lunes, 20 de junio de 2016

DESNUDO

 
Blancos, rosas... Azules casi en veta,
      retraídos, mentales. 


Puntos de luz latente dan señales
      de una sombra secreta. 


Pero el color, infiel a la penumbra,
      se consolida en masa. 


Yacente en el verano de la casa,
      una forma se alumbra. 


Claridad aguzada entre perfiles,
      de tan puros tranquilos
que cortan y aniquilan con sus filos
      las confusiones viles. 


Desnuda está la carne. Su evidencia
      se resuelve en reposo. 


Monotonía justa: prodigioso
      colmo de la presencia. 


¡Plenitud inmediata, sin ambiente,
      del cuerpo femenino!
Ningún primor: ni voz ni flor. ¿Destino?
      ¡Oh absoluto presente!





Jorge Guillen

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