Los abismos atraen.
Yo vivo en la orilla de tu alma.
Inclinado hacia ti,
sondeo tus pensamientos,
indago el germen de tus actos.
Vagos deseos se remueven en el fondo,
confusos y ondulantes en su lecho de reptiles.
¿De qué se nutre mi contemplación voraz?
Veo el abismo
y tú yaces en lo profundo de ti misma.
Ninguna revelación.
Nada que se parezca al brusco despertar de la conciencia.
Nada sino el ojo implacable que me devuelve mi descubierta mirada.
Narciso repulsivo, me contemplo el alma en el fondo de un pozo.
A veces, el vértigo desvía los ojos de ti.
Pero siempre vuelvo a escrutar en la sima.
Otros, felices, miran un momento tu alma
y se van.
Yo sigo a la orilla, ensimismado.
Muchos seres se despeñan a lo lejos.
Sus restos yacen borrosos,
disueltos en la satisfacción.
Atraído por el abismo,
vivo la melancólica certeza
de que no voy a caer nunca.
Juan Jose Arreola
"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."
"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."
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