DECALOGO DE UNA MUJER

Decálogo de un amanecer…
Sin esperas, sin desganos,
cerro el creador su abrazo,
cuando la ilusión del hombre
agonizaba de ausencias ,

plasmo de luz en su mente y corazón el sendero.

El creer, la fe abrió sus puertas,
como una danza de aliento
en la brisa trasnochada,
y fue “mana” nutriendo los silencios,
como rocío perfumado
en la alborada.

Fue el amor, mil mariposas …
desde el cielo descendiendo,
escurridizas ,ligeras
como agua entre los dedos,
estrellas de luz y color ,
en esa noche de ensueños.

Y en el vientre humano
Anidaron por un tiempo,
cuando la mirada de unos ojos
las descubrió desde dentro..
una sonrisa estremeció todo el cuerpo,
y quedaron libres ,cual si fueran besos.

Aquel poeta las describió en cada verso,
aquel pintor, les dio color en cada cuento,
hombre o mujer embriagados por el destello
enjugaron en ese mar sus miedos,
nació la caricia, nació el beso
un decálogo, aquel amanecer….
tatuó el amor sobre la piel de dos cuerpos.

En buena hora, el amor construye castillos en el aire,
en buena hora, pone alas a los sentimientos,
en buena hora, mueve al hombre a querer mas y a odiar menos,
en buena hora, por el amor la vida sigue, la muerta se dispersa.

Porque no hay imposible sobre la tierra,
porque esa noche que las mariposas bajaron cual estrellas.

Cristina Mallea