El
tren se aleja, en él viaja María, el amor de mi
vida, no pude retenerla por más que le suplique, se canso de esperar un
cambio en mí que nunca llego, ahora solo en la estación, pienso en todo lo que
pude hacer y no hice, que fácil es pensar lo que se puede hacer, con lo difícil
que es hacer lo que se piensa.
Llevábamos
veinte años viviendo juntos, desde la época de estudiantes en la universidad,
la conocí el tercer año de carrera, empezamos a salir y después de terminar,
decidimos irnos a vivir juntos como pareja. Éramos felices, vivíamos en una
ciudad pequeña y tranquila de la costa brava, no estábamos casados y tampoco
teníamos hijos.
Vivimos
años maravillosos, viajamos por todo el mundo, teníamos una posición social
bastante buena, ambos éramos profesores de universidad, así que cuando llegaban
las vacaciones, nos dedicábamos a viajar, visitamos todos los continentes,
conocimos otras culturas y otras formas
de vida.
El
ultimo viaje lo realizamos a Perú, para ir
a ver el Machu Picchu, quedamos impresionado de la cultura MAYA, pero el
destino nos tenia preparado una sorpresa que marco nuestras vidas. Era una mañana temprano, viajábamos en el
coche dirección al Cuzco, el valle sagrado de los Incas, nos la encontramos en
medio del camino, iba sola con dos hijos pequeños, la tuvimos que ayudar a dar a luz a su octavo
hijo, la atendimos y después la acompañamos a su casa.
Su familia nos recibió con cariño, después de
saber lo que habíamos hecho, celebraron una fiesta en honor a nosotros, pasamos
quince días en la aldea rodeado de todos los vecinos que nos agasajaban y nos
atendían como si fuéramos dioses, María no se separaba de la niña, la madre le
puso su nombre en honor a nosotros, y dijo que nunca nos olvidaría, después de
llenarnos de regalos partimos con destino a casa.
Ya
nada fue igual, ella no paraba hablar de su ahijada, de lo hermoso que seria
tener sus propios hijos, que si se hacia vieja y no iba a conocer lo que se sentía a ser madre, que su madre le
decía que lo mas hermoso era cuando abrazabas a tu hijo recién nacido de tus
entrañas.
Ella quería tener dos hijos, decía que era lo que nos faltaba para ser realmente felices, yo le daba largas, le decía que cuando llegara el momento los tendríamos, pero mi estúpida vanidad no me dejaba ver, que María se estaba alejando poco a poco de mi, no quería compartir el amor que sentía por ella con nadie mas, ahora me doy cuenta de mi error y lo hipócrita que llegue a ser.
Ella quería tener dos hijos, decía que era lo que nos faltaba para ser realmente felices, yo le daba largas, le decía que cuando llegara el momento los tendríamos, pero mi estúpida vanidad no me dejaba ver, que María se estaba alejando poco a poco de mi, no quería compartir el amor que sentía por ella con nadie mas, ahora me doy cuenta de mi error y lo hipócrita que llegue a ser.
Estoy solo en el andén, y tengo decidido coger el próximo tren para ir a
buscarla, no quiero pasar el resto de mi vida sin María, tendremos hijos, que
después de todo ¿hay algo más “hermoso en la vida que ser Padres”?
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