Las palabras quisieran expresar los guerreros,
Bellos guerreros impasibles,
Con el mañana gris abrazado, como un amante,
Sin dejarles partir hacia las olas.
Por la ventana abierta
Muestra el destino su silencio;
Sólo nubes con nubes, siempre nubes
Más allá de otras nubes semejantes,
Sin palabras, sin voces,
Sin decir, sin saber;
Últimas soledades que no aguardan mañana.
Durango está vacío
Al pie de tanto miedo infranqueable;
Llora consigo a solas la juventud sangrienta
De los guerreros bellos como luz, como espuma.
Por sorpresa los muros
Alguna mano dejan revolando a veces;
Sus dedos entreabiertos
Dicen adiós a nadie,
Saben algo quizá ignorado en Durango.
En Durango postrado,
Con hambre, miedo, frío,
Pues sus bellos guerreros sólo dieron,
Raza estéril en flor, tristeza, lágrimas.
Luis Cernuda
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