AUSENCIA
Apenas te he dejado,
vas en mí, cristalina
o temblorosa,
o inquieta, herida por mí
mismo
o colmada de amor, como
cuando tus ojos
se cierran sobre el don de
la vida
que sin cesar te entrego.
Amor mío,
nos hemos encontrado
sedientos y nos hemos
bebido toda el agua y la
sangre,
nos encontramos
con hambre
y nos mordimos
como el fuego muerde,
dejándonos heridas.
Pero espérame,
guárdame tu dulzura.
Yo te daré también
una rosa.
Pablo Neruda
El
deseo
EL TIGRE
Soy el tigre.
Te acecho entre las hojas
anchas como lingotes
de mineral mojado.
El río blanco crece
bajo la niebla. Llegas.
Desnuda te sumerges.
Espero.
Entonces en un salto
de fuego, sangre, dientes,
de un zarpazo derribo
tu pecho, tus caderas.
Bebo tu sangre, rompo
tus miembros uno a uno.
por años en la selva
tus huesos, tu ceniza,
inmóvil,
lejos del odio y de la
cólera,
desarmado en tu muerte,
cruzado por las lianas,
inmóvil en la lluvia,
centinela implacable
de mi amor asesino.
Pablo Neruda
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