Aunque
de Europa el robador divino
siente el desdén, a Europa
disculpaba;
queriendo ser vencida, peleaba,
que hay
defensas que muestran el camino.
Del rencor femenil es
tan vecino
el gusto que en el gusto siempre acaba.
No
quiere ser esquiva la más brava;
esquiva quiere parecer,
Licino.
Si Filida te escucha y te responde,
aunque
de amor se te figure exenta,
con blandos ruegos su
dureza excita.
Gobiérnete su pecho en lo que
esconde,
porque no es no pecar lo que ella intenta:
pecar,
mas con disculpa solicita.
Gabriel
Bocángel y Unzeta
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