"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

miércoles, 31 de octubre de 2012

AMARANTA



Rubios, pulidos senos de Amaranta,
por una lengua de lebrel limados.
Pórticos de limones, desviados
por el canal que asciende a tu garganta.

Rojo, un puente de rizos se adelanta
e incendia tus marfiles ondulados.
Muerde, heridor, tus dientes desangrados,
y corvo, en vilo, al viento te levanta.

La soledad, dormida en la espesura,
calza su pie de céfiro y desciende
del olmo alto al mar de la llanura.

Su cuerpo en sombra, oscuro, se le enciende,
y gladiadora, como un ascua impura,
entre Amaranta y su amador se tiende.



Rafael Alberti

martes, 30 de octubre de 2012

LA MUERTE DE MELISANDA



A la sombra, de los laureles
Melisanda se está muriendo.

Se morirá su cuerpo leve.
Enterrarán su dulce cuerpo.

Juntarán sus manos de nieve.
Dejarán sus ojos abiertos

para que alumbren a Pelleas
hasta después que se haya muerto.

A la sombra de los laureles
Melisanda muere en silencio.

Por ella llorará la fuente
un llanto trémulo y eterno.

Por ella orarán los cipreses
arrodillados bajo el viento.

Habrá galope de corceles,
lunarios ladridos de perros.

A la sombra de los laureles
Melisanda se está muriendo.

Por ella el sol en el Castillo
se apagará como un enfermo.

Por ella morirá Pelleas
cuando la lleven al entierro.

Por ella vagará de noche,
moribundo por los senderos.

Por ella pisará las rosas,
perseguirá las mariposas
y dormirá en los cementerios.

Por ella, por ella, por ella
Pelleas, el príncipe, ha muerto.


Pablo Neruda

lunes, 29 de octubre de 2012

MADRIGAL



Yo me haré millonario una noche
gracias a un truco que me permitirá fijar las imágenes
en un espejo cóncavo. O convexo.

Me parece que el éxito será completo
cuando logre inventar un ataúd de doble fondo
que permita al cadáver asomarse a otro mundo.


Ya me he quemado bastante las pestañas
en esta absurda carrera de caballos
en que los jinetes son arrojados de sus cabalgaduras
y van a caer entre los espectadores.


Justo es, entonces, que trate de crear algo
que me permita vivir holgadamente
o que por lo menos me permita morir.


Estoy seguro de que mis piernas tiemblan,
sueño que se me caen los dientes
y que llego tarde a unos funerales.


Nicanor Parra


domingo, 28 de octubre de 2012

ME DESTIERRO...



Me destierro a la memoria,
voy a vivir del recuerdo.
Buscadme, si me os pierdo,
en el yermo de la historia,

que es enfermedad la vida
y muero viviendo enfermo.
Me voy, pues, me voy al yermo
donde la muerte me olvida.

Y os llevo conmigo, hermanos,
para poblar mi desierto.
Cuando me creáis más muerto
retemblaré en vuestras manos.

Aquí os dejo mi alma?libro,
hombre?mundo verdadero.
Cuando vibres todo entero,
soy yo, lector, que en ti vibro.


Miguel de Unamuno

sábado, 27 de octubre de 2012

LA PORTADORA



Ella sacó a pasear las palabras
y las palabras mordieron a los niños
y los niños le contaron a sus padres
y los padres cargaron sus pistolas
y abrieron fuego sobre las palabras
y las palabras gimieron, aullaron
lamieron lentamente sus ciegas heridas
hasta que al fin cayeron de bruces
sobre la tierra desangrada

Y vino la muerte entonces
vestida con su mejor atuendo
y detúvose en la casa del poeta
para llamarlo con gritos desesperados
y abrió la puerta el poeta
sin sospechar de qué se trataba
y vio a la muerte colgada de su sombra
y sollozando

"Acompáñame", le dijo aquélla
"porque hoy estamos de duelo"
"Y quién ha muerto", preguntó el poeta
"Pues tú", respondió la muerte
y le extendió los brazos
para darle el pésame


Mario Meléndez

viernes, 26 de octubre de 2012

¡HABLA, QUE LO QUIERE EL NIÑO!



¡Habla, que lo quiere el niño!
¡Ya está hablando!

El Hijo del Hombre, el Verbo
encarnado
se hizo Dios en una cuna
con el canto
de la niñez campesina,
canto alado.

¡Habla, que lo quiere el niño!
¡Hable tu papel, mi pájaro!

Háblale al niño que sabe
voz del alto,
La voz que se hace silencio
sobre el fango...
Háblale al niño que vive
en su pecho a Dios criando...

Tú eres la paloma mística,
tú el Santo
Espíritu que hizo el hombre
con sus manos...

Habla a los niños, que el reino
tan soñado
de los cielos es del niño
soberano,
del niño, rey de los sueños,
¡corazón de lo creado!

¡Habla, que lo quiere el niño!
¡Ya está hablando!

Miguel de Unamuno

jueves, 25 de octubre de 2012

PASATIEMPO



Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era océano
la muerte solamente
una palabra
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.


Mario Benedetti

miércoles, 24 de octubre de 2012

EL JARDIN NEGRO



Es noche. La inmensa
palabra es silencio...
Hay entre los árboles
un grave misterio...

El sonido duerme,
el color se ha muerto.

La fuente está loca,
y mudo está el eco.
¿Te acuerdas?... En vano
quisimos saberlo...

¡Qué raro! ¡Qué oscuro!
¡Aún crispa mis nervios,
pasando ahora mismo
tan sólo el recuerdo,
como si rozado
me hubiera un momento
el ala peluda
de horrible murciélago!...

Ven, ¡mi amada! Inclina
tu frente en mi pecho;
cerremos los ojos;
no oigamos, callemos...
¡Como dos chiquillos
que tiemblan de miedo!
La luna aparece,
las nubes rompiendo...
La luna y la estatua
se dan un gran beso.


Manuel Machado



martes, 23 de octubre de 2012

EL CRIMEN FUE EN GRANADA




1. El crimen
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.

Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.

Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.

2. El poeta y la muerte
Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.

—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.

«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...

Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»

3.
Se le vio caminar...
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

Antonio Machado

lunes, 22 de octubre de 2012

A LA MUERTE DE RUBÉN DARÍO



Si era toda en tu verso la armonía del mundo,
¿dónde fuiste, Darío, la armonía a buscar?
Jardinero de Hesperia, ruiseñor de los mares,
corazón asombrado de la música astral,
¿te ha llevado Dios de su mano al infierno
y con las nuevas rosas triunfantes volverás?
¿Te han herido buscando la soñada Florida,
la fuente de la eterna juventud, capitán?
Que en esta lengua madre la clara historia quede;
corazones de todas las Españas, llorad.

Rubén Darío ha muerto en sus tierras de Oro,
esta nueva nos vino atravesando el mar.
Pongamos, españoles, en un severo mármol,
su nombre, flauta y lira, y una inscripción no más:
Nadie esta lira pulse, si no es el mismo Apolo,
nadie esta flauta suene, si no es el mismo Pan.


Antonio Machado

domingo, 21 de octubre de 2012

ANA BELINDA



Donde tú estás, están la paz y el sueño.
No más noches de lluvia ni alboradas serenas.

Tus fríos pies están fuera del mundo,
se quedaron colgando por el borde
del mundo... Y en tus manos, siempre llenas
de juguetes y besos, ya no hay nada.

Yo distraídamente contaré
un día:

-La ancha sombra
de sus pestañas
oscurecía las azucenas...


Dulce Maria Loynaz

sábado, 20 de octubre de 2012

ENGENDRANDO LA PACIENCIA



Engendrando la paciencia
la voz de la madre regresa
sin ningún recelo
por saber de la espera.

Ninguna musicalidad
– desviviéndose en resguardos –
esconde lucidez tan inquietante
como la de convidar a las fieras
– recién paridas –
a permanecer al acecho.

No me interesa la quijada silente
ni ningún verbo que apaciente presagios
cuanto más acallar sospechas
o sucesiones de gritos.

Cualquier predicción que aventure
un tiempo futuro
pronostica que nazco y muero cada día:

justamente
al hablar con la voz de la madre
y tornarse carne su palabra.


M. Nieves Caceres

viernes, 19 de octubre de 2012

TU BOCA


Pulpa de fruta que destila un vino
tinto de sombra en el lagar rosado,
dátil maduro, mora del camino,
granado en flor bajo el azul tostado.

Dientes más blancos que la flor de espino
y más menudos que el arroz cuajado.

Nievan en la sonrisa como el lino,
y son puñales de marfil tallado.

Boca, en sazón, perfecta, deleitosa,
que tiene a veces languidez de rosa
y ansia insaciable de recién nacido.

Ya que fuiste la copa de mi canto,
sella hoy mi beso desteñido en llanto
y ayúdame a partir hacia el olvido.
 
Laura Victoria

jueves, 18 de octubre de 2012

PARTIDA



Cada día su propio desconcierto,
su propia dimensión establecida,
tablero de ajedrez con la partida
propuesta del futuro en que me inserto.

Tan sólo del final el jaque cierto
y, mientras, despiezándome la vida
jornada tras jornada, trampa urdida
al mar de la esperanza en que me vierto.

Cada día los cuadros del tablero
con ciega exactitud, calladamente,
me ofrecen la distancia en la que muero.

Cada día, latiendo más urgente,
mi ronco corazón, por compañero,
arriesga otra jugada indiferente.



Juan José Alcolea Jiménez

miércoles, 17 de octubre de 2012

19 DE DICIEMBRE DE 1937



Desde que el alba quiso ser alba, toda eres
madre. Quiso la luna profundamente llena.

En tu dolor lunar he visto dos mujeres,
y un removido abismo bajo una luz serena.

¡Qué olor a madreselva desgarrada y hendida!
¡Qué exaltación de labios y honduras generosas!


Bajo las huecas ropas aleteó la vida,
y se sintieron vivas bruscamente las cosas.

Eres más clara. Eres más tierna.  Eres más suave,
Ardes y te consumes con más recogimiento.


El nuevo amor te inspira la levedad del ave
y ocupa los caminos pausados de tu aliento.

Ríe, porque eres madre con luna. Así lo expresa
tu palidez rendida de recorrer lo rojo;
y ese cerezo exhausto que en tu corazón pesa,
y el ascua repentina que te agiganta el ojo.

Ríe, que todo ríe; que todo es madre leve.
Profundidad del mundo sobre el que te has quedado
sumiéndose y ahondándote mientras la luna mueve,
igual que tú, su hermosa cabeza hacia otro lado.

Nunca tan parecida tu frente al primer cielo.
Todo lo abres, todo lo alegras, madre, aurora.
Vienen rodando el hijo y el sol. Arcos de anhelo
te impulsan. Eres madre. Sonríe. Ríe. Llora.


Miguel Hernandez

martes, 16 de octubre de 2012

ANTES DEL ODIO



Cerca del agua te quiero llevar,
porque tu arrullo trascienda del mar.

Cerca del agua te quiero tener,
porque te aliente su vívido ser.

Cerca del agua te quiero sentir,
porque la espuma te enseñe a reír.

Cerca del agua te quiero, mujer,
ver, abarcar, fecundar, conocer.

Cerca del agua perdida del mar,
que no se puede perder ni encontrar.


Miguel Hernandez

lunes, 15 de octubre de 2012

PORQUE SI



Pececito esquivo,
caballito que monto,
delicia que no nombro,
y quiero, quiero, quiero.

Cuando te beso, acierto;
cuando te toco, creo;
si te acaricio mido
mi infinito deseo.

Mas te prolongas lejos;
eres más, eres lo otro,
lo que nunca apreso
aunque te toco y beso.

siempre un poco esquiva,
siempre resbalada,
tú, que nunca entiendo,
y quiero, quiero, quiero.


Gabriel Celaya

domingo, 14 de octubre de 2012

A MI HIJO



Te has negado a cerrar los ojos, muerto mío,
abiertos ante el cielo como dos golondrinas:
su color coronado de junios, ya es rocío
alejándose a ciertas regiones matutinas.

Hoy, que es un día como bajo la tierra, oscuro,
como bajo la tierra, lluvioso, despoblado,
con la humedad sin sol de mi cuerpo futuro,
como bajo la tierra quiero haberte enterrado.

Desde que tú eres muerto no alientan las mañanas,
al fuego arrebatadas de tus ojos solares:
precipitado octubre contra nuestras ventanas,
diste paso al otoño y anocheció los mares.

Te ha devorado el sol, rival único y hondo
y la remota sombra que te lanzó encendido;
te empuja luz abajo llevándote hasta el fondo,
tragándote; y es como si no hubieras nacido.

Diez meses en la luz, redondeando el cielo,
sol muerto, anochecido, sepultado, eclipsado.
Sin pasar por el día se marchitó tu pelo;
atardeció tu carne con el alba en un lado.

El pájaro pregunta por ti, cuerpo al oriente,
carne naciente al alba y al júbilo precisa;
niño que sólo supo reir, tan largamente,
que sólo ciertas flores mueren con tu sonrisa.

Ausente, ausente, ausente como la golondrina,
ave estival que esquiva vivir al pie del hielo:
golondrina que a poco de abrir la pluma fina,
naufraga en las tijeras enemigas del vuelo.

Flor que no fue capaz de endurecer los dientes,
de llegar al más leve signo de la fiereza.
Vida como una hoja de labios incipientes,
hoja que se desliza cuando a sonar empieza.

Los consejos del mar de nada te han valido...
Vengo de dar a un tierno sol una puñalada,
de enterrar un pedazo de pan en el olvido,
de echar sobre unos ojos un puñado de nada.

Verde, rojo, moreno: verde, azul y dorado;
los latentes colores de la vida, los huertos,
el centro de las flores a tus pies destinado,
de oscuros negros tristes, de graves blancos yertos.

Mujer arrinconada: mira que ya es de día.
(¡Ay, ojos sin poniente por siempre en la alborada!)
Pero en tu vientre, pero en tus ojos, mujer mía,
la noche continúa cayendo desolada.


Miguel Hernandez

sábado, 13 de octubre de 2012

ZORONGO




Las manos de mi cariño
te están bordando una capa
con agremán de alhelíes
y con esclavina de agua. 

Cuando fuiste novio mío,
por la primavera blanca,
los cascos de tu caballo
cuatro sollozos de plata. 

La luna es un pozo chico,
las flores no valen nada,
lo que valen son tus brazos
cuando de noche me abrazan,
lo que valen son tus brazos
cuando de noche me abrazan.


Federico Garcia Lorca

viernes, 12 de octubre de 2012

SONETO XXIV




Ilustre honor del nombre de Cardona,
décima moradora del Parnaso,
a Tansillo, a Minturno, al culto Taso
sujeto noble de inmortal corona;
si en medio del camino no abandona
la fuerza y el espirtu a vuestro Laso,
por vos me llevará mi osado paso
a la cumbre difícil de Helicona.


Podré llevar entonces, sin trabajo,
con dulce son que el curso al agua enfrena,
por un camino hasta agora enjuto,
el patrio celebrado y rico Tajo,
que del valor de su luciente arena
a vuestro nombre pague el gran tributo.


Garcilaso de la Vega

jueves, 11 de octubre de 2012

ROMANCE 1



Los rayos le cuenta al Sol
con un peine de marfil
la bella Jacinta, un día
que por mi dicha la vi
en la verde orilla
de Guadalquivir.

La mano obscurece al peine
mas ¿qué mucho si el abril
la obscurecen los lilios
que blancos suelen salir
en la verde orilla
de Guadalquivir?

Los pájaros la saludan,
porque piensan (y es así),
que el Sol que sale en Oriente
vuelve otra vez a salir
en la verde orilla
de Guadalquivir.

Por solo un cabello el Sol
de sus rayos diera mil,
solicitando envidioso
el que se quedaba allí
en la verde orilla
de Guadalquivir.



Luis de Gongora y Argote

miércoles, 10 de octubre de 2012

MÁS VERDAD



Sí, más verdad,
Objeto de mi gana.
Jamás, jamás engaños escogidos.

¿Yo escojo? Yo recojo
La verdad impaciente,
Esa verdad que espera a mi palabra.


¿Cumbre? Sí, cumbre 
Dulcemente continua hasta los valles:
Un rugoso relieve entre relieves.


Todo me asombra junto.
Y la verdad 
Hacia mí se abalanza, me atropella.

Más sol, 
Venga ese mundo soleado,
Superior al deseo
Del fuerte,
Venga más sol feroz.


¡Más, más verdad!


Jorge Guillen

martes, 9 de octubre de 2012

ASÍ ERA



Canta, me dices. Y yo canto.
¿Cómo callar? Mi boca es tuya.
Rompo contento mis amarras,
dejo que el mundo se me funda.
Sueña, me dices. Y yo sueño.

¡Ojalá no soñara nunca!
No recordarte, no mirarte,
no nadar por aguas profundas,
no saltar los puentes del tiempo
hacia un pasado que me abruma,
no desgarrar ya más mi carne
por los zarzales, en tu busca.

Canta, me dices. Yo te canto
a ti, dormida, fresca y única,
con tus ciudades en racimos,
como palomas sucias,
como gaviotas perezosas
que hacen sus nidos en la lluvia,
con nuestros cuerpos que a ti vuelven
como a una madre verde y húmeda.

Eras de vientos y de otoños,
eras de agrio sabor a frutas,
eras de playas y de nieblas,
de mar reposando en la bruma,
de campos y albas ciudades,
con un gran corazón de música.

José Hierro

lunes, 8 de octubre de 2012

ANDANDO



Andando, andando.
Que quiero oír cada grano
de la arena que voy pisando.

Andando.
Dejad atrás los caballos,
que yo quiero llegar tardando
(andando, andando)
dar mi alma a cada grano
de la tierra que voy rozando.

Andando, andando.
¡Qué dulce entrada en mi campo,
noche inmensa que vas bajando!

Andando.
Mi corazón ya es remanso;
ya soy lo que me está esperando
(andando, andando)
y mi pie parece, cálido,
que me va el corazón besando.

Andando, andando.
¡Que quiero ver el fiel llanto
del camino que voy dejando!


Juan Ramón Jiménez

domingo, 7 de octubre de 2012

ESPAÑOL



Español del éxodo de ayer
y español del éxodo de hoy:
te salvarás como hombre,
pero no como español. 

No tienes patria ni tribu. Si puedes,
hunde tus raíces y tus sueños
en la lluvia ecuménica del sol. 

Y yérguete... ¡Yérguete!
Que tal vez el hombre de este tiempo...
es el hombre movible de la luz,
del éxodo y del viento.


León Felipe

sábado, 6 de octubre de 2012

HE VENIDO PARA VER



He venido para ver semblantes 
Amables como viejas escobas,
 
He venido para ver las sombras
 
Que desde lejos me sonríen.
He venido para ver los muros 
En el suelo o en pie indistintamente,
 
He venido para ver las cosas,
 
Las cosas soñolientas por aquí.
He venido para ver los mares 
Dormidos en cestillo italiano,
 
He venido para ver las puertas,
 
El trabajo, los tejados, las virtudes
 
De color amarillo ya caduco.
He venido para ver la muerte 
Y su graciosa red de cazar mariposas,
 
He venido para esperarte
 
Con los brazos un tanto en el aire,
 
He venido no sé por qué;
 
Un día abrí los ojos: he venido.
Por ello quiero saludar sin insistencia 
A tantas cosas más que amables:
 
Los amigos de color celeste,
 
Los días de color variable,
 
La libertad del color de mis ojos;
Los niñitos de seda tan clara, 
Los entierros aburridos como piedras,
 
La seguridad, ese insecto
 
Que anida en los volantes de la luz.
Adiós, dulces amantes invisibles, 
Siento no haber dormido en vuestros brazos.
 
Vine por esos besos solamente;
 
Guardad los labios por si vuelvo.

Luis Cernuda

viernes, 5 de octubre de 2012

ENEMIGO



Mi peor enemigo, tú que me amas
como una ciega lluvia que al caer
escampa, arrecia, escampa. Mi enemigo,
yo te corono amante, pueblo y rey.

Con una hiedra mis cabellos atas
y sabes del lunar que es mi clavel.

Cuando el jazmín de su rocío cuelga
y huele a flor pisada antes de ayer,
con la ronda impaciente de tus pasos
bajo tu sombra vengo a florecer.

Si no te amara, nunca te odiaría.
No te vaya, enemigo, yo a perder.

¿Quién me perdonará? ¿Por quién mis versos
caerán de mi tristeza en el papel?

Tú, mi enemigo. Yo, enemiga tuya.
La muerte no helará nuestro querer.



Delfina Acosta


jueves, 4 de octubre de 2012

SERÁ...



Será que estoy un poco húmeda
de hueso y carne.
Será que el pasado fue parte de la novela
develada
atormentadas noches y secretos de amor
prohibido.
Será que en un tiempo remoto
la soledad oscureció instantes
y nadie salió en defensa.
Será que hay batallas que el destino
nos permite ganar
y otras no
como un sino que está escrito.

Será que uno va cambiando
los arrebatos dejan de ser incendio
y pasan a ser llama
o destellos inhóspitos.
Será que la adultez corrompe
parte del asombro
y la ingenuidad de los primeros días.
O será que como el ave fénix
estoy nuevamente renaciendo
dispuesta a todo
por vivir


Claudia Ainchil

miércoles, 3 de octubre de 2012

FUENTE



Junto al pozo llegué,
mi ojo pequeño y triste
se hizo hondo, interior.

Estuve junto a mí,
llena de mí, ascendente y profunda,
mi alma contra mí,
golpeando mi piel,
hundiéndola en el aire,
hasta el fin.

La oscura charca abierta por la luz.

Éramos una sola criatura,
perfecta, ilimitada,
sin extremos para que el amor pudiera asirse.
Sin nidos y sin tierra para el mando
 
Blanca Varela

martes, 2 de octubre de 2012

ESCENA FINAL



He dejado la puerta entreabierta
soy un animal que no se resigna a morir

a eternidad es la oscura bisagra que cede
un pequeño ruido en la noche de la carne

soy la isla que avanza sostenida por la muerte
o una ciudad ferozmente cercada por la vida

o tal vez no soy nada
sólo el insomnio y la brillante indiferencia de los astros

desierto destino
inexorable el sol de los vivos se levanta
reconozco esa puerta
no hay otra

hielo primaveral
y una espina de sangre
en el ojo de la rosa.

Blanca Varela



lunes, 1 de octubre de 2012

EL PAJARO



En el silencio transparente
el día reposaba:

la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio.

La inmóvil luz del cielo sosegaba
el crecimiento de las yerbas.

Los bichos de la tierra, entre las piedras,
bajo la luz idéntica, eran piedras.

El tiempo en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta
se consumaba el mediodía.

Y un pájaro cantó, delgada flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo,
se movieron las hojas,
las yerbas despertaron...

Y sentí que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos morimos.


Octavio Paz