¿Qué esplendor hay
ahí, bajo la tierra sucia,
qué podrido esplendor,
bajo la fértil tierra?
¿Qué certeza , qué
fe,
hay que depositar en
esa nada falsa
donde un bosque de
sombras es un bosque de sombras
y un instante es tan
solo todo el tiempo vivido,
el tiempo todo y único
del mundo?
¿Como hay que
calcular,
el peso aproximado de
un cuerpo y la memoria,
la resistencia exacta
de la cuerda,
el confuso y doméstico
dolor
de la mujer y el hijo?
Cuando el día termina,
cuando la noche viene
a carcajadas, y algo
de lluvia y frío,
sobre
la carne adormecida
del cerro, sobre la
sangre del río,
justo cuando comienza
a derramar su musica el
silencio
premeditado, si, de las
seis de la tarde
Francisco Domene
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