EL
SUEÑO
Andando
en las arenas
yo
decidí dejarte.
Pisaba
un barro oscuro
que
temblaba,
y
hundiéndome y saliendo
decidí
que salieras
de
mí, que me pesabas
como
piedra cortante,
y
elaboré tu pérdida
paso
a paso:
cortarte
las raíces,
soltarte
sola al viento.
Ay,
en ese minuto,
corazón
mío, un sueño
con
sus alas terribles te cubría.
Te
sentías tragada por el barro,
y
me llamabas y yo no acudía,
te
ibas, inmóvil,
sin
defenderte
hasta
ahogarte en la boca de arena.
Después
mi
decisión se encontró con tu sueño,
y
desde la ruptura
que
nos quebraba el alma,
surgimos
limpios otra vez, desnudos,
amándonos
sin
sueño, sin arena,
completos
y radiantes,
sellados
por el fuego.
Pablo Neruda
SI
TÚ ME OLVIDAS
Quiero
que sepas
una
cosa.
Tú
sabes cómo es esto:
si
miro
la
luna de cristal, la rama roja
del
lento otoño en mi ventana,
si
toco
junto
al fuego
la
impalpable ceniza
o
el arrugado cuerpo de la leña,
todo
me lleva a ti,
como
si todo lo que existe,
aromas,
luz, metales,
fueran
pequeños barcos que navegan
hacia
las islas tuyas que me aguardan.
Ahora
bien,
si
poco a poco dejas de quererme
dejaré
de quererte poco a poco.
Si
de pronto
me
olvidas
no
me busques
que
ya te habré olvidado.
Si
consideras largo y loco
el
viento de banderas
que
pasa por mi vida y te decides
a
dejarme a la orilla
del
corazón en que tengo raíces,
piensa
que
en ese día,
a
esa hora
levantaré
los brazos
y
saldrán mis raíces
a
buscar otra tierra.
Pero
si
cada día,
cada
hora
sientes
que a mí estás destinada
con
dulzura implacable.
Si
cada día sube
una
flor a tus labios a buscarme,
ay
amor mío, ay mía,
en
mí todo ese fuego se repite,
en
mí nada se apaga ni se olvida,
mi
amor se nutre de tu amor, amada,
y
mientras vivas estará en tus brazos
sin
salir de los míos.
Pablo Neruda
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