Yo te amaré,
Gelmira, hasta que el cielo
temple del sol
los rayos y el calor,
hasta que el mar,
furioso y atrevido,
suba a apagar
del Vesubio el ardor.
más constante que a Leda
el cisne Dios,
que burló su candor,
más que el Amor
a su adorada Sigis,
a quien rindió
burlando su candor.
yo besaré la flecha
con que el amor
hirió mi corazón,
yo te amaré,
idiolatrada esposa,
hasta morir
durará mi pasión.
Felix Maria Samaniego
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