Para
liarse a golpes es preciso
estar solos y
había tanta gente
a nuestro alrededor. Ah, si de pronto
se hubieran muerto todos, si el mundo hubiera sido
sólo un vasto silencio para nuestras palabras.
Quién habría matado a quién. Con tal
de que hubieras mordido mi boca ensangrentada,
de que un instante sólo hubieras puesto
esta cabeza tonta que decías
sobre tu pecho; hubieras
susurrado mi nombre una vez más.
Para liarse a golpes es preciso estar solos
como para hacer el amor.
a nuestro alrededor. Ah, si de pronto
se hubieran muerto todos, si el mundo hubiera sido
sólo un vasto silencio para nuestras palabras.
Quién habría matado a quién. Con tal
de que hubieras mordido mi boca ensangrentada,
de que un instante sólo hubieras puesto
esta cabeza tonta que decías
sobre tu pecho; hubieras
susurrado mi nombre una vez más.
Para liarse a golpes es preciso estar solos
como para hacer el amor.
Aureliano
Cañadas
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