"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

martes, 17 de mayo de 2016

LETRILLAS SATIRICAS

 
Que dé la viuda un gemido
por la muerte del marido,
            ya lo veo;
pero que ella no se ría
si otro se ofrece en el día,
            no lo creo.

Que Clori me diga a mí
«Sólo he de quererte a ti»,
            ya lo veo;
pero que siquiera a ciento
no haga el mismo cumplimiento,
            no lo creo.

Que los maridos celosos,
sean más guardias que esposos,
            ya lo veo;
pero que estén las malvadas,
por más guardias, más guardadas,
            no lo creo.

Que al ver de la boda el traje,
la doncella el rostro baje,
            ya lo veo;
pero que al mismo momento
no levante el pensamiento,
            no lo creo.

Que Celia tome el marido
por sus padres escogido,
            ya lo veo;
pero que en el mismo instante
ella no escoja el amante,
            no lo creo.

Que se ponga con primor
Flora en el pecho una flor,
            ya lo veo;
pero que astucia no sea
para que otra flor se vea,
            no lo creo.

Que en el templo de Cupido
el incienso es permitido,
            ya lo veo;
pero que el incienso baste,
sin que algún oro se gaste,
            no lo creo.

Que el marido a su mujer
permita todo placer,
            ya lo veo;
pero que tan ciego sea,
que lo que vemos no vea,
            no lo creo.

Que al marido de su madre
todo niño llame padre,
            ya lo veo;
pero que él, por más cariño,
pueda llamar hijo al niño,
            no lo creo.

Que Quevedo criticó
con más sátira que yo,
            ya lo veo;
pero que mi musa calle
porque más materia no halle,
            no lo creo.




Jose Cadalso

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