"Sumérgete en un océano de emociones tejidas con palabras, donde cada verso resuena como un eco del alma y cada estrofa es un viaje al corazón profundo. Bienvenido al santuario de la poesía: un lugar donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."
martes, 14 de noviembre de 2017
INTERIOR
Ya nadie sabía qué hacer, qué palabra
decir. No quisimos romper el silencio.
Entraba la luz, nos llegaba la luz.
Pero nadie sabía qué hacer, qué palabra
decir. Cada uno miraba sus manos,
cada uno tenía sus manos mojadas de sombra.
Arriba, en la abierta ventana, de cara al poniente,
seguía él mirando.
Ya nadie sabía qué hacer, qué palabra
decir. Nadie quiso mirarle la frente dorada
donde pronto la luz, como un zumo de fruta, se haría violeta.
Cada uno miraba sus manos.
Cada uno sabía que él vendría
con la tarde en los ojos abiertos
y en los labios, temblando, la bella palabra.
Arriba, en la abierta ventana,
De cara al poniente, seguía él mirando.
Y ya nadie sabía qué hacer, qué palabra
decir, de qué modo anhelar,
cómo hablar sin romper antes que él el divino silencio.
Jose Hierro
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