Escribí en mis
manos,
tu nombre y tu ausencia,
al acariciar tu rostro
de muchacha hermosa
de muchacha buena:
ese cutis suave
propio de muñeca,
de ojitos chispeantes,
mohines de niña,
labios como fresas:
¡si lo tienes todo!
juventud, belleza...
y un corazón que guardas
para el que tú más quieras.
¿Cómo sospechar
de algo tan humano?
si quien te dobla en años
aún te pretenda.
tu nombre y tu ausencia,
al acariciar tu rostro
de muchacha hermosa
de muchacha buena:
ese cutis suave
propio de muñeca,
de ojitos chispeantes,
mohines de niña,
labios como fresas:
¡si lo tienes todo!
juventud, belleza...
y un corazón que guardas
para el que tú más quieras.
¿Cómo sospechar
de algo tan humano?
si quien te dobla en años
aún te pretenda.
¡Inocente sea!
si por confesarse
paga esa culpa
con el merecido olvido
de quien lo desvela.
Solo te llamare,
AMIGA,
si al menos eso dejas...
¿por qué sabes, ángel?
que cuando te tengo,
no te estoy teniendo...
Eres espejismo
y a pesar de eso
¡tan dentro
en mis venas...!
todo se termina
sin saciar mi sed...
por eso al escribir esto,
quizás, con muy pobre letra
es con el solo anhelo
de que tú lo sepas,
este, mi deseo
de que si hay alguien
en que tú ya piensas:
sea que te sienta
como a ti te siento
querida princesa.
si por confesarse
paga esa culpa
con el merecido olvido
de quien lo desvela.
Solo te llamare,
AMIGA,
si al menos eso dejas...
¿por qué sabes, ángel?
que cuando te tengo,
no te estoy teniendo...
Eres espejismo
y a pesar de eso
¡tan dentro
en mis venas...!
todo se termina
sin saciar mi sed...
por eso al escribir esto,
quizás, con muy pobre letra
es con el solo anhelo
de que tú lo sepas,
este, mi deseo
de que si hay alguien
en que tú ya piensas:
sea que te sienta
como a ti te siento
querida princesa.
Raul Oswaldo GonzalezAguero
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