De requiem para el poeta cercano,
limosna de versos por un hermano
que se cambió de arte y de camisa.
En París narran gente tan desnuda
que sobran para vivir los bolsillos.
Gerona vuela y corre los visillos
cuando vocean libertad tan muda.
Pasos cortos con ritmo de bastón,
apoyo de zurda desvalijada
que mira al tercer acto esperanzada
por un final de rojo corazón.
Decir simples verdades con cautela,
ser de Valle antes que de Machado,
la infancia era un patio soleado,
la muerte, humo y norte en duermevela.
Caían las tardes, los ideales,
poeta en coche sueña un carretero
que muestre otro camino al mundo entero,
con peaje que obliga a ser iguales.
"Es lo mismo que Paul Valèry en Francia",
a ver cómo explicas al comisario,
si las huidas son entre diario
para coger turno en nicho y estancia.
Rechazó la venia republicana
porque el verso es tan pobre y acotado
que se paga con letras al contado
en vísperas de penas por mañana.
En Pirineos clamaba Sevilla
la madre del maestro sin clientes
dios da pañuelo a quien no tiene dientes
para morder los restos de Castilla.
Quién pudiera vivir tras las ventanas,
libre, sin obedecer a la vida,
el final nunca tiene una salida,
las letras no conocen aduanas.
Qué pocas balas tienen la elegancia
por permitirte restarle camino
al pasado digno que nunca vino
Con días azules y sol de infancia.
Antonio
Machado
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