Era víspera de Navidad.
Los niños se despertaron contentos.
Fueron en busca de sus padres que todavía estaban durmiendo, se
metieron en la cama con ellos,
después
de despertarlos
consiguieron levantarlos y
estuvieron jugando hasta que dijeron:
Papa cuéntanos un cuento.
El padre les dijo está bien escuchad:
“Un niño despertó tiritando una mañana, en un sótano húmedo y frío, abrigado con una vieja y raída manta. El aliento le salía en forma de vapor, sentado en un rincón sobre una caja de madera, desde la madrugada se había acercado ya varias veces a buscar en los cubos de basura, algo para comer, tenía mucho hambre, mucho frío y un deplorable aspecto.
El padre les dijo está bien escuchad:
“Un niño despertó tiritando una mañana, en un sótano húmedo y frío, abrigado con una vieja y raída manta. El aliento le salía en forma de vapor, sentado en un rincón sobre una caja de madera, desde la madrugada se había acercado ya varias veces a buscar en los cubos de basura, algo para comer, tenía mucho hambre, mucho frío y un deplorable aspecto.
Se
puso sus viejas ropas se echó la manta sobre los hombros y salió a
la calle, caminaba con los pies desnudos, por el centro de la ciudad,
cuando vio un hermoso árbol de Navidad, junto a él se encontraba
Santa Claus, sentado en su trineo. El niño fascinado se acercó y
dijo: ¿eres de verdad Santa Claus?, jojojo sí, yo soy Santa Claus,
le contestó. El niño asombrado se acercó y se sentó junto a él.
Al
cabo de varias horas y después de compartir algunas golosinas, se
acercó una señora entrada en años y dijo: ¿hola niño cómo te
llamas?, me llamo Bily señora, le contesto, ¿estás solo?, sí
señora, mis padres murieron y no tengo a nadie que se ocupe de mi,
¿te gustaría venir a mi casa a pasar la Navidad?, sí señora, me
gustaría mucho.
La
cogió de la mano y se marchó con ella. Entraron en un comercio, le
compro ropas nuevas, calzado, un buen abrigo y algo de comer. Cuando
se dirigían hacia su casa, le dijo que vivía sola, sus hijos
vivían fuera de la ciudad y venían todos los años con sus familias
a pasar la Navidad. Cuando llegaron, los hijos y nietos ya estaban
allí, se alegraron y se abrazaron, después de las presentaciones se
metieron en casa a preparar entre todos el árbol de Navidad”.
Desde fuera se ven las luces encendidas, por
la ventana salta la luz, la familia cantando alrededor del árbol una
suave melodía, que anima e ilumina la oscura y fría noche de
invierno, se disponen a festejar la Navidad “
sueco.
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