"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

lunes, 16 de marzo de 2015

EL POBRE CARITATIVO



Era un omne pobre   que vivié de raziones,
non avié otras rendas   nin otras furcïones
fuera quanto lavrava,   esto poccas sazones:
tenié en su alzado   bien poccos pepïones. 


Por ganar la Gloriosa   que él mucho amava,
partiélo con los pobres   todo quanto ganava;
en esto contendié   e en esto punnava,
por aver la su gracia   su mengua oblidava. 


Quando ovo est pobre   d'est mundo a passar,
la Madre glorïosa   vínolo combidar;
fablóli muy sabroso,   queriélo falagar,
udieron la palavra   todos los del logar. 



«Tú mucho cobdiciest   la nuestra compannía,
sopist pora ganarla   bien buena maestría,
ca partiés tus almosnas,   diziés Ave María,
por qué lo faziés todo   yo bien lo entendía. 


»Sepas que es tu cosa   toda bien acabada,
ésta es en que somos   la cabera jornada;
el Ite, missa est,   conta que es cantada,
venida es la ora   de prender la soldada. 


»Yo so aquí venida   por levarte comigo,
al regno de mi Fijo,   que es bien tu amigo,
do se ceban los ángeles   del buen candïal trigo;
a las Sanctas Virtutes   plazerlis há contigo». 


Quando ovo la Gloriosa   el sermón acabado,
desamparó la alma   al cuerpo venturado,
prisiéronla de ángeles,   un convento onrrado,
leváronla al Cielo,   ¡Dios sea end laudado! 



Los omnes que avién   la voz ante oída,
tan aína vidieron   la promesa complida:
a la Madre gloriosa   que es tan comedida,
todos li rendién gracias,   quisque de su partida. 


Qui tal cosa udiesse   serié malventurado
si de Sancta María   non fuesse muy pagado,
si más no la onrrase   serié desmesurado,
qui de ella se parte   es muy mal engannado. 


Aun más adelante   queremos aguijar:
tal razón como ésta   non es de destajar,
ca éstos son los árboles   do devemos folgar,
en cuya sombra suelen   las aves organar.



Gonzalo de Berceo



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