A Elizabeth Azcona Cranwell
Llamé, llamé como la náufraga dichosa
a las olas verdugas
que conocen el verdadero nombre
de la muerte.
He llamado al viento,
le confié mi ser.
Pero un pájaro muerto
vuela hacia la desesperanza
en medio de la música
cuando brujas y flores
cortan la mano de la bruma.
Un pájaro muerto llamado azul.
No es la soledad con alas,
es el silencio de la prisionera,
es la mudez de pájaros y viento,
es el mundo enojado con mi risa
o los guardianes del infierno
rompiendo mis cartas.
He llamado, he llamado.
He llamado hacia nunca.
Alejandra Pizarnik
Llamé, llamé como la náufraga dichosa
a las olas verdugas
que conocen el verdadero nombre
de la muerte.
He llamado al viento,
le confié mi ser.
Pero un pájaro muerto
vuela hacia la desesperanza
en medio de la música
cuando brujas y flores
cortan la mano de la bruma.
Un pájaro muerto llamado azul.
No es la soledad con alas,
es el silencio de la prisionera,
es la mudez de pájaros y viento,
es el mundo enojado con mi risa
o los guardianes del infierno
rompiendo mis cartas.
He llamado, he llamado.
He llamado hacia nunca.
Alejandra Pizarnik
Un poema surrealista y de neto corte pesimista, pero que adorna la poetisa ALEJANDRA PIZARNIK, con tal maestría y vuelo poético, que acapara la atención. Es una mirada nostálgica y de existencialidad gris, que deviene y fluye en versos, producto de una vida tormentosa, difícil y de fragilidad emocional. Como resultado de ello, este poema transmite un sentir de la vida opaco, pero utilizando su creatividad artística,lo embellece con ricas metáforas y recursos estilísticos, que velan esa visión tan sombría, de su mundo interior y exterior.
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