Una taza de música voy a tomar contigo,
Alicia, no te quemes los labios todavía,
Suelta de tu mirada el hielo que la cubre,
Ven a tomar café y un soplo
Inmaterial de vida en ese alado
Movimiento que en mí ya resucita
La llama de tu nombre.
Porque existes y tu difunta forma
En la extensión lingüística equivale
A nuestra destrucción, yo te convido
Al efluvio de Proust inaparente
De este café con música.
El gladiolo de un vals me dice que has llegado,
Que las flores de árticos olvidos
No han podido expulsarte de mi reino
Y que, vaga o disuelta en el azúcar
De esta taza de música tú eres
Alicia, como un pájaro extraviado
Entre los laberintos de mis ojos.
Carlos Rivera Ortiz
No hay comentarios:
Publicar un comentario