Dama luminosa,
bosque
encantado,
dioses eternamente
jóvenes, cabalgando,
cabalgando las riendas
de un blanquísimo unicornio
en la infancia medieval
de este ensueño táctil, ciego.
Tu pálida y hermosa desnudez
dioses eternamente
jóvenes, cabalgando,
cabalgando las riendas
de un blanquísimo unicornio
en la infancia medieval
de este ensueño táctil, ciego.
Tu pálida y hermosa desnudez
levanta remolinos otoñales
de
hojas mágicas,
árboles vivísimos y ancianos,
musgosos brocados,
jóvenes eternamente
deificados, cabalgando,
cabalgando a la dama
prisionera del bosque
pero dueña del alma del mundo.
Engéndrase así el tiempo,
lento y voraz como el fuego
vibrante, como el viento
arrasador, como el agua
en su espejo, como la tierra
de la diosa germinal.
árboles vivísimos y ancianos,
musgosos brocados,
jóvenes eternamente
deificados, cabalgando,
cabalgando a la dama
prisionera del bosque
pero dueña del alma del mundo.
Engéndrase así el tiempo,
lento y voraz como el fuego
vibrante, como el viento
arrasador, como el agua
en su espejo, como la tierra
de la diosa germinal.
El
sexo en el bosque
es sagrado, la dama luminosa
expande en silencio su trueno
destructor, tu cabeza estalla
en orgasmo de luz omnipotente
y en extraña cópula
feliz y hermafrodita.
Jerarquía de dioses cabalgando
las riendas luminosas y vibrantes
de la juventud.
es sagrado, la dama luminosa
expande en silencio su trueno
destructor, tu cabeza estalla
en orgasmo de luz omnipotente
y en extraña cópula
feliz y hermafrodita.
Jerarquía de dioses cabalgando
las riendas luminosas y vibrantes
de la juventud.
Bendita inocencia.
Bendita
ignorancia.
Bendita cópula sagrada
que nos une al pueblo inmortal.
Dama luminosa eternamente
extática
en el centro del bosque.
Tu mirada retumba el pensamiento
y el desnudo adolescente se te ofrece
en total abandono.
Cabalgando,
cabalgando el milagro imposible del mundo.
Bendita cópula sagrada
que nos une al pueblo inmortal.
Dama luminosa eternamente
extática
en el centro del bosque.
Tu mirada retumba el pensamiento
y el desnudo adolescente se te ofrece
en total abandono.
Cabalgando,
cabalgando el milagro imposible del mundo.
José
Mª Herranz (Inédito)
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