"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

miércoles, 12 de diciembre de 2012

ACEITUNEROS


  
Andaluces de Jaén, 
aceituneros altivos,
 
decidme en el alma: ¿quién,
 
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada, 
ni el dinero, ni el señor,
 
sino la tierra callada,
 
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura 
y a los planetas unidos,
 
los tres dieron la hermosura
 
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano, 
dijeron al pie del viento.
 
Y el olivo alzó una mano
 
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén, 
aceituneros altivos,
 
decidme en el alma: ¿quién
 
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida, 
no la del explotador
 
que se enriqueció en la herida
 
generosa del sudor.
No la del terrateniente 
que os sepultó en la pobreza,
 
que os pisoteó la frente,
 
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán 
consagró al centro del día
 
eran principio de un pan
 
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna, 
los pies y las manos presos,
 
sol a sol y luna a luna,
 
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén, 
aceituneros altivos,
 
pregunta mi alma: ¿de quién,
 
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava 
sobre tus piedras lunares,
 
no vayas a ser esclava
 
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad 
del aceite y sus aromas,
 
indican tu libertad
 
la libertad de tus lomas.


Miguel Hernández

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