"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

martes, 6 de enero de 2015

LA DEFENSA DE PAN



Oye: desde los bosques
Trae al soplar la brisa, ruidos, besos, pasión,
Y lleva enjambres de arpas, bandadas de preludios,
Himnos para el amor...


Oye: de las montañas
Los imponentes robles se mueven al compás,
Y cuenta hoja por nota, árbol por sinfonía
Que arrastra el huracán.


Óyeme: allí los troncos
Cubren robustas guías; allí de dos en dos,
Los sarmientos refuercen, como dobles serpientes,
Sus manojos de fibras en salvaje apretón.


Y debajo las yerbas,
Los cristalinos tallos, los bejucos, la flor,
Las hojas apiñadas, buscando entre las sombras
Algún rayo de sol.


Y arriba; por los brazos
Y la áspera corteza del árbol, se mira ir
Torciendo sus anillos, cobrando más ponzoña,
El constrictor reptil.


Y más arriba, el nido
Que se mece en la rama con pausada inquietud;
Y luego, más arriba hojas, aves; y fuego
Más arriba, el azul.


Por aquel rudo templo
En su carro invisible pasa una bendición:
Se hinchan los granos, se abren los capullos, se siente
Un soplo creador.


¡Luz, calor, armonía!,
amor allí del ruido hace una encarnación;
allí el pétalo es eco, allí el huevo es un ritmo
y la roca una voz.


Todo bebe allí savia,
Todo se comunica, todo siente el amor,
Y por eso se exhala en gigantesca estrofa
Que es divina oración. 


La materia es sagrada:
No la ultrajéis; en todo noble huella pasó;
Tú puedes de tus carnes hacer la excelsa estancia
De una santa canción.


Oye: el amor es cuerda
De una lira infinita: ¡amor! ¡amor! ¡amor!;
Hacedla sonar todos, que para todos suena;
Mas no queráis templarla, que ya la templó Dios. 



Francisco Antonio Gavidia

No hay comentarios:

Publicar un comentario