiento de partida. Flores, semillas y
plantas mueren para siempre o se renuevan. Hay
poda y hay momentos, en el ocaso dulce de una
tarde de verano, para verlo excediéndose de sí,
mientras la sombra de su caída anuncia
en el macizo fulgor de marzo, o en el dormir
sin sueño del sujeto cuando muere, mientras
la especie que lo contiene no cesa de forjarse. 


El jardín exige, a su jardinera verlo morir. 


Demanda su mano que recorte y modifique
la tierra desnuda, dada vuelta en los canteros
bajo la noche helada. El jardín mata
y pide ser muerto para ser jardín. Pero hacer
gestos correctos en el lugar errado,
disuelve la ecuación, descubre páramo. 


Amor reclamado en diferencia como
cielo azul oscuro contra la pena. Gota
regia de la tormenta en cuyo abrazo llegas
a la orilla más lejana. I wish you
were here amor, pero sos, jardinera y no
jardín. Desenterraste mi corazón de tu cantero.



Diana Bellessi

lunes, 16 de julio de 2018

MAREA DE MI CORAZÓN...

Pintura de Odilon Redon.
Marea de mi corazón
déjame ir
en las ligustrinas
como un insecto o como la
misma ligustrina en el rumor
en el rasante
vuelo de las
golondrinas alrededor
de los aleros en la música
minimal donde se hunde
mi vecino mientras tapiza
con golpecitos los respaldos
de las sillas en el sol
rasgado por la brisa
no ser lo otro
lo que mira. Desligarme
del ser hacia aquel
estar mayestático de
la dicha. Alfombra
de orquídeas diminutas
sobre el pasto florecen
antes que la máquina
cortadora de césped
las arrase ¿aprendieron? 


Corolas violáceas
enjoyadas que emergen
en cinco días de sus tallos
aprendieron la brevedad?
de la vida sin ser
lo otro que del origen
nos aparta

 
 
Diana Bellessi
 

domingo, 15 de julio de 2018

CANTA LA NOCHE

Pintura de Odilon Redon


Asomándose al cielo de la selva
escuchan las estrellas en silencio,
del ruiseñor el canto, voz alada
de las entrañas de la noche augusta.


Cantan amores al abierto cielo
que cierra el sol, al alba, con sus llaves
de oro encendido; cantan las tinieblas,
canta la noche, y con su canto vierte
de los rendidos hijos de la vida
y en su regazo los acoge a todos
bajo una sola manta negra y suave.


Sombra no se hacen entre sí los seres,
ni luchan por la luz, todos se abrazan
en el regazo de la buena madre.


Canta la noche; arrulla el sueño dulce
de los rendidos hijos de la vida;
canta la noche, y con su canto vierte
un dulce olvido en los llagados pechos;
canta la noche y con su canto lava
las visiones que al alma congojosa
le metió bajo el sol que el cielo cierra
el silencio mortal del mediodía.





Miguel de Unamuno

sábado, 14 de julio de 2018

A CUERNAVACA!

Pintura de Kandinsky

A Cuernavaca voy, dulce retiro,
cuando, por veleidad o desaliento,
cedo al afán de interrumpir el cuento
y dar a mi relato algún respiro.


A Cuernavaca voy, que sólo aspiro
a disfrutar sus auras un momento:
pausa de libertad y esparcimiento
a la breve distancia de un suspiro.


Ni campo ni ciudad, cima ni hondura;
beata soledad, quietud que aplaca
o mansa compañía sin hartura. 


Tibieza vegetal donde se hamaca
el ser en filosófica mesura...
¡A Cuernavaca voy, a Cuernavaca!

    
              II
No sé si con mi ánimo lo inspiro
o si el reposo se me da de intento.


Sea realidad o fingimiento,
¿a qué me lo pregunto, a qué deliro?

Básteme ya saber, dulce retiro
que solazas mis sienes con tu aliento:
pausa de libertad y esparcimiento
a la breve distancia de un suspiro.


El sosiego y la luz el alma apura
como vino cordial; trina la urraca
y el laurel. de los pájaros murmura;

Vuela una nube; un astro se destaca,
y el tiempo mismo se suspende y dura...
¡A Cuernavaca voy, a Cuernavaca!




Alfonso Reyes

viernes, 13 de julio de 2018

ME ENCUENTRO LLORANDO

Pintura de Andrea Schimbock

Todavía no he podido comprender el de mi existir.

Camino y no se para donde,
Hablo pero soy mudo,
Miro pero no veo,
Oigo pero no escucho,
Toco pero no siento.


Prefiero estar solo pero tengo miedo.
Quiero compartir con otras personas
Pero nunca se que decir.


Abecés no se que hacer me siento
que me estoy asfixiando quisiera morir.


No se expresarme cuando pasa algo.
No tengo palabra para un amigo.


Tengo que repetir lo mismo dos y tres veces.


Tengo que preguntar lo mismo dos y tres veces.


Tengo que mirar lo mismo dos y tres veces.


Abecés la gente se ríe,
La gente mira y no ve a nadie.


Me encuentro llorando de nuevo...



Miguel A. Cera  Jr

jueves, 12 de julio de 2018

EL AVENTURERO SUEÑA

Pintura de Edvard Munch


Soñó la vida en la llanura inmensa
bajo el cielo bruñido
como un espejo,
la soñó inacabable y reposada
llevando el mundo todo
dentro del pecho.


Y al contemplar en el ocaso sierras
de nubes encendidas,
soñó su esfuerzo
que más allá se abrían nuevos mundos
encendidos, cual nubes,
todo portentos.


Mundos de oro, de rojo, de vestiglos,
que muy pronto en ceniza
verá deshechos,
cuando sus ojos infinitos abra
al despertar, de noche,
su padre el cielo.


Y más allá también de las estrellas
soñó valles recónditos
de un mundo eterno,
un mundo de oro líquido en que el alma
cobra frescor de vida
del mismo fuego.


Su corazón sentíase abrumado
de los henchidos siglos
so el duro peso,
peladas sierras de mortal fatiga
llevaba su alma a cuestas,
de nacimiento.


Y se dejó mecer al dulce arrullo
que en la serena noche
llega en secreto
de la bóveda toda, a quien contempla
de sus millones de ojos
el parpadeo.


Y al resplandor de la preñada luna
vio perderse los páramos
blancos y yermos
allá en las nubes, y arrancar desde éstas
de Santiago el camino
con rumbo al cielo.


Cielo, nubes y tierra, todo uno
le reveló la luna
—¡mágico espejo!—;
todo ceniza que algún día en polvo
volverá para siempre
de Dios al seno.




Miguel de Unamuno

miércoles, 11 de julio de 2018

DAME LA MAGA FIESTA

Pintura de Odilon Redon


Dios —¿de dónde sacaste para encender el cielo
este maravilloso crepúsculo de cobre?
Por él supe llenarme de alegría de nuevo,
y la mala mirada supe tornarla noble.

Entre las llamaradas amarillas y verdes
se alumbró el lampadario de un sol desconocido
que rajó las azules llanuras del oeste
y volcó en las montañas, sus fuentes y sus ríos.

Dame la maga fiesta, Dios, déjala en mi vida,
dame los fuegos tuyos para alumbrar la tierra,
deja en mi corazón tu lámpara encendida
y yo seré el aceite de su lumbre suprema.

Y me iré por los campos en la noche estrellada
con los brazos abiertos y la frente desnuda,
cantando aires ingenuos con las mismas palabras
que en la noche se dicen los campos y la luna.



Pablo Neruda

martes, 10 de julio de 2018

DOLOR

 Pintura de Odilon Redon


Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar. 


Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar. 


Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...


Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.



Alfonsina Storni

lunes, 9 de julio de 2018

EN SON DE DESPEDIDA

                  I
No vine sólo por decirte
(aunque también) que no volveré nunca,
y que nunca podré olvidarte.


Emprendo la tarea
(imposible, si es que algo hay imposible)
de racionalizar, interpretar, reconstruir y desandar
aquellas fábulas y hechizos
que gracias a ti fueron realidad.


Recupero los pasos iniciados a la orilla del río
y que desembocaban en «Kiss Bar» (aunque no estoy
seguro
dónde estaba el principio y dónde el fin).


Estoy cansado, muy cansado.
Don Antonio Machado dijo hace más de sesenta años
«Soy viejo porque tengo más de setenta años,
que es mucha edad para un español».
(Sin comentarios).


              He vivido días radiantes
gracias a ti. Entre mis dedos se escurrían
cristalinas las horas, agua pura. Benditas sean.


Fue un tercer grado carcelario:
regresas a la cárcel por la noche,
por el día —espejismo— te sientes libre, libre, libre.


Nadie pudo, ni puede, ni podrá por los siglos de los siglos
arrebatarme tanta felicidad.


Yo no he venido —te lo dije—
para decirte adiós. Sé que no me echarás de menos,
y eso que yo soñaba ser todo para ti
como tú lo eres todo para mí.


¡Ay vanidad de vanidades y todo vanidad!


No te importuno más (ni siquiera sé si me escuchas).


Bebo el último whisky en el «Kiss Bar»,
la última margarita en «Santa Fe»,
rodeo luego la ciudad y su muralla de agua
en la que ya no queda nada que fue mío.


Desisto de adentrarme en su recinto,
no tengo fuerzas para celebrar
la melancólica liturgia de la separación
Sólo deseo ya dormir, dormir,
tal vez soñar...




Jose Hierro

domingo, 8 de julio de 2018

REMORDIMIENTO EN TRAJE DE NOCHE

Pintura de Dans Reve

Un hombre gris avanza por la calle de niebla;
No lo sospecha nadie. Es un cuerpo vacío;
Vacío como pampa, como mar, como viento,
Desiertos tan amargos bajo un cielo implacable.


Es el tiempo pasado, y sus alas ahora
Entre la sombra encuentran una pálida fuerza;
Es el remordimiento, que de noche, dudando,
En secreto aproxima su sombra descuidada.


No estrechéis esa mano. La yedra altivamente
Ascenderá cubriendo los troncos del invierno.


Invisible en la calma el hombre gris camina.


¿No sentís a los muertos? Mas la tierra está sorda.




Luis Cernuda

sábado, 7 de julio de 2018

ALMOHADAS

Pintura de Dans Reve


Nunca me ha sido fácil
encontrar la almohada 
adecuada a mis sueños 
a su medida exacta
en la cabeza noche 
se cruzan las fatigas 
se ahondan las arrugas 
de la pobre vigilia
en la cabeza noche 
huyen despavoridos 
los árboles los muros 
los cuerpos de aluminio
yo no elijo mis sueños 
es la almohada / es ella 
la que los incorpora 
en desorden de feria
mucho menos elijo 
las pesadillas locas 
esos libros del viento 
sin letras y sin hojas
pero al cabo de tantas 
almohadas sin cuento 
sin historia y sin alas 
como siempre prefiero
la de tu vientre tibio 
cerca cerca cerquita 
del refugio imantado 
de tus pechos de vida.



Mario Benedetti

viernes, 6 de julio de 2018

VOY A DORMIR

Pintura de Odilon Redon

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.

Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.


Déjame sola: oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...




Alfonsina Storni

jueves, 5 de julio de 2018

O EN EL FONDO DEL MAR

Pintura de Odilon Redon


En el fondo del mar
hay una casa de cristal.

A una avenida
de madréporas
da. 


Un gran pez de oro,
a las cinco,
me viene a saludar. 


Me trae
un rojo ramo
de flores de coral. 


Duermo en una cama
un poco más azul
que el mar. 


Un pulpo
me hace guiños
a través del cristal. 


En el bosque verde
que me circunda
—din don... din dan—
se balancean y cantan
las sirenas
de nácar verdemar. 


Y sobre mi cabeza
arden, en el crepúsculo,
las erizadas puntas del
mar.



Alfonsina Storni

miércoles, 4 de julio de 2018

ELLA LO DIJO EN UN POEMA


Va pasando esta pena,
la pena de la vida,
la pena que no importa,
tú la has sentido larga,
yo la he sentido corta
y aún está distante
la tierra prometida.


A nuestro paso errante
fatal es todo empeño,
toda esperanza es muerta,
toda ilusión fallida...


Yo guardaré tu nombre,
yo velaré tu sueño,
yo esperaré contigo los primeros albores,
yo enjugaré tu llanto cuando conmigo llores,
y cuando ya no quieras que camine contigo
déjame abandonada como un grano de trigo
sobre las sementeras...
¡Déjame para siempre cuando ya no me quieras!




Miguel Angel Asturias

martes, 3 de julio de 2018

DEVUELTO

Pintura de Odilon Redon


A la cara de mi hijo
que duerme, bajan
arenas de las dunas,
flor de la caña
y la espuma que vuela
de la cascada... 


Y es sueño nada más
cuanto le baja;
sueño cae a su boca,
sueño a su espalda,
y me roban su cuerpo
junto con su alma. 


Y así lo van cubriendo
con tanta maña,
que en la noche no tengo
hijo ni nada,
madre ciega de sombra,
madre robada. 


Hasta que el sol bendito
al fin lo baña:
me lo devuelve en linda
fruta mondada
¡y me lo pone entero
sobre la falda!




Gabriela Mistral

lunes, 2 de julio de 2018

AUSCHWITZ

 Pintura de Odilon Relon
Esos poetas infernales,
Dante, Blake, Rimbaud...
Que hablen más bajo...
¡Que se callen!
Hoy
cualquier habitante de la tierra
sabe mucho más del infierno
que esos tres poetas juntos.


Ya sé que Dante toca muy bien el violín...
¡Oh, el gran virtuoso!...


Pero que no pretenda ahora
con sus tercetos maravillosos
y sus endecasílabos perfectos
asustar a ese niño judío
que está ahí, desgajado de sus padres...


Y solo.
¡Solo!
Aguardando su turno
en los hornos crematorios de Auschwitz.


Dante... tú bajaste a los infiernos
con Virgilio de la mano
(Virgilio, "gran cicerone")
y aquello vuestro de la Divina Comedia
fue un aventura divertida
de música y turismo.


Esto es otra cosa... otra cosa...
¿Cómo te explicaré?
¡Si no tienes imaginación!
Tú... no tienes imaginación,
acuérdate que en tu "Infierno"
no hay un niño siquiera...
Y ese que ves ahí...


Está solo
¡Solo! Sin cicerone...
Esperando que se abran las puertas del infierno
que tú ¡pobre florentino!
No pudiste siquiera imaginar.


Esto es otra cosa... ¿cómo te diré?
¡Mira! Este es un lugar donde no se puede tocar el violín.
Aquí se rompen las cuerdas de todos
los violines del mundo.


¿Me habéis entendido, poetas infernales?
Virgilio, Dante, Blake, Rimbaud...
¡Hablad más bajo!
¡Tocad más bajo!... ¡Chist!...
¡¡Callaos!!


Yo también soy un gran violinista...
Y he tocado en el infierno muchas veces...
Pero ahora aquí...
Rompo mi violín... y me callo.



Rafael Leon

domingo, 1 de julio de 2018

ENFERMO

 Pintura de Edvard Munch

Un noble marino anciano,
del viento y del sol curtido
abandonó, ya rendido
los embates de la mar;


Y no de las ondas lejos,
en la cercana ribera,
alzó la quinta, y la era,
y el jardín, y el palomar.


En su báculo apoyado
llegó luego a la vecina
aldea, la noble ruina
que retaba al aquilón;


Y allí pidió balbuciente
a un pobre y rudo aldeano,
de una doncella la mano,
de una niña el corazón.


Ya olvida entre dulces lazos
sus pasados sinsabores
y de sus tardos amores
brotan los frutos al fin;


Ya hay manecillas y gritos
que asustan a las palomas;
quien rompa flores y pomas
corriendo por el jardín.


Pero es muy tarde, y emprende
su viaje para el cielo
el que cruzó con anhelo
las llanuras de la mar.

 
             .....
¿Dejaré, como el marino,
el bien, apenas logrado?...
¿Habré tarde levantado
quinta, huerto y palomar?




Jose Gautier Benitez