"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

miércoles, 4 de enero de 2012

EL FRAILE EL NIÑO Y EL BURRO



Eran un Fraile entrado en años y un niño que viajaban con un burro, venían del pueblo, donde el Fraile había recogido al niño, para llevarlo hasta el convento. 
Pasaron por una aldea caminando, al pasar por ella, un grupo de chiquillos se rió de ellos, gritando:
 -¡Mirad que par de tontos! Tienen un burro, y en lugar de montarlo, van los dos andando, por lo menos, el viejo podría subirse al burro-. 
Entonces el Fraile se subió al burro y prosiguieron la marcha.
 Llegaron a otro pueblo, al pasar por el mismo, algunas personas se llenaron de indignación cuando vieron al Fraile sobre el burro y al niño caminando. Dijeron:
-¡Parece mentira! ¡Qué desfachatez! El Fraile sentado en el burro y el pobre niño caminando-.
Al salir del pueblo, el Fraile y el niño intercambiaron sus puestos. 
Siguieron haciendo camino hasta llegar a otra aldea. Cuando las gentes los vieron, exclamaron escandalizados:
– ¡Esto es verdaderamente intolerable! ¿Habéis visto algo semejante? El muchacho montado en el burro y el pobre Fraile caminando a su lado,  ¡Qué vergüenza!-. 
Puestas así las cosas, el Fraile y el niño compartieron el burro.
 El pobre animal llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre sus lomos. Cruzaron junto a un grupo de campesinos y éstos comenzaron a vociferar:
– ¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tenéis corazón? ¡Vais a reventar al pobre animal¡-.
  El Fraile y el niño optaron por cargar al burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo.
La gente se apiñó alrededor de ellos. Entre las carcajadas, los pueblerinos se mofaban gritando:
–Nunca hemos visto gente tan boba, tienen un burro, y en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas, ¡esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos!-. 
De repente, el burro se revolvió, se precipitó en un barranco y murió.
 El Fraile habló al muchacho:
“Mira, así como el burro, tu estarás muerto si escuchas demasiado la opinión de los demás. No te preocupes de los demás, pues ellos son muchos y tienen su propia mente, por lo que dirán siempre cosas diferentes.
Escucha tu voz interior, siéntela y muévete de acuerdo a ella”.

sueco

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