En
la falda de los montes
que escupen incandescentes becerros de oro
que escupen incandescentes becerros de oro
bailamos
frenético vals.
A
la luz de los volcanes
bailamos
patético simulacro de lucidez.
Reímos
dichosos
mientras las blasfemias del monte
mientras las blasfemias del monte
levantan
nuestros pies con violencia
y
en el cielo surgen muecas
que
ridiculizan nuestras hazañas.
Bailamos.
Conscientes abrimos los pozos del infierno.
Conscientes abrimos los pozos del infierno.
La
Tierra eructa polvo de azufre que estrangula el aire.
Bailamos
frenético vals.
Perdido el miedo,
las
flores encendidas que ambicionamos
llueven
sobre nuestras cabezas cotidianamente
y
bailamos,
bailamos
frenético vals.
Teresa
Sanchez Martín
Bailamos todos el vals frenético de la inconsciencia. Un desgarrador y bello poema, que nos obliga a " despertar ". Abrir los ojos para mirar y ver, los oídos para escuchar y oír, el llanto de la naturaleza, que nos pide a gritos un S.O.S . Un doloroso lamento, producto de una mirada, que se adentra, en las profundidades de la vida, pintando una realidad cruda y cruel, producto de nuestra inconsciencia. El vals, es en éste poema, un llamado a despertar para asumir los errores que cometemos contra el " medio ambiente ". Un toque a la reflexión, para que valoremos " la vida ", cambiando formas de vida. Muchas gracias.
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