Sobre un lienzo de
otoño
verdor profundo al
frente
de encinares. Los
troncos
de cuerpos perlados
aún sostienen verde
de un estío
derrotado.
Pintan otoño los álamos
con caprichosa armonía,
los iluminados rostros
de las hojas que
robaron
al fuego del mediodía
reflejos de verde y
oro.
Quizá las uñas del
viento
desgarren sangrando
azules
los cobertores del
cielo.
Quizá la lluvia dé
luces
de arco iris
encubiertos.
Teresa Sanchez Martín
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