La avispa
exclamó:
«¡Mi talle! ¡Mi talle!»,
al ver al burrito
paciendo en el valle.
«¡Mi talle! ¡Mi talle!»,
al ver al burrito
paciendo en el valle.
«¡Mis alas! ¡Mis
alas!»:
tal, la mariposa
le gritó al pasar,
en más, orgullosa.
tal, la mariposa
le gritó al pasar,
en más, orgullosa.
Así, el
picaflor:
«¡Mi pico! ¡Mi pico!»,
se rió del pobre,
mísero borrico.
«¡Mi pico! ¡Mi pico!»,
se rió del pobre,
mísero borrico.
Igual, la
luciérnaga:
«¡Mis luces! ¡Mis luces!»
(Acá el borriquito
ya se fue de bruces.)
«¡Mis luces! ¡Mis luces!»
(Acá el borriquito
ya se fue de bruces.)
Pero las
orejas
levantó al momento:
«Ni de alas, de talle,
ni pico, soy dueño,
pero, pese a ser
un triste jumento,
estoy muy feliz,
estoy muy contento,
porque allá en Belén
calentó mi aliento
al Niño Jesús.
¿Quién tiene más luz:
la pobre luciérnaga
o yo? Lo descuento».
levantó al momento:
«Ni de alas, de talle,
ni pico, soy dueño,
pero, pese a ser
un triste jumento,
estoy muy feliz,
estoy muy contento,
porque allá en Belén
calentó mi aliento
al Niño Jesús.
¿Quién tiene más luz:
la pobre luciérnaga
o yo? Lo descuento».
«¡Corceles!
¡Corceles,
que van a la guerra!»
(Pasaron caballos,
cascos dando en tierra.)
«¡Corceles! ¡Corceles!
¡Ni el mármol ni el bronce
son para el jumento!»
que van a la guerra!»
(Pasaron caballos,
cascos dando en tierra.)
«¡Corceles! ¡Corceles!
¡Ni el mármol ni el bronce
son para el jumento!»
«No
importa», se dijo
el asno, contento,
«pues ninguno de ellos
Lo llevó hasta Egipto.
Ninguno —tampoco,
como yo, también
portándole, entrará
en Jerusalén».
el asno, contento,
«pues ninguno de ellos
Lo llevó hasta Egipto.
Ninguno —tampoco,
como yo, también
portándole, entrará
en Jerusalén».
Marilina Rébora
MARILINA RÉBORA, prolífera escritora, muy relacionada con los grandes del quehacer literario argentino. Transmite en este poema gran sensibilidad y sentido religioso. Poetisa solitaria, que cultivó su mundo interior y como resultado de ello, es un ejemplo, este escrito, de versos claros, musicales, plenos de colores y de hondo contenido lírico y espiritual. Un poema curioso, rebosante de ternura y animado de candor deliciosamente infantil, producto de un agudo poder de observación de la naturaleza, puntualmente aquí de animales y aves. Muy bonito.
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