LA MUERTA
Si
de pronto no existes,
si
de pronto no vives,
yo
seguiré viviendo.
No
me atrevo,
no
me atrevo a escribirlo,
si
te mueres.
Yo
seguiré viviendo.
Porque
donde no tiene voz un hombre
allí,
mi voz.
Donde
los negros sean apaleados
yo
no puedo estar muerto.
Cuando
entren en la cárcel mis hermanos
entraré
yo con ellos.
Cuando
la victoria,
no
mi victoria,
sino
la gran victoria
llegue
aunque
esté mudo debo hablar:
yo
la veré llegar aunque esté ciego.
No,
perdóname.
Si
tú no vives,
si
tú,
querida, amor mío,
si
tú
te
has muerto,
todas
las hojas caerán en mi pecho,
lloverá
sobre mi alma noche y día,
la
nieve quemará mi corazón,
andaré
con frío y fuego y muerte y nieve,
mis
pies querrán marchar hacia donde tú duermes,
pero
seguiré
vivo,
porque
tú me quisiste sobre todas las cosas
indomable,
y,
amor, porque tú sabes que soy no sólo un hombre
sino
todos los hombres.
Pablo Neruda
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