"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

lunes, 21 de noviembre de 2011

Confesiones de un Seminarista

Aqui os traigo otro relato de mi cosecha espero que os guste 




Confesiones de un seminarista


Era la madrugada del 13 de abril del 1940, vine al mundo en el seno de una familia humilde, fui el primer hijo de cuatro hermanos,tres varones y solo una hembra.
Crecimos sanos y fuertes pese a las pocas posibilidades económicas que entonces había en la casa, mi padre trabajaba en lo que buenamente le ofrecían, pero su condición de padre de familia numerosa le cerraba muchas puertas.
Estudie en un colegio que estaba fundado y dirigido por los salesianos, destacaba por ser un chico estudioso, trabajador y muy responsable, entonces fui notando como los profesores, me dedicaban mucho tiempo en mi educación.
Así que al cabo de unos meses empezaron a visitar mi casa unas vecinas para hablar con mi Madre, y decirle que yo estaba destinado a seguir el camino del sacerdocio, que no debían dejar pasar esa oportunidad porque me darían una beca por las buenas notas que estaba sacando en el colegio.
Mi padre con un arraigo de izquierdas, no le hacia gracia que fueran estas señoras a casa para que me fuera al seminario, que como solia decir eran unas beatas. Pero la cosa fue a mas, lanzaron nuevos ataques y se reforzaron con el párroco y alguna autoridad del municipio. Aparte del gasto que eso suponía para mis padres, como no le iba a sacar una copita de anís con pastas caseras que hacia mi madre, como casi todas las madres del pueblo. Les dijeron que estudiaría con una beca, que la carrera de cura les saldría gratis, también engatusaron a mi madre, diciendo que cuando terminara y cantara misa, me destinarían a una parroquia, que ellos se podrían ir a vivir conmigo y así tendrían una vejez sin agobios ni miserias. Al final tanto fue la presión que mis padres accedieron.
Pero lo peor de todo es que a mi nadie me pregunto si yo quería ser cura o prefería quedarme en el pueblo a terminar el bachiller, irme a trabajar o estudiar, pero no, conmigo nadie contó, a mi no me gustaba ser cura, quería ser un chico normal , jugar con mis amigos y amigas, ir al cine, pero eso a estas señoras no les importaba solo querían cazar curas para tener sus sucias almas en paz.
Al año siguiente partí al seminario.
sueco

1 comentario:

  1. Esta muy bien, aunque pobre niño...¿habrá una segunda parte? me he quedado con ganas de saber que tal le fue en el seminario. Piensalo, puede estar bien hacer un segundo capitulo.

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