"Sumérgete en el océano de emociones tejido por palabras, donde cada verso es un eco del alma y cada estrofa es un viaje hacia la profundidad del corazón: Bienvenido al santuario de la poesía, donde los sueños danzan entre líneas y los sentimientos florecen en cada palabra."

martes, 6 de diciembre de 2011

Poemas de Garcia Lorca

Romance de la Luna Luna


La luna vino a la fragua
con su polisón de nardo 
 El niño la mira mira
El niño la esta mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
Y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
-Huye,luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
-Niño, déjame que baile.
cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
-Huye, luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
-Niño, déjame; no pises
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

Como canta la zumaya,
¡ay, como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la esta velando.


Reyerta

En la mitad del barranco
las navajas de Albacete,
bellas de sangre contraria,
relucen como los peces.
Una dura luz de naipe
recorta en el agrio verde
caballos enfurecidos
y perfiles de jinetes
En la copa de un olivo
lloran dos viejas mujeres.
El toro de la reyerta
se sube por las paredes.
Ángeles negros traían
pañuelos y agua de nieve.
Ángeles con grandes alas
de navajas de Albacete.
Juan Antonio el de Montilla
rueda muerto la pendiente,
su cuerpo lleno de lirios
y una granada en las sienes.
Ahora monta cruz de fuego
carretera de la muerte.

        *******

El juez, con guardia civil,
por los olivares viene.
Sangre resbalada gime
muda canción de serpiente.
-Señores guardia civiles;
aquí paso lo de siempre.
Han muerto cuatro romanos
y cinco cartagineses.

       *******

La tarde loca de higueras
y de rumores calientes
cae desmayada en los muslos.
heridos de los jinetes.
Y ángeles negros volaban
por el aire poniente.
ángeles de largas trenzas
y corazones de aceite.




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